Las batallas del desierto
Fernando LandaSíntesis21 de Febrero de 2022
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Las batallas en el desierto
Introducción
Al finalizar el reporte, se describirán brevemente algunas experiencias personales, relacionadas con el choque cultural que viví durante prácticamente toda mi infancia, mostrando la importancia que tomaron para mi forma de comportarme durante el resto de mi vida.
Desarrollo
El libro me hizo recordar la época de estudiante de primaria, tenía aproximadamente 7 años de edad, y aún tengo recuerdos muy claros de momentos que me hicieron sentir extraño o diferente, esto principalmente porque yo vivía en el Estado de México, y como todos en mi familia somos originarios de Buenavista de Cuellar, en el estado de Guerrero, un pueblo a solo 160 kilómetros de distancia de donde vivíamos, por lo que no era problema visitarlo cada fin de semana. Esta me hizo vivir mi infancia prácticamente en dos mundos totalmente diferentes, pues pasaba de estar en la zona metropolitana, con el metro, la basílica, las multitudes, el centro histórico enorme y lleno de tiendas con muchísimas cosas, a estar en los sembradíos de maíz, jitomate y jícama, yendo a ordeñar en las madrugadas, en la tenería de mi tía o en los patios grandes y llenos de macetas con flores de mi abuela Rosa jugando con mis primos. En temporada de lluvias íbamos con toda la familia a las barrancas, que tenían la corriente de agua suficiente como para simular que era un balneario, buscábamos tortugas, ranas y una que otra serpiente de agua. Recuerdo que no todas las casas tenías drenaje entubado ni había electricidad, y que el agua la íbamos a traer a las fuentes públicas o al pozo partículas de mi tía Maria.
Cuando regresaba a la escuela, era muy común que me perdiera de muchas cosas que pasaban en la televisión los fines de semana, pues en Buenavista no llegaba la señal y eran muy pocas las casa que tenían televisor, no veía el programa “En familia con chabelo” ni “Siempre en domingo”, ni las películas que pasaban, hablaban de la videocasetera y el Atari, tecnología que por supuesto desconocía y no entendía, lo que me generaba una situación un tanto tensa con mis compañeros de escuela de ese entonces, pues estaba totalmente fuera de conversación con ellos, incluso fui sujeto a burlas y molestia pues decían que “era de pueblo”.
Sin embargo, puedo decir tranquilamente que tuve una niñez muy bonita, y la disfrute muchísimo, y no la cambiaría por nada, pues me dejaron felices recuerdos que influyeron determinantemente en mi forma de ver la vida, y de tener presente valores muy importantes como la humildad y el respeto.
El tema de la política no fue tan relevante en mi infancia, tengo vagos recuerdos de la publicidad que se le hizo a Miguel dela Madrid que estaba en todos lados, en las paredes, espectaculares, y en cintas colgantes en todas las calles de la ciudad. También recuerdo mucho el programa llamado “Solidaridad”, que en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari fue la clave para que, mientras duro su gobierno, fuera considerado como uno de los mejores presidentes de México. En Buenavista se hablaba muy bien de él, pues se decía que gracias a su gobierno se pavimentaron muchísimas calles y se logró tener electricidad y drenaje en todo el pueblo. Recuerdo que fue muy curioso cómo se acabó el prestigio del presidente a tan solo unos meses después de su salida, honestamente no recuerdo muy bien el porqué, pero sí que toda la gente lo maldecía y le achacaba sus deudas.
El choque cultural por asistir casi todos los fines de semana a mi pueblo natal, prácticamente lo viví durante toda mi estancia en el Estado de México, sin embargo, creo que lo fui aprendiendo a manejar con el paso del tiempo, a grado tal, que en la universidad me ayudo a ser un tanto popular con mis compañeros, incluso algunos de ellos me acompañaban a Buenavista algunos fines de semana.
Conclusiones y aprendizajes
Con esta actividad, pude hacer una reflexión muy interesante de mi niñez, la cual recuerdo que en ocasiones era un tanto tormentosa, pues me sentía mal el no ser considerado o ser excluido de los grupos sociales que se hacían tanto en mi calle como en mi escuela. Era un tema que conversaba mucho con mi madre, quien me hacía ver la importancia de entender nuestros orígenes y de no avergonzarme de quienes somos. Todo esto me fue ayudando mucho a madurar, y a poder enfrentar la diferencia de cultura cada vez mejor, y estoy seguro de que influyó mucho en mi personalidad, mi manera de ver la vida y sobre todo en mi comportamiento. El tener estas dos perspectivas de vida me ayudo a valorar aspectos como el trabajo que cuesta el cosechar un jitomate, lo difícil que es llevar la leche a los hogares, el vivir si todas las comodidades y estar expuesto totalmente a la naturaleza. Actualmente me duele un poco que mis hijos no puedan vivir estas experiencias, pues la distancia es mucha, pero cada que vamos a Buenavista, trato de mostrarles cómo se vivía en mi pueblo, aunque actualmente ya es cabeza de municipio y dista un poquito del pueblo que viví, aunque no deja de ser autentico.
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