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La torre Eiffel.


Enviado por   •  17 de Junio de 2014  •  Exámen  •  635 Palabras (3 Páginas)  •  223 Visitas

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La torre Eiffel.

Según Barthes- hay que tomar infinitas precauciones para no ver la torre: en cualquier estación, a través de las brumas, de las primeras luces, de las nubes, de la lluvia, a pleno sol, en cualquier punto en que se encuentren, sea cual sea el paisaje de tejados, cúpulas o frondosidades que les separe de ella, la Torre está ahí, incorporada a la vida cotidiana a tal punto que ya no podemos inventar para ella ningún atributo particular, se empeña simplemente en persistir, como la piedra o el río, y es literal como un fenómeno natural, cuyo sentido podemos interrogar infinitamente, pero cuya existencia no podemos poner en duda. No hay casi ninguna mirada parisina a la que no toque en algún momento del día o la noche.

La Torre también está presente en el mundo entero. Está primero como símbolo universal de París , no hay viaje a Francia que no se haga, en cierto modo, en nombre de la Torre, ni manual escolar, cartel o filme sobre Francia que no la muestre como el signo mayor de un pueblo y de un lugar: pertenece a la lengua universal del viaje. Mucho más: independientemente de su enunciado propiamente parisino, afecta al imaginario humano más general; su forma simple, matricial, le confiere vocación de un número infinito; sucesivamente y según los impulsos de nuestra imaginación, es símbolo de París, de la modernidad, de la comunicación, de la ciencia o del siglo XIX, cohete, tallo, torre de perforación, falo, pararrayos o insecto; frente a los grandes itinerarios del sueño, es el signo inevitable; del mismo modo que no hay una mirada parisina que no se vea obligada a encontrársela, no hay fantasía que no termine hallando en ella tarde o temprano su forma y su alimento; tomen un lápiz y suelten su mano, es decir, su pensamiento, y, con frecuencia, nacerá la Torre, reducida a esa línea simple cuya única función mítica es la de unir, según la expresión del poeta 'la base y la cumbre', o también 'la tierra y el cielo'.

La lectura del texto de Barthes me remite a pensar que la visibilidad de la Torre no era tanto una función de su altura sino de la morfología urbana de París. Si la Torre se hubiese construido en New York o en Chicago, seguramente ya no sería visible como lo es en París, porque sus 300 m. de altura hubiesen quedado opacados por la masa de edificios que le dan, precisamente, la densidad y la morfología que las caracteriza, y que las diferencia -claro está- de París.

La Torre simboliza además el deseo atávico del hombre de dominar, desde la altura, el territorio. La Torre es la marca de ese territorio y cualquier lugar desde el que la Torre es visible, a su vez es visible para la Torre. No hace falta buscar otro sentido a la empresa gigantesca que acometieron aquellos hombres que apostaron a su construcción. Y para comprender la magnitud de esa empresa, es necesario analizar los problemas que

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