LA PROMESA- LIBRO LEIDO

LA PROMESA- LIBRO LEIDO

Después de recorrer 20kms por el Reino de la Cima Juan, Luis en un grupo de 5 amigos se lanzaron a las aguas del rio, llegada la tarde regresaban los 5 al gran palacio del Rey, Padre de Juan y Luis, donde les esperaban las comidas más deliciosas que pudiesen esperar.

Así de divertida y tranquila era la vida de todos los habitantes del Reino de la Cima. Allí no existía pobreza, dolor, ni preocupaciones: El reino estaba situado en lo más alto del mundo.

Accedían al reino solo las personas invitadas por el Rey, a quien todos amaban y obedecían. Quien osara salir de sus límites sería expulsado hasta que el Rey considerase que podrían regresar.

Un lunes, Juan planifico una aventura especial que consistía en trepar hasta lo más alto de los muros de la ciudad, para poder divisar Tecnópolis, y así convenció a Luis y Ricardo para que le ayudaran. Cuando llegaron a lo más alto tuvieron que esperar 3 días para poder divisar Tecnópolis pero no vieron nada.

Entonces Luis convenció a su hermano para bajar e ir hacia Tecnópolis, mientras Ricardo de quedo arriba para sostener la cuerda, cuando bajaron Ricardo ya no estaba ahí, entonces decidieron ir a Tecnópolis, al llegar ellos estaban muy cansados, cuando de repente un señor los llamo y les ofreció refugio.

Al día siguiente ellos regresaron y encontraron a Ricardo con la cuerda por la cual subieron; al entrar y caminar un poco se encontraron con su padre, ellos muy atemorizados sin saber si el sabia lo ocurrido, lo esperaron, y entonces él les dijo:

-Hijos, les amo con toda la fuerza de este mundo tiene, por eso les perdono de corazón.

Luis y Juan soltaron la respiración con cara de alivio, pero fue cuando su padre concluyo.

-Es justamente por este amor que les tengo, debo cumplir con mi palabra y expulsarles de la ciudad, hasta que demuestren lo contrario.

Luis lo acepto con sabiduría, pero Juan no lo hizo y reacciono con ira y dijo:

-¿A eso llamas amor? Mira ahí está Ricardo impune- dijo señalando a un espacio vacío donde no había nadie.

Juan se tambaleo al ver que Ricardo había desaparecido como por arte de magia.

Luego el Rey extendió su mano derecha y les concedió el don de la palabra, y les dijo que enviaría a un representante para que les ayude para lograr regresar al reino de la cima.

Por último el Rey se acercó a abrazar a sus dos hijos y secando sus lágrimas les dijo:

-Juan, Luis les amo. No tengan miedo yo les protegeré. Además deben tener en cuenta esta promesa que les entrego a los dos por igual: Yo les prometo que nunca les abandonare; les tendré siempre en mis oraciones, y si son

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