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Lectura literaria. El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha


Enviado por   •  7 de Febrero de 2024  •  Tutoriales  •  673 Palabras (3 Páginas)  •  29 Visitas

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Lectura literaria

El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda. El resto della concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mesmo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta, y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo de campo y plaza, que así ensillaba el rocín como tomaba la podadera. Frisaba la edad de nuestro hidalgo con los cincuenta años; era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza. Quieren decir que tenía el sobrenombre de Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia en los autores que deste caso escriben; aunque por conjeturas verosímiles se deja entender que se llamaba Quijana. Pero esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración dél no se salga un punto de la verdad.

Opinión

En el fragmento presentado podemos leer que existen partes que no tienen tanto sentido, al igual que se usa palabras en castellano que son apegadas más a la cultura española que al castellano usado normalmente en nuestro país.

El fragmento igual nos da una breve imagen de quien es nuestro personaje principal, que su estado mental no es sano, ya que él se dejó llevar por su imaginación al momento de leer varios libros de caballeros.

Lectura inferencial

Tío Tigre, Tío Conejo y los mangos

Una tarde de verano, Tío Tigre y Tío Conejo quisieron dejar a un lado sus diferencias y dar un paseo por el campo. Al cabo de varias horas, el calor se hizo insoportable y los nuevos amigos decidieron sentarse a la sombra de un frondoso árbol de mangos.

Los mangos eran pequeños, pero dulces y jugosos. Tío Conejo y Tío Tigre comieron muchas de estas frutas hasta quedarse dormidos.

Al despertar, Tío Tigre levantó la vista hacia las ramas del árbol y le dijo a Tío Conejo:

—¡En este mundo todo está al revés! Este árbol tan alto tiene mangos pequeños, mientras que las enormes sandías nacen de tallos en la tierra. Pasa lo mismo contigo Tío Conejo, eres bajo de estatura, pero bastante orejón.

Al final de estas palabras, le cae a Tío Tigre un mango en la cabeza.

—¡Qué afortunado eres Tío Tigre! Si las sandías crecieran en los árboles, menudo golpe que te hubieras llevado —dijo Tío Conejo, revolcándose de la risa.

Y fue así que Tío tigre y Tío conejo volvieron a enemistarse.

Opinión

Esta fábula tiene como escenario un campo donde dos animales que eran enemigos deciden dar un paseo en una tarde de verano en la trama se da fin a una enemistad, aunque esta dura muy poca por la opinión dada por cada personaje que son puntos de vistas en un inicio, pero luego se vuelven en críticas destructivas hechas para el otro, logrando así a volver a tener una enemistad.

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