La Trama de la Presas
petitecopinReseña17 de Abril de 2013
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PRESAS
IGNACIO DEL MORAL
VERONICA FERNANDEZ
PERSONAJES
LAS PRESAS
AURELIA LA MANCA
CHARITO MARI CRUZ
FUENSANTA PAQUITA
MACARENA TEODOSIA
MAGDALENA VIOLETTE
LAS MONJAS
CONCEPCIÓN DE MARÍA madre superiora
SOR PIEDAD monja veterana
SOR ADORACIÓN la joven novicia
LOS HOMBRES
DON MÁXIMO el médico
DON LEANDRO un abogado
DON MAURO el director de la cárcel
DON MARTÍN el sacerdote
DON ESTEBAN el maestro
El lugar de acción, una cárcel de mujeres, en alguna provincia interior de España.
La época, en los últimos años 4o.
ESCENA I
En mitad del escenario VIOLETTE, una mujer joven, de aspecto frágil y de sutil belleza, asustada y sorprendida aguanta los cubos de agua que SOR PIEDAD y SOR ADORACIÓN vierten en su cuerpo desnudo con gran vehe¬mencia. Después se deja frotar por ambas. SOR PIEDAD hace su tarea mecánicamente, SOR ADORACIÓN, la monja más joven, se esmera más en su tarea y trata de no hacer daño a la reclusa. La atenta mirada de CONCEPCIÓN DE MARÍA, la madre superiora, se hace notar. Con peque¬ñas inclinaciones de cabeza y leves gestos con su mano derecha ordena a las monjas el final del lavado y el comienzo de la fumigación. Mientras tanto el cántico Cantemos al Amor de los amores se ha escuchado como una letanía, repetitivo y sin el júbilo que expresa su letra.
Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor.
¡Dios está aquí! Venid, adoradores; adoremos a Cristo Redentor.
¡Gloria a Cristo Jesús!
Cielos y Tierra, bendecid al Señor. ¡Honor y gloria a ti, Rey de la gloria; amor por siempre a ti, Dios del amor! Unamos nuestra voz a los cantares del coro celestial.
¡Dios está aquí! Al Dios de los altares, alabemos con gozo angelical.
¡Gloria a Cristo...
Cantemos al Amor de los amores, cantemos sin cesar.
¡Dios está aquí! Venid, adoradores;
Adoremos a Cristo en el altar. ¡Gloria a Cristo...1
(SOR PIEDAD y SOR ADORACIÓN terminan de vestir a VIOLETTE con la misma ropa que el resto de las presas. Las demás, cantando, salen de la oscuridad y VIOLETTE se integra en el grupo como si fuera una más, inten¬tando cantar con ellas. La superiora, madre CONCEPCIÓN DE MARÍA da una palmada y el cántico cesa de repente. Algunas reclusas se agachan a secar el suelo con trapos y el resto coloca las mesas para la cena.)
ESCENA II
CONCEPCIÓN DE MARÍA Vamos, DON MARTÍN, tranquilícese. Ya verá como todo sale bien.
DON MARTÍN ¿Bien? ¿Pero ha visto usted cómo cantan?
CONCEPCIÓN DE MARÍA ¿Y cómo quiere que canten?
DON MARTÍN Pues no sé, le podrían echar un poco más de entusiasmo. Y luego están esas dos, la comunista y LA MANCA, que ni cantan, sólo mueven la boca. Claro, como saben que el indulto no va a ser para ellas... ¿No puede usted hacer nada? ¿No puede amenazarlas con algún castigo?
CONCEPCIÓN DE MARÍA No se preocupe, el señor obispo no se dará cuenta. Vamos, tranquilícese. Lo harán bien, ya lo verá. Ya lo verá.
(Salen de escena DON MARTÍN y CONCEPCIÓN DE MARÍA. Tras ellos están las presas, mirando a la nueva con curiosidad.
MAGDALENA, la madame; MACARENA, la gitana; PAQUITA, la joven embarazada; MARI CRUZ, la comunista; LA MANCA, que por algo la lla-man así; CHARITO, la más jovencilla de ojos claros y tono suave y AURELIA, que discretamente está en la escena; se aproximan lo que pue¬den a VIOLETTE.
TEODOSIA, la mayor y más ruda de todas las presas, que come junto a SOR ADORACIÓN y SOR PIEDAD en una mesa aparte, participa de la curiosidad de las demás a distancia con miradas furtivas y algún que otro cuchicheo a SOR PIEDAD.
FUENSANTA, una joven que acuna a su bebé, está aislada del resto, intentando dar de comer al pequeño.)
MAGDALENA (A VIOLETTE.) ¿Y tú qué? ¿No dices nada? ¿Te ha comi¬do la lengua el gato?
MARI CRUZ Déjala; ya hablara cuando tenga ganas.
MACARENA (A VIOLETTE.) Estás un poco escurría... Más te vale comer,
aunque sea para entrar en calor, que aquí hace mucho frío.
PAQUITA Déjala, MACARENA, que yo también estuve tres días sin probar bocado cuando llegué, y eso que ya tenía a mi niño ahí dentro. Si no fuera por él, yo tampoco comería esta porquería.
CHARITO Pues a mí me gustan las lentejas; por lo menos están calientes y no nos faltan ni un día.
MARI CRUZ Hija, tú todo lo ves bien... Cada vez nos tratan peor y cada vez nosotras nos conformamos más.
MACARENA ¿Y de qué sirve protestar? Mira cómo acabaste la última vez. (A VIOLETTE.) Venga, mudita, ¿te lo comes o no? Mira que si no, alguien se lo comerá.
VIOLETTE (Con acento francés.) Haced lo que queráis. Y no soy muda.
