¿Qué está haciendo Internet en nuestras mentes?
Jorge RSEnsayo10 de Noviembre de 2021
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Alumno: Rubio Sánchez Julio Alberto
¿Qué está haciendo Internet en nuestras mentes?
Nicholas Carr
La primera parte del libro nos menciona como le impacto al autor el uso de la computadora y como fue evolucionando de acuerdo a su uso, después hace una recapitulación de la historia de los símbolos y la escritura. En el capítulo 4 nos empieza a describir las formas de escritura y como antes se escribí sin espacios, provocando que la comprensión fuera muy escasa, ya que el cerebro está ocupado en funciones como la de armar un rompecabezas y darle contexto al texto. Hasta que en Inglaterra e Irlanda se empezaba a dar espacios en los textos, esto incrementando el nivel de entendimiento.
Datos interesantes que menciona el libro es como la biblia fue el primer libro hecho en masa por la imprenta, y eso me hace entender por qué tiene muchas importancia he influencia hasta el día de hoy.
[pic 1][pic 2]Después de los primeros 6 capítulos y poder ver la evolución del texto, es correcto hacerse la pregunta ¿qué puede decirnos la ciencia sobre los efectos reales que el uso de Internet está surtiendo en cómo funciona nuestro cerebro?
Docenas de estudios a cargo de psicólogos. neurobiólogos. educadores y diseñadores web apuntan a la misma conclusión cuando nos conectamos a la Red. Entramos en un entono que fomenta pensamiento apresurado y distraído, un pensamiento superficial.
El internet nos ofrece estímulos sensoriales repetitivos, intensivos, interactivos y adictivos… que provoca alteraciones rápidas y profundas de las funciones del cerebro. ( se menciona que el internet podría ser la fuente de alteración de la mente humana mas potente, a la par de la imprenta)
Una parte me hace recordar el principio psicológico de la obsesión, si no mal recuerdo era de recompensas variables, ya que el libro nos menciona como en esta constante interacción desde alguna red social como Facebook en la que al hacer una publicación obtenemos likes hasta abrir el navegador de google y escribir alguna palabra clave y en automático tenemos millones de respuestas, obtenemos recompensas inmediatas. El principio de recompensas variable lo entendí con el experimento de Skinner, si a un ave le das una semilla cada vez que oprima un botón, sabrá que tendrá esa recompensa, dejas a esa ave con esa condición durante un periodo de tiempo, pero si de repente le quitas la semilla y no se la das cada que apriete el botón, entonces esta ave se mantendrá presionando el botón hasta obtener la semilla, llegando a la obsesión.
Esto es similar a lo que nos menciona el libro, claro acompañado de cosas como la carga cognitiva que recibe nuestra memoria, que no nos permite almacenar en nuestra memoria a largo plazo. También menciona Torkel Klingberg que
“ una carga cognitiva elevada amplifica la dispersión que nos invade. Cuando nuestro cerebro está sobrecargado, «las distracciones nos distraen más” por eso es importante concentrarse.
Puede que, como opina Gary Small, el uso de Internet ejercite la mente de modo similar a la resolución de un crucigrama. Pero un ejercicio tan intenso, convertido en nuestro principal método de pensamiento, puede impedir el conocimiento y el aprendizaje profundos. Intenten leer un libro mientras resuelven un crucigrama: tal es el entorno intelectual de Internet.
La atención del lector «se dirige a la maquinaria del hipertexto y sus funciones más que a la experiencia que ofrecía la historia»
Otra investigadora, Erping Zhu, dirigió un experimento de otra índole, pero también encaminado a discernir la influencia del hipertexto en la comprensión: hizo que distintos grupos de personas leyeran un mismo fragmento de texto online, pero varió el número de hipervínculos incluidos en el pasaje. A continuación examinó la comprensión de los lectores: les pidió que redactaran un resumen de lo leído y realizaran un test de elección múltiple. Encontró que la comprensión disminuía a medida que aumentaba el número de vínculos. Los lectores se veían obligados a dedicar cada vez más atención y potencial cerebral a evaluar los vínculos para decidir si pulsarlos o no. Ello dejaba menos atención y recursos cognitivos que dedicar al entendimiento de lo leído. El experimento sugirió la existencia de una correlación muy estrecha «entre el número de vínculos y la desorientación por sobrecarga cognitiva —escribe Zhu—. La lectura y la comprensión exigen el establecimiento de relaciones entre conceptos, hacer inferencias, activar conocimientos previos y sintetizar ideas fundamentales. La desorientación por sobrecarga cognitiva puede interferir con las actividades cognoscitivas de la lectura y la comprensión»
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