La codicia no justifica los hechos

LA CODICIA NO JUSTIFICA LOS HECHOS

29/03/19

Universidad de magdalena/ Economía

Paula Andrea Pérez Ortega

Una noche en un pueblo del caribe colombiano,  el 20 de junio de 1962 un acontecimiento en el único salón de billar de la localidad, alarmó a todos sus habitantes.  Un  robo de unas bolas de billar de la única mesa de juego que existía en este. El autor señalado del asalto fue Dámaso un hombre codicioso, quien vivía junto a su esposa Ana, quien era un poco mayor que él y esperaban un hijo. Producto de este suceso el pueblo se conmocionó, aunque pueda parecer insignificante, el billar era la única entretención para un importante grupo de hombres en el aburrido pueblo, entre tanto culparon a un negro de lo sucedido, quien luego de ser golpeado y maltratado brutalmente por unos agentes de la policía para obtener información de lo sucedido.

Con respecto a la realidad, se puede ver  como la codicia de algunas personas puede dañar la vida de muchos otros a su alrededor, las mentiras y los abusos de confianza llevan a las personas a realizar ciertos actos improcedentes, afectando la integridad de otros y de sí mismo, hechos de los cuales se deben tomar represarías contra sus protagonistas.

De este modo, podemos traer a colación  que  las decisiones que tomamos a diario buenas o malas repercuten en otras personas y por ello, debemos afrontar los hecho o como dice el dicho “pensar antes de actuar” para no equivocarse. Todos en algún instante de nuestras vidas llegamos a pasar por momentos, situaciones, lapsos o periodos de querer satisfacer nuestras necesidades de alguna u otra manera sin tener en cuenta a quién o a que afectamos, al no tener esa fuente para realizarlo y no por ese simple hecho debemos actuar de modo que repercuta nuestra decisión en otros.

En conclusión,  es una realidad en la actualidad que vivimos, hacen falta muchos recursos los cuales llevan a las personas a delinquir y así mismo debido al desespero de no tener una economía estable llegamos a cometer muchos errores hasta el punto de maltratar o dañar personas que están en nuestro alrededor. Empecemos a dejar estos acontecimientos en el pasado y vivir una coyuntura, brindando un consejo en el momento oportuno para así poder consagrar a las personas una guía para que no hagan cosas indebidas.

...