La Influencia Que Los Maestros Pueden Ejercer Para Despertar El Interés O La Vocación De Los Estudiantes Por Alguna Disciplina

De acuerdo con la lectura “Recordando al maestro Antonio Carrillo” de José Sarukhán y “A años luz de distancia” de Alejandro Estévez, pude notar que es muy importante la influencia que tienen los maestros para despertar el interés de sus alumnos por las diferentes disciplinas y con esto, la vocación por alguna de ellas.

La lectura “Recordando al maestro Antonio Carrillo” nos menciona que el profesor Antonio era el titular de la materia de Biología. Este maestro, al dar su clase utilizaba ejemplos simples que los alumnos podían relacionar con su vida cotidiana, para de esta manera atraer su atención y les fuera más sencillo comprender los temas. Los términos utilizados eran precisos y sus explicaciones muy claras. Su enorme capacidad para transmitir conocimientos no era más que el producto de la bibliografía y sus excursiones a diversas partes de la República. Él reflejaba su pasión por la botánica a través de las láminas que dibujaba y la colección de plantas mexicanas que poseía. Carrillo es un claro ejemplo de docente comprometido, pues impartía sus clases apoyado en el gusto y el conocimiento de su disciplina, y así, de manera natural y sin proponérselo causaba la admiración de muchos de sus alumnos, motivándolos a su propia superación.

La lectura “A años luz de distancia” nos muestra una percepción similar a la anterior, pues el joven gracias a que miró en un programa de televisión una entrevista a científicos jóvenes y muy simpáticos, además de la forma de tratar los temas y como iban explicándolos, llamó su atención y cambió su imagen de la ciencia, la cual él consideraba aburrida y difícil de entender.

A mi en secundaria me pasó algo similar pues en primer año mi maestra de ingles casi no nos daba clases, nos ponía una actividad y ella se ponía a platicar con otros compañeros de mi grupo y con tal de no explicarnos nada nos dejaba copear a los que si sabían ingles, en cambio mi maestro de ingles en segundo año era muy buena onda, realizaba juegos, nos ponía canciones, explicaba muy bien la clase, nos repetía una y otra vez hasta que a todos nos quedaba bien claro, además, daba clases los sábados para aquellos que fueran mas atrasados y no les cobraba nada.

La materia que mas odie en mis tres años de secundaria fueron las matemáticas, ya que desgraciadamente me tocaron pésimos maestros, los cuales fallaban mucho, explicaban poco y para poder sacar el programa que tenían planeado nos llenaban de tareas al final de cada bimestre. Cuando entré a primer año de preparatoria me sentía desubicada, pues la mayoría de mis compañeros iban mucho más avanzados que yo, a veces el maestro decía “esto ustedes ya lo saben porque lo vieron en secundaria” y yo me quedaba en blanco, lo bueno es que mis maestros fueron muy pacientes y me pusieron al corriente luego luego. Las clases del profesor Armando Burgueño (primer semestre) y Gilberto

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