LA CONFIANZA, EL FUNDAMENTO DE LOS RESULTADOS.

LA CONFIANZA, EL FUNDAMENTO DE LOS RESULTADOS

La confianza es la seguridad o esperanza firme que se tiene de alguien o algo^[1]. A nivel organizacional es la que permite que los resultados se alcancen, convirtiéndose en un motor económico y en el fundamento del liderazgo^[2]. Por esto, la confianza debe considerarse como el fundamento vital al momento de definir la estrategia, la cultura y el modelo de competencias de una organización, consideración que no resulta sencilla cuando la confianza en su mayoría de casos, se asume, se da por sentado y se subestima, algo más complejo aún, es pensar que se puede aprender, desarrollar y medir.

Por tanto, la confianza está directamente relacionada con los resultados de una organización y es un motor económico que afecta dos resultados medibles, la velocidad y el costo. Cuando hay un bajo nivel de confianza, la velocidad disminuye y se incrementan los costos, lo que genera dividendos de bajo nivel e impuestos (comportamientos negativos que afectan el desempeño). Cuando la confianza es alta, la velocidad y los dividendos aumentan, los costos y los impuestos disminuyen, o éstos últimos se eliminan. De aquí, que el alto nivel de confianza impacte y se convierta en un multiplicador del desempeño que eleva y mejora cada dimensión de la organización, al considerarse en la estrategia organizacional como una poderosa palanca para los líderes que quieran lograr y sostener un desempeño superior.

Así mismo, debe ser parte del modelo de cultura de las organizaciones, es decir, del conjunto de atributos que identifican y definen la manera de hacer las cosas, enmarcados en comportamientos que construyan confianza y permitan un ambiente de colaboración, creación de equipo y buenas relaciones, la confianza es la que hace que una organización se mantenga unida^[3], pero esto prospera o muere en la medida que se tenga presencia o ausencia de la Confianza.

Finalmente, es una competencia clave del liderazgo, para establecer, crecer, extender y restaurar la confianza con todas las partes interesadas, por lo que debe hacer parte del modelo de competencias de las organizaciones. En estos términos, la confianza se puede aprender, desarrollar y medir, pues así como el bajo nivel de confianza genera comportamientos negativos (impuestos que afectan el desempeño) también se manifiesta en comportamientos positivos que aportan directamente a altos niveles de desempeño.

Según la teoría de Stephen M.R. Covey en los 4 Pilares para Desarrollar Confianza, ésta se basa en dos aspectos centrales para su desarrollo; el primero es el Carácter y el segundo la Aptitud. Un líder con alto nivel de aptitud pero sin carácter no podrá construir confianza en su equipo; así mismo, un líder con un gran carácter pero sin aptitud tampoco construirá confianza, puesto que su equipo no confiara en su capacidad y criterio, por lo que es necesario trabajar en el desarrollo de las dos.

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