ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Siete Saberes De La Educación Del Futuro

freirepedagoga25 de Noviembre de 2012

3.741 Palabras (15 Páginas)636 Visitas

Página 1 de 15

1.- Ficha bibliográfica.

• Autor: MORIN, Edgar

• Título: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro

• Título original: Les sept savoirs nécessaire à l éducation du futur

• Responsabilidad secundaria: traducción de Mercedes Vallejo-Gómez, con la contribución de Nelson Vallejo-Gómez y Françoise Girard.

• Núm. de edición: 2ª edición

• Lugar de publicación: Barcelona

• Editorial: Ediciones Paidós Ibérica, S.A

• Año: 2001

• Núm. Páginas: 143 (Colección; número de la colección).

• ISBN: 84-493-1076-8

"Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcializado, nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un pensamiento multidimensional, nunca he podido eliminar la contradicción interior. Siempre he sentido que las verdades profundas, antagonistas las unas de las otras, eran para mí complementarias, sin dejar de ser antagonistas. Nunca he querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad." Edgar Morin; 2004.

2.-Breve biografía cronológica.

• Nace en París el 8 de Julio de 1921 en el seno de una familia judía.

• Cursa estudios universitarios de historia, sociología, economía y filosofía.

• Licenciado en Historia y Geografía y Licenciado en Derecho.

• Combatiente voluntario durante la Resistencia.

• Lugarteniente de la fuerzas francesas combatientes (1942-1944) Comienza a trabajar como periodista y escribe El Hombre y la muerte.

• Investigador en el CNRS (Centro Nacional de Investigaciones Científicas) de París Maître de Investigación (1961).

• Director de Investigación (1970).

• Director de la revista Communications. Codirector del Centre d'Etudes Transdiciplinaires (Sociología, Antropología, Política) de l'Ecole des Hautes Etudes en Scoencies Sociales (1973-1989).

• Presidente de la Agencia europea por la cultura.

• Es el titular de una Cátedra Unesco, la Cátedra Itinerante Unesco "Edgar Morin" por el Pensamiento Complejo.

• Doctor Honoris Causa por la Universidad de Perugia , Universidad de Palermo, Universidad de Ginebra, Universidad de Bruselas, Universidad de Odense (Dinamarca), Universidade Federal do rio Grande do Norte (Brasil), Universidade Candido Mendes (Brasil), Universidad de Natl, Universidade Joa Pesoa.

• Colegiado de Honor del Consejo Superior de Educación de Andalucía.

• Comendador de la Orden de las Artes y las Letras.

• Oficil de la Legión de Honor.

• Comendador de la Orden del Mérito Español.

• Premio europeo de ensayo Charles Veillon, 1987; Premio Viareggio Internacional, 1989; Medalla de la Cámara de Diputados de la República Italiana (Comité científico internacional de la Fundación Piu Manzu. Premio Media (cultura) de la Asociación de Periodistas Europeos, 1992; Premio Mediterranea de la Generalitat de Catalunya.

• En la actualidad es director emérito de investigación en el CNRS Director de la revista Arguments.

2.- Resumen.

Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión.

Todo conocimiento conlleva el riesgo del error y de la ilusión. La educación del futuro debe afrontar el problema desde estos dos aspectos: error e ilusión. La educación debe mostrar que no hay conocimiento que no esté, en algún grado amenazado por el error y por la ilusión.

Un conocimiento no es el espejo de las cosas del mundo exterior. Todas las percepciones son a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales, a partir de estímulos o signos captados y codificados por los sentidos; de ahí, es bien sabido, los innumerables errores de percepción que sin embargo nos llegan de nuestro sentido más fiable, el de la visión. El conocimiento en forma de palabra, de idea, de teoría, es el resultado de una traducción y reconstrucción mediada por el lenguaje y el pensamiento; por ende conoce el riesgo del error. Este conocimiento implica una interpretación, lo que introduce otro elemento para el error, además del elementos subjetivo que puede aparecer en la reconstrucción e interpretación que se realice.

Por esta razón es necesario, reconocer en la educación para el futuro un principio de incertidumbre racional, con el cual el ser humano tiene que jugar, y al que debe de incluir en cualquier evento educativo que pretenda desarrollar.

