LA JUSTICIA

LA JUSTICIA

Clarissa M. Rodas Balcazar

Se imaginan una sociedad condenada a una eterna injusticia. Puede que tengamos ese cimiento histórico, pero creemos y tenemos la esperanza en crear soluciones, de modo que, se establezca la justicia, en consecuencia el bien común. Despertemos y enfoquémonos, en el hacer de este proyecto de vida justa.

¿Por qué hay tanta injusticia? ¿Qué es la justicia? ¿Cómo la debemos entender?

A continuación detallaré cómo el filósofo Platón reflexiona sobre ella. Este pensamiento surge en una época de crisis política de Atenas. Platón busca una explicación a tales problemas.

Platón plantea que para que exista justicia en una sociedad; los sabios deben estar en el poder o ejercer en calidad de gobernante. Es inaceptable pensar que aquellas personas con tal preparación no podrían guiar o distribuir justicia en forma conjunta.

Para nuestro filósofo todas las virtudes se basan en la justicia, en consecuencia un hombre virtuoso hace uso de ella. La sabiduría y la valentía son virtudes y como ya hemos mencionado, la virtud se basa en la justicia, y la justicia es “hacer cada uno lo suyo”, sin quebrantar este principio de justicia. Por el contrario se realiza el castigo correspondiente a su falta o delito.

Si la injusticia es como una enfermedad, así como, flaqueza de la justicia, entonces la justicia es salud y bienestar del alma.

La justicia junto con la felicidad de una sociedad entera; es el acto de un reparto equitativo en virtud al desarrollo común. En otras palabras la justicia se debe distribuir apropiadamente de acuerdo a ley (Derecho de justicia) y se debe desarrollar en las relaciones interpersonales, para implementar justicia se debe actuar con un criterio sabio y equitativo (sabiduría y valores).

En suma, nosotros pensamos, que el hombre debe ser fiel a la justicia, por ende se genera un equilibrio natural, se debe ser inherente a ella, se debe actuar por inercia, por consuetudinario, por razón de ser, creemos que sería una menta, un respiro del alma.

Los mejores deben gobernar, así se genera el equilibrio racional; en consecuencia prioricemos en la investigación, en el estudio de nuestro contexto y antecedentes, debemos analizar paulatinamente a nuestros aspiradores a gobernar, o incluso formémonos como futuros gobernantes.

Cada uno hace lo suyo y lo que le corresponde, sin alterar a los otros, en coordinación, por tanto genera el equilibrio del bien común y a la par el equilibrio del alma.

Finalmente la injusticia que es el quebrantar o la malicia en contra de la ley, debe ser un equilibrio castigable.

Como punto final, según la

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