¿La felicidad se puede comprar? Ensayo

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¿La felicidad se puede comprar?

Introducción:

La felicidad, una cuestión conversada desde el principio de la concepción del pensamiento humano, se produce en un ser consciente cuando llega a un momento de conformación, bienestar o ha conseguido ciertos objetivos que le realizan como individuo, aunque cada persona puede tener su propio significado sobre qué significa la felicidad para ella. Se cree que nada intrínseco al ser humano se puede comprar. Y aunque la felicidad no escapa a esta norma, si podemos concluir algunas afirmaciones.

El dinero brinda a las personas autonomía para tomar decisiones sobre cómo vivir sus vidas. A medida que las personas avanzan y aumentan sus ingresos, tienen el potencial de hacer su vida mejor, pero esto no quiere decir que esto sea todo lo que hace a una persona feliz. Para medir la felicidad, se consideran el bienestar emocional de las personas, cómo se sienten en el día a día, y cuán satisfechos están con la forma en que va su vida en general.

Desarrollo: 

Un estudio hecho en 2010 encontró que el bienestar emocional aumenta con los ingresos. Sin embargo, a medida que crecen los ingresos de una persona, su bienestar aumenta a un ritmo cada vez más lento. O al menos eso se pensaba hasta que una nueva investigación lo refutó. Al rastrear la felicidad reportada en relación con los ingresos reportados, el estudio confirmó que la satisfacción con la vida aumentaba considerablemente. No obstante, el bienestar continuó aumentando después de ingresos altos.

Los aumentos de riqueza se midieron en una escala logarítmica. Si, como yo, le cuesta recordar lo que eso significa de la clase de matemáticas de la escuela secundaria, indica que "Esperaríamos que dos personas que ganan $25,000 y $50,000, respectivamente, tengan la misma diferencia en bienestar que dos personas que ganan $100,000 y $200,000, respectivamente. En otras palabras, las diferencias proporcionales en los ingresos son iguales para todos" (Killingsworth, 2021).

Esto lo podemos ver reflejado a través de la teoría de oferta y demanda, que indica que entre más tengas algo es menos significativo ingresar o perder pequeñas cantidades, que a alguien que no tenga nada le resultará muy valioso. Esto significa que a cada dólar adicional no les importa lo mismo a todos. Otros $10,000 tendrán un impacto mucho mayor en alguien que traiga a casa $25,000 al año que en alguien que gana $100,000. Cuanto más pobre seas para empezar, más feliz te hará cada dólar extra. 

No obstante, el investigador recomienda no definir el éxito en términos monetarios: “Aunque el dinero puede ser bueno para la felicidad, descubrí que las personas que equiparan dinero y éxito eran menos felices que las que no lo hacían. También descubrí que las personas que ganaban más dinero trabajaban más horas y se sentían más presionadas por el tiempo”.

Si bien el estudio muestra que los ingresos sí importan más allá de un umbral que se había establecido y aceptado anteriormente, no es correcto que la conclusión imponga la idea de que las personas deberían centrarse más en el dinero. De hecho, se descubrió que en realidad los ingresos son solo un determinante modesto de la felicidad.

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