Movimientos literarios

¿DE VERDAD LO COMPRENDES?

Cuando estás leyendo un poema, ¿de verdad prestas atención a lo que estás leyendo?, ¿analizas cada palabra que se emplea, conoces su significado y el

contexto en el que se está utilizando?, ¿Si entiendes el poema?, O simplemente lo lees y no tienes idea alguna de lo que estás leyendo? Yo supongo que en algún punto de la lectura si te tomas tu tiempo para pensar en lo que el poeta trata de transmitir al lector, entonces, si es así, ¿realmente lo analizas bien?...

Ahora bien, yo proseguiré a hacerlo, en este ensayo analizaré un poema de movimiento retórico modernista, el cual fue escrito por el poeta mexicano y precursor del modernismo, Salvador Díaz Mirón, el cual empezó a tomar interés por la poesía en el año 1874 y algunos años después, junto con otros poetas, fue heredero del pensamiento de libertad, donde se adhirió al modernismo.

Cuando yo escucho la palabra “modernismo”, la primer idea que se me viene a la mente es algo nuevo que deja atrás lo tradicional y bueno, no tengo una mala idea de este movimiento, pues esta es la característica principal que conforma y resalta al modernismo, la rebeldía creativa que presenta este movimiento, es un refinamiento un tanto narcisista y su aporte más importante fue su profunda renovación del lenguaje. Otra de sus características que me gustaría resaltar es, la forma en la que se rechaza la vida cotidiana, ya que el contexto del poema es ofrecerles a los poetas la posibilidad, por así decirlo, de huir del tiempo con el fin de aislarse de la realidad que no los satisface y de esta manera crean espacios lejanos y exóticos en los cuales refugiarse de su insatisfactorio día a día, o incluso evocan épocas pasadas o mejores.

En el poema que escogí, la figura retórica que se utiliza es el “hipérbole”, se puede notar la manera en la que el poeta exagera las situaciones que describe, con una simple palabra, una de las más notorias es la que se encuentra en inicio

de la primer estrofa, primer y segundo verso en el que cita “Yo quisiera salvar esa distancia, ese abismo fatal que nos divide”, la primer palabra subrayada nos dice

que es algo muy profundo y la segunda palabra, nos dice que es horrible, lo que nos da a entender que se encuentran en una distancia realmente fuerte.

Otra de las figuras retórica que vi que se que se empleaba era la de antítesis, ésta, se encuentra en la estrofa seis “¡Quisiera llevarte en mi como la nube al fuego, más no como la nube en su carrera para estallar y separarse luego!”. Aquí la parte subrayada es la antítesis, es la que nos ayuda a entender que la quiere llevar, pero no para lo que comúnmente implicaría llevársela.

Una cosa de la cual me percaté en el poema y en muchos otros de este mismo movimiento, y que no es figura retórica, más bien, es como una característica, y es que utilizan los colores y las artes plásticas para que su idea sea más entendible, destaque y para que igualmente su lenguaje suene altamente preciosista, ejemplo de lo que digo es la estrofa ocho, “Aspirarte en un soplo...

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