La necesidad para la educación es despejar las grandes interrogantes sobre nuestra posibilidad de conocer. Practicar estas interrogaciones se constituye en oxígeno para cualquier empresa del conocimiento. Así como el oxígeno en el pasado destruía los seres vivos primitivos, igual la incertidumbre destruye el conocimiento simplista, convirtiéndose en el desintoxicante del conocimiento complejo.

Los principios de un conocimiento pertinente

El contexto actual de cualquier conocimiento político, económico, antropológico, ecológico, es el mundo mismo. El problema universal para todo ciudadano de este milenio: ¿cómo lograr el acceso a la información sobre el mundo y cómo lograr la posibilidad de articularla y organizarla? ¿Cómo percibir y concebir el contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo? Para responder estas preguntas es necesaria una reforma del pensamiento, que implica una aptitud innovadora para organizar el conocimiento.

A este problema universal está enfrentada la educación del futuro, porque hay una inadecuación cada vez, más amplia, profunda y grave por un lado, entre nuestros saberes desunidos, divididos, compartimentados y, por el otro, realidades y problemas cada vez, más poli disciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales y planetarios.

Para que un conocimiento sea pertinente, la educación deberá entonces evidenciar:

• El contexto: el conocimiento de las informaciones o elementos aislados es insuficiente. Hay que ubicar las informaciones y los elementos en su contexto para que adquieran un sentido. Un ejemplo es la palabra amor, pues cambia de sentido en un contexto religioso o en uno profano.

• Lo global: es más que el contexto, es el conjunto de partes ligadas de forma organizacional, o sea la sociedad es un todo organizado del cual formamos parte nosotros. Este todo tiene propiedades que no se encuentran en ninguna de sus partes, si estas se separaran unas de otras. En definitiva hay que recomponer el todo para conocer sus partes.

• Lo multidimensional: las unidades de conocimiento, son como el ser humano o la sociedad, son multidimensionales; el ser humano es a la vez biológico, psíquico, social, afectivo, racional. La sociedad se comporta en dimensiones históricas, económicas, sociológicas y religiosas. El conocimiento pertinente debe reconocer esta multidimensionalidad e insertar allí sus informaciones, buscando relaciones como las que se forman naturalmente. Por ejemplo la dimensión económica se relaciona en forma permanente con las otras dimensiones humanas

• Lo complejo: esta palabra viene del término complexus, que significa que está tejido junto, en definitiva existe complejidad cuando son inseparables los elementos distintos que componen un todo, y que existe un tejido interdependiente. Por esto la complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad. Por lo tanto el ser humano debe desarrollar una inteligencia general capaz de enfrentar de manera multidimensional, a lo complejo, al contexto de una concepción global.

Enseñar la condición humana.

La educación del futuro deberá ser una enseñanza primera e universal centrada en la condición humana. Estamos en la era planetaria, una aventura común se apodera de los humanos donde quieran que estén. Estos deben reconocerse en su humanidad común y, al mismo tiempo, reconocer la diversidad cultural inherente a todo cuanto es humana.

Para lograr este conocimiento de la condición humana, es necesario que la educación desarrolle un énfasis en las ciencias naturales con el fin de ubicar los elementos de tipo físico anatómico y en las ciencias humanas la necesidad de brindar una explicación a la multidimensionalidad del hombre. Como seres vivos de este planeta, dependemos vitalmente de la biosfera terrestre; debemos reconocer nuestra muy física y muy biológica identidadterrenal.

Somos resultado del cosmos, de la naturaleza, de la vida, pero debido a nuestra humanidad, nuestra cultura, nuestra mente y nuestra conciencia; nos hemos vuelto extraños en este cosmos que nos es secretamente íntimo. Nuestro pensamiento y nuestra conciencia consideran al universo como parte de nosotros mismos, por eso llevamos en el seño de nuestra singularidad, no solamente toda la humanidad, toda la vida, sino también casi todo el cosmos, incluyendo su misterio que yace sin duda en el fondo de la naturaleza humana. Pero no somos seres que se puedan conocer y comprender únicamente a partir de la cosmología, la física, la biología o la psicología.

En síntesis la educación debería mostrar e ilustrar el destino con las múltiples facetas del humano: de la

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (25 Kb)
Leer 14 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com