Movimientos Literarios. El Romanticismo

La literatura es un mundo mágico, repleto de géneros y movimientos que lo embellecen. Estos movimientos alimentan el espíritu de quien los lee, todos ellos reviven sentimientos y recuerdos que se guardan en lo profundo de nuestro ser. Algunos de estos son: El romanticismo, movimiento en el que nuestro yo lírico florece y revela todo lo que olvidó expresar en algún momento. El Modernismo, que renueva el arte y la expresividad en la literatura. Y por último, pero no menos importante, el realismo, en cuyas obras muestra la cruda realidad que se vive en la sociedad, convirtiéndola en belleza artística y siendo un medio por el que se denuncia la opresión que sufre el pueblo.  Tres movimientos que marcaron la literatura ecuatoriana, misma que ha trascendido a lo largo de nuestra historia, recabando en la belleza sentimental y artística, que los movimientos se han preocupado en expresar.

El Romanticismo nace a finales del S. XVIII, y se crea en contraste al pensamiento ilustrado, provocando un sentimiento de desengaño y pesimismo él cual motivó la expresión de las emociones. Este movimiento se desarrolla en un marco de grandes cambios sociales tanto políticos como económicos, como la Revolución Industrial y los enfrentamientos entre la monarquía y los defensores de la democracia; por lo que los escritores románticos exaltaban la libertad, el amor, los ideales, las rebeldías y derechos individuales, además de utilizar a la mujer y a la naturaleza para embellecer sus textos.  En el Ecuador, llega en el S. XIX, siglo en que se desarrollaron las guerras de independencia,  razón por la cual se encontró en las ideas románticas una fuente de inspiración, desarrollando las siguientes características: canto a los héroes y la libertad, el sentimentalismo, el mestizaje, la naturaleza y la identidad. (Santillana, 2016) Entre los escritores más representativos están: Dolores Veintimilla de Galindo, Juan León Mera y Juan Montalvo.

Entre 1880y 1910, aparece el Modernismo, movimiento en el que prevalece la belleza, para lo cual se renueva el lenguaje y el autor cuenta de recursos estilísticos, haciendo que sus obras sean más expresivas. En los poemas modernistas, se encuentra dos recursos: la sinestesia, que combina la descripción de dos elementos sensoriales; y la aliteración, que consiste en la repetición de un sonido semejante. Se caracteriza por tres rasgos: “La sensorialidad (…) apela a los sentidos con imágenes de gran belleza visual (…) las ambientaciones irreales e insólitas (…) y la perfección formal que utiliza versos poco usados como el alejandrino y el eneasílabo” (Santillana, 2016, p.92)
En el Ecuador, aparecen cinco poetas, nacidos en la misma generación, a la cual se la denominó la “Generación Decapitada”, que se caracteriza por ser muy sensibles, rebeldes y por su manera nostálgica y melancólica de ver la vida. Estos poetas son: Ernesto Noboa y Caamaño, Alfonso Moreno Mora, Humberto Fierro, Arturo Borja y Medardo Ángel Silva; todos ellos grandes exponentes del Modernismo en nuestro país. (Santillana, 2016)

Para denunciar la realidad social, nace el Realismo, en 1850 en el continente Europeo, como una de las vertientes del Romanticismo. El realismo es un movimiento que se privilegió en describir escenas cotidianas y cercanas al contexto de cada creador

Según Santillana (2016): “La narrativa se enfocó en la denuncia social y en la crítica al sistema (…) En nuestro país, particularmente, tuvo gran fuerza la narrativa de esta época, representada por escritores de la Sierra, como Jorge Icaza y Humberto Salvador, y de la Costa (…) el Grupo de Guayaquil, conformado por cinco grandes autores: Demetrio Aguilera Malta, Enrique Gil Gilbert, Joaquín Gallegos Lara, José de la Cuadra y Alfredo Pareja Diezcanseco” (p. 128).

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