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Los síntomas de la enfermedad


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2013  •  Ensayos  •  716 Palabras (3 Páginas)  •  196 Visitas

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Recuerdo despertarme entre vomito y traspiración, la cabeza me pesaba como si estuviera hinchada de sangre, mis parpados al abrirlos sentía algo grumoso en los ojos, estaban hinchados de sangre, posiblemente perecería un conejo, decía, humor que despareció al ver los cuerpos inertes que me permitía mi limitada percepción de los alrededores. El único sonido que se sentía era uno grave, no estaba seguro si era un sonido audible, era más bien una vibración que se sentía en el ambiente.

Pasó así un día entero, recuerdo que la sed que tenía era descomunal, tanto así, que tuve que saborear los fluidos vomitados que alcanzaban mi lengua. Estuve así hasta el anochecer, por fin pude ponerme boca arriba, no era que se sintiera la mas mínima brisa refrescante, el ambiente seguía denso, pero ya parecía acostumbrarme a respirar esa densidad, no era muy diferente a respirar agua; era difícil acostumbrarse a la idea pero el cielo increíblemente estrellado en medio de la ciudad oscura, era un motivarte increíble, mas allá de lo que podía mi propia conciencia.

Es extraño que pudiese sentir una sensación tan placentera posterior a lo ocurrido, si bien no sentía olor alguno a muerte ni a vida, la suave vibración ronca y el fluido liquido del aire que corría por mis pulmones hacia un estado somnífero ese noche dormí sin sueño alguno, fue como si nada existiese o hubiera existido, mi débil percepción se movía por el oscuro y a la vez iluminada arena de estrellas, me decía al despertar, lo agradecido que estaba de poder soñar por primera vez el estar en el espacio exterior.

Al despertarme al día siguiente, descubrí que la piel me ardía increíblemente, debía de tener una insolación fuera de lo común, mis venas las sentía hinchadas y a la vez apretadas, como si al movimiento de mis acalambrados músculos fuesen a reventar, entonces fue cundo los vi, al principio no podía creer lo que mis agarrotados ojos mostraban, pero al cabo de sentir esas diminutas partículas moverse por la superficie de mi cuerpo, comprendí que la agrupación de sensaciones no eran las posibles de un sueño, inquietándome, comencé a gemir y a moverme en el suelo como si de un vagabundo borracho se tratase, que evidentemente tenía una mala pesadilla. Después de un tiempo de esa agonía comprendí que estaban a todo mi alrededor, el sonido seguía grave, como si esas partículas no existieran, pero las sentía en la piel, una vez que me quedé más tranquilo pude percibir como las quemaduras que tocaban las partículas atreves de mi ropa disminuían en ardor. El cielo comenzó a volverse rojizo, como si de una atardecer se tratase y empecé a sentir la primera briza, era increíblemente refrescante, llegó un momento en que estaba seguro de que respiraba ese aire rojizo, fue entonces cuando mi cuerpo comenzó a tener fuerza, una fuerza extraordinaria, pude levantarme casi con facilidad de pluma, al levantarme de un salto

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