Pinochet

La doctrina del shock "Del mismo modo en que el terror de Pinochet había despejado las calles para dejar paso a su cambio revolucionario, Tiananmen había allanado el camino para la transformación radical sin que hubiera ya temor alguno de rebelión. Una cita desnuda, puede decir más que una larga argumentación. El Chile de Pinochet y la China de la crisis del comunismo insólitamente hermanados en una sola oración. El lector puede confiar en que la elección es representativa. Todo el libro de Naomi Klein, La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre , es un masivo acercamiento de casos presentados con detalle, para sostener una fuerte propuesta teórica que abarca medio siglo de historia: esa es tanto su fuerza como su debilidad. Klein es una periodista y activista canadiense conocida por sus agudas críticas a la globalización, que expuso en libros de éxito como No logo y Vallas y ventanas. Su último trabajo tiene una doble fuente de inspiración: la Argentina del 2002, del corralito, las Asambleas y el default ; y el Irak de hoy, de los contratistas privados de seguridad, de las tácticas de "shock and awe", de la tortura. La conexión no es obvia, y lo es mucho menos si agregamos el ejemplo doble de Chile y China con que abrimos. La tesis de la autora acepta dos versiones. La más general sostiene que el modelo del mercado libre, de la rabiosa iniciativa privada, necesita, para imponerse, de la confusión que sigue a un desastre. Formulación soft que Klein ejemplifica con los casos de Nueva Orleans devastada por el huracán Katrina y de las costas del sudeste asiático arrasadas por el tsunami: momentos en que la desorientación de la ciudadanía posterior a la tragedia fue hábilmente aprovechada para imponer reformas que un día antes hubieran sido resistidas por la población: trátese de proyectos inmobiliarios o de escuelas charter. La versión dura de la tesis es más específica: implica provocar dolor y daño de manera deliberada. Ser causante o cómplice del desastre. Y entonces el Chile de Pinochet y la Argentina del Proceso se ordenan en una línea histórica que asocia el terrorismo de Estado y el neoliberalismo: Videla y Martínez de Hoz como caras necesarias de un proceso de concentración de la riqueza que requiere aplastar el disenso para ser posible. El archivillano de la historia es Milton Friedman, fundador de la así llamada Escuela de Chicago, una "forma fundamentalista" del capitalismo, "que siempre ha necesitado de catástrofes para avanzar". Klein admite que en los Estados Unidos de Ronald Reagan y, hoy, en la Francia de Nicolas Sarkozy, estas ideas llegaron al poder por las urnas. Sin embargo, sostiene que en estos casos los "cruzados" deben enfrentar la oposición del público, que modera la aplicación de ellas. En síntesis, que el modelo económico de Friedman -cuya contracara en América latina fue el desarrollismo de Raúl Prebisch, combatido

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