(LA MANCA le ha cogido una mano con la única que a ella le queda, y VIOLETTE la retira un poco recelosa.)
LA MANCA ¡Francesa! Ya decía yo que tenía pinta de ser muy fina, que
tiene las manos como las de un niño recién nacido.
MAGDALENA (Imitando el acento de VIOLETTE.) Las francesitas son muy
ardientes, ¿verdad, mi amor?
VIOLETTE Eso no es verdad, somos normales. Además mi madre era española.
PAQUITA ¿Y se puede saber qué haces aquí?
VIOLETTE Todo ha sido un error... Yo soy inocente.
(TODAS se echan a reír.)
MAGDALENA Como todas, hija... Aquí todas somos inocentes. -
(Risas. De repente una jarra de agua cae al suelo. Todas dirigen su mira-da a FUENSANTA, que ha empezado a gritar.)
LA MANCA ¿Qué le pasa a ésta ahora?
FUENSANTA ¡Quiero leche! ¡Quiero la leche que me prometisteis! Se me va a morir de hambre. ¡Mi niño se va a morir de hambre! ¡ ¡Quiero leche!! ¡Quiero leche!!
(FUENSANTA empieza a tirar todo lo que hay en la mesa. Las demás PRE¬SAS también se acercan. SOR ADORACIÓN y SOR PIEDAD acuden hasta donde está ella corriendo. Aprovechando el revuelo, MACARENA se acer¬ca a la mesa de las monjas y pilla lo que puede.)
TEODOSIA Vamos, FUENSANTA, tranquila... ¡Tranquila!
FUENSANTA ¡ ¡No me toques!! ¡ ¡No toques a mi niño!! ¡Queréis que se muera! ¡ ¡Queréis que mi niño se muera de hambre!!
SOR PIEDAD (A TEODOSIA y SOR ADORACIÓN.) Ya empezamos. Llevadla a su celda.
FUENSANTA Quiero la leche... ¡Se va a morir! ¡ ¡Se va a morir!!
(TEODOSIA intenta agarrarla pero FUENSANTA no se deja.)
TEODOSIA Ya está bien, FUENSANTA. Estate quieta, o la hermana te cas-tigará.
(FUENSANTA muerde a TEODOSIA, que grita.)
FUENSANTA ¡ ¡Dejadme!! ¡Quiero leche! ¡Quiero leche para mi niño! ¡ ¡Quiero leche para mi niño!!
(Le da un fuerte ataque de histeria. Grita y se revuelca. SOR PIEDAD llega hasta ella y le da un fuerte par de bofetadas. Le arranca el revoltijo de trapos que lleva y lo arroja al suelo.)
¡Mi niño! ¡Ha matado a mi niño!
(Se precipita a coger el revoltijo y lo vuelve a conformar como si fuera un bebé. Lo coge en sus brazos.)
¡Lo queréis matar! ¡ ¡Lo queréis matar!!
SOR PIEDAD ¡Ya está bien! Lleváosla. Que pase la noche en la celda de castigo a ver si se le pasa.
SOR ADORACIÓN Pero hermana...
SOR PIEDAD ¡A la celda de castigo!
(Las PRESAS empiezan a protestar todas a la vez mientras TEODOSIA y SOR ADORACIÓN, ésta llorosa, se la llevan. Las voces suben de tono. SOR PIEDAD se encara a las demás presas.)
Y vosotras, ¿qué? ¿Ya habéis terminado de cenar? ¡Venga, todo el mundo a su sitio! ¡ ¡Vamos!! ¿O alguien más quiere ir con ella?
MARI CRUZ FUENSANTA no está bien, no debería estar aquí. Usted lo sabe.
SOR PIEDAD Ya habló la defensora de las causas perdidas. MAGDALENA Con un poco de leche se le hubiera pasado.
SOR PIEDAD ¿O alguien más quiere decir algo?
MARI CRUZ Hablaré con el obispo cuando venga...
SOR PIEDAD ¿Y tú te crees que el señor obispo te va a escuchar? Precisamente a ti, que estás aquí por comunista. ¡Válgame Dios!
(SOR PIEDAD vuelve a su mesa.)
PAQUITA Mejor que se la lleven; cuando se pone así, a mí me da miedo.
(MACARENA se acerca a CHARITO. Le entrega algo.)
MACARENA Toma, guarda esto. En tu celda no mirarán.
CHARITO (Lo mira. Es un cuchillo.) ¿Qué dices? Yo no lo quiero. MACARENA Tú guárdalo, que pa algo nos servirá, digo yo.
CHARITO Tú, con tal de robar... MACARENA Hija, la costumbre.
ESCENA III
Despacho del director.
Madre Concepción y DON MAURO
CONCEPCIÓN DE MARÍA Si usted me permite una observación, creo que esa mujer no tendría que estar aquí.
DON MAURO (Se está masajeando las sienes.) ¿Cómo dice CONCEPCIÓN DE MARÍA FUENSANTA. No tendría que estar aquí. Es una enferma mental.
DON MAURO Ya lo sé. He escrito al ministerio, pero la sentencia es en firme. Nadie le hizo un examen psiquiátrico, su abogado no alegó nada... Yo no puedo hacer nada. No puedo hacer nada, madre. Sólo pedirles que le den un vaso de leche. ¿Tan difícil es? Por Dios, ¿tan difícil es?
CONCEPCIÓN DE MARÍA No tenemos, DON MAURO. No tenemos leche. Los de la vaquería dicen que nos demoramos mucho en pagar¬les y que ellos con abastecer al hospital tienen bastante.
DON MAURO ¿Y por qué no se me ha comunicado? ¿Por qué nadie me
...