Mukarovsky, Oscar Wilde
Enviado por tailorpaty • 25 de Marzo de 2022 • Informes • 3.100 Palabras (13 Páginas) • 98 Visitas
Informe sobre “La función, norma y valor estético como hechos sociales” de Jan Mukarovsky y “El príncipe feliz” y “El ruiseñor y la rosa” de Oscar Wilde
Índice
1. Introducción 3
2. Desarrollo 3
1. Función, norma y valor estéticos como hechos sociales, Jan Mukarovsky. ................3
1. Función estética. 3
2. Norma estética. 4
3. Valor estético. ¡Error! Marcador no definido.
2. Oscar Wilde 6
1. Literatura victoriana ¡Error! Marcador no definido.
3. El príncipe feliz 7
1. Argumento 7
2. Análisis 8
4. El ruiseñor y la rosa 10
1. Argumento . 10
2. Análisis. 11
3. Conclusión 13
Bibliografía 14
1. Introducción
En el siguiente informe realizaremos un análisis de los cuentos “El príncipe feliz” y “El ruiseñor y la rosa” del escritor británico Oscar Wilde en base a la “Función, norma y valor estético como hechos sociales” de Jan Mukarovsky. Para ello primero expondremos los conceptos básicos de este último autor y nos pondremos en contexto con respecto a los cuentos seleccionados; vida del autor, situación socio-económica del momento en que fueron publicados. Luego procederemos con los argumentos de los cuentos y sus análisis. Finalmente una conclusión para cerrar.
2. Desarrollo
2.1 Función, norma y valor estético como hechos sociales, Jan Mukarovsky
Jan Mukarovsky, crítico literario y teórico checo, en su libro “Escritos de Estética y Semiótica del Arte”, en el capítulo dos “Función, norma y valor estético como hechos sociales” desarrolla los tres conceptos mencionados en el título, relacionándolos entre sí y redefiniendo la Estética tradicional a través de la interacción de ésta con las demás funciones sociales del arte.
2.1.1 La función estética
La definición de estética no solo considera lo bello o está relacionado con el placer, sino que puede ser encontrada en cualquier objeto y acción. El haber portado la función estética en un lugar o tiempo determinado no significa que vaya a ser así siempre.
La función para Mukarovsky es la cualidad que hace apuntar al objeto o acción hacia un propósito, y está determinada por la sociedad. La función tiene la característica de cambiar la percepción total del objeto con ella, por lo que, en parte, se encuentra conformado por las funciones que porta. Es necesario aclarar que en un mismo objeto conviven diversas funciones, aunque, en cada caso, hay una dominante.
La función estética es un codeterminador del comportamiento humano respecto a la realidad. Por ejemplo, cuando se producen cambios en la jerarquía de las funciones de un objeto determinado, la función estética se adhiere a la nueva función dominante y la refuerza, centrando la atención sobre ella. Otras veces sustituye una función desaparecida, conservándola, de ésta manera, para un nuevo uso y una nueva función. Es así como la función estética se integra en los procesos sociales.
Con respecto a las obras literarias, para Mukarovsky, la función comunicativa pugna con la estética. Alguien se puede expresar de manera poética sin que esa expresión sea artística solo por ser una expresión “bella”, ya que los motivos para considerar artística una obra no están dentro del creador, sino que en la sociedad.
2.1.2 La norma estética
La norma estética se presenta como una regla que se da en un nivel similar al de la función estética, puesto que ambas están relacionadas. La función estética está regulada evolutivamente también por la propia evolución de las normas sociales que tampoco se mantienen estables a lo largo del tiempo.
Es un hecho social que tiene fuerza de obligar y un proceso complejo que se renueva continuamente. Una de las razones de estas variaciones es que los individuos mismos las transgredan, no así invalidándola. Sin embargo, el individuo que la contradice la debe valorar y tomar como referencia para hacerlo. Lo mismo para que individuos ajenos puedan comprender dicha transgresión.
La norma estética se integra en la evolución social, unas veces determinando la pertenencia del individuo a un medio social determinado, otras veces el traslado del individuo de un grupo a otro, y finalmente acompañando y señalando los desplazamientos en la estructura general de la sociedad.
2.1.3 El valor estético
Si la aplicación de una norma estética deposita en el objeto la función estética, la valoración estética centra su atención en todo el objeto, no solamente en su función. Según Mukarovsky, no hay valores estéticos eternos; las obras de Homero o Shakespeare, por ejemplo, han estado siempre en lo más alto de la escala de valores estéticos, pero no porque se desconecten totalmente de sus procesos de valoración, sino porque a través de todos esos procesos pueden renovar su energía, y así lo hacen.
La razón principal para poner el acento epistemológico en la sociedad receptora de la obra es el carácter de signo que reviste la obra artística. El hecho de que la obra literaria contenga en su jerarquía de funciones la función comunicativa dificulta el análisis de su constitución como obra de arte. En este sentido, la obra literaria sería un signo repleto de signos. Sin embargo, conviene decir en este punto que la obra literaria, indica inmediatamente su finalidad, que es ser leída e interpretada.
El arte (especialmente la literatura) se nos presenta como un fenómeno que está íntimamente ligado al dominio de los signos comunicativos, pero de tal manera que niega la comunicación real. La comunicación propiamente dicha remite a cierta realidad concreta, que es conocida por el emisor del signo y sobre la cual debe ser informado el receptor. En el arte, por el contrario, la realidad directamente referida no es propiamente portadora de la referencia, sino solo su mediadora.
El valor estético pertenece por su esencia a los fenómenos sociales, ya que su estabilidad tiene que ser deducida de la relación entre el arte y la sociedad. Mediante este, el arte actúa sobre la postura emocional y voluntad del hombre frente al mundo, interviniendo directamente como regulador básico del comportamiento y del pensamiento humano.
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