Los Orígenes Del Totalitarísmo

Reporte de lectura #2 Los orígenes del totalitarismo de Hanna Arendt.

Esta autora tiene una perspectiva realista de la sociedad, al igual que Hobbes y Schmitt, gracias a esto elabora una propuesta a partir de claves interpretativas tales como poder, acción y violencia.

Según ella, el destino de la humanidad es la política, un fenómeno donde el pluralismo en conjunto con la democracia participativa logra obtener espacios de libertad. El pluralismo crea conflictos de mayor agudeza, pero lo político remite al consenso público legitimador del uso del derecho y la ley.

Los elementos posibilitantes de esta vida pública son la palabra, pues a través de ella se construye el mundo y la historia; y la acción, que es la facultad donde se apoya la libertad humana. Para nombrar bajo libertad se necesita un espacio de aparición, que es un espacio de igualdad, libertad, pluralidad y poder.

La esfera pública es donde el sujeto posee identidad que debe ser reconocida, en donde desarrolla su libertad y accede a sus preferencias, aquí se encuentra lo político.

Al reconocer la individualidad, se debe reconocer al “otro” en su pluralidad y también se debe sostener al pluralismo social como fuente de desarrollo de lo político. Con ello se busca la reconstrucción de la tradición Republicana, que se fundamenta en la participación ciudadana como soporte de la práctica política, es aquí donde se muestra que pluralismo y republicanismo son compatibles.

Arendt propone un Estado que se fundamente de un ámbito público de pluralidad, con un control en la figura democrática del Presidente.

También nos dice que debemos mantener límites en los procesos económicos, o sea la regulación del mercado, para mantener lo político en la esfera Pública y así lograr la unidad del Estado.

Apela a normatizar la política para que la acción no recurra a extremos, o sea el uso de la violencia por parte del Estado.

Retomando lo de la política, podemos deducir que para Arendt sería la actividad que relaciona a los individuos con identidades propias y con acciones reconocidas, referido a la esfera pública.

El conflicto es característica de la práctica política, no la define por sí solo, pero es una forma en que ésta se manifiesta.

El poder siempre se manifiesta en un grupo social, no en un individuo, no hay poder individual sin que haya partido de un consenso ciudadano, pues es una capacidad humana, no solo para actuar, si no para concertar, resultado de las acciones de grupo convenidas.

El uso de la violencia es una manifestación instrumental del poder obtenido mediante el consenso, pero surge entre sujetos cuando no se reconocen como personas, sino como medio para conseguir fines particulares. Esto ocurre cuando la violencia y la dominación

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