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Resumen La Divina Comedia, Cantos 5 Al 13


Enviado por   •  12 de Junio de 2012  •  2.387 Palabras (10 Páginas)  •  19.928 Visitas

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Canto Quinto

Aquí Dante y Virgilio llegan al segundo círculo, donde se castiga el pecado de la lujuria. En él, encuentran a Minos, uno de los jueces infernales a quien Dante le da una forma grotesca, renegándose frente a los condenados que fueran a ser castigados de acuerdo a su decisión.

En el momento que Minos nota su presencia, le advierte que no se confíe que por haber ingresado tan cómodamente a aquel lugar, le iba a resultar fácil retirarse. Viéndose repetida la situación experimentada con Caronte, Dante toma sus palabras.

Al continuar, se encuentran en un lugar de verdaderos condenados. Un lugar oscuro y tenebroso donde reinan el llanto, los gritos y los lamentos. Aquí Virgilio le enseña a Dante diferentes tipos de condenados por amor, con ejemplos de heroínas y caballeros famosos.

Sin embargo, hay una pareja de almas que captó la atención de Dante al trasladarse unidas. Pidió permiso a Virgilio para hablarles y le cuentan su situación. Aquí es cuando Dante se desmaya al sentir un exceso de piedad por la historia relatada de Francesca de Polenta (amante de Paolo Malatesta, asesinados por su esposo).

Canto Sexto

Este canto transcurre en el tercer círculo de Infierno, donde llueve con rigor eternamente. Dante despierta luego del mareo sufrido frente a Paolo y Francesca, pero sigue triste y asustado frente a la observación de los condenados y sufridos allí presentes.

En su camino encuentran a Cerbero, un monstruo de tres cabezas con aspecto de perro. Esta bestia representa la codicia y la discordia. Es el encargado de lastimar a los condenados con sus uñas, y ensordecerlos con sus gritos. Para calmarlo, Virgilio simplemente toma un puñado de tierra y el animal se lo come.

Al continuar, una de las almas de las cuales estaban atravesando, se levanta en forma de desafío a Dante y le exige ser reconocido. Dante no puede registrarlo debido a la gran angustia que poseía, por lo cual Ciacco se presenta a él mismo. Él está condenado allí por el pecado de gula, castigado con una incesante lluvia. Ciacco dice ser de Firenze, lugar de donde también provenía Dante, y eso por eso que para cerciorar está afirmación Dante le realiza una serie de preguntas a las cuales responde con seguridad y certeza.

Dante pregunta por otros ilustres florentinos, y Ciacco le comenta que se encuentran en niveles más bajos del Infierno por diferentes penas. Luego le pide que se le sea recordado en el mundo de los vivos y se lo traga el fango nuevamente después de haber sido concedido unos minutos de lucidez.

Al continuar caminando en ronda a través del círculo, Virgilio le cuenta a Dante acerca de la condición de los condenados luego de recibir la condena definitiva luego del Juicio Final. Dante, lleno de dudas, como se presenta la mayoría del tiempo a lo largo de la historia, es solicitado en razonar sensatamente para poder entender si las condenas pueden variar en su grado, a lo que Virgilio le explica las condiciones que se deben dar para que una condena pueda ser de un grado mejor al impuesto en un principio. Así llegan al punto donde se desciende a un círculo diferente, y se encuentran con Pluto, el guardián del cuarto círculo.

Canto Séptimo

Una vez en la entrada hacia el cuarto círculo, donde se condenan a los avaros y los pródigos, se encuentran con Pluto, seguramente puesto allí por el ser el dios pagano de la riqueza. Al pasar, Virgilio lo hace callar para poder continuar su camino.

Al podes ver a los condenados, Dante exclama su asombro y da una descripción de las penas. Aquí se puede observar como el autor demuestras su total disconformidad con la avaricia y plagio en la religión. En los grupos destacados se encuentran los papas y cardenales infieles a sus cargos, arrastrados por el valor del dinero. Dante, como en los demás círculos, pregunta si se podía reconocer alguno de los pecadores allí presentes, a lo que Virgilio le contesta que sería imposible debido a sus tan oscuros espíritus.

A través de una ruptura en el esquema de la obra, los personajes se encuentran en el quinto círculo del Infierno, en una fuente de donde fluye agua negra, perteneciente al pantano del Estige. Aquí Dante ve gente inmersa en el pantano, irancundos condenados por su ira, y son castigados con ser llenados de sus propios tristes pensamientos.

Al seguir caminando, Dante y Virgilio llegan a los pies de una torre, donde se interrumpe el canto. Al comenzar el Octavo Canto, los dos poetas aún no llegan a esta torre, por lo que se supone hubo una discrepancia cronológica al Dante Alighieri ser exiliado cerca de la fecha de la producción de estos cantos.

Canto Octavo

Al iniciar el canto con la frase “Digo, para seguir”, da certeza del enruedo en el ordenamiento de la finalización de un canto y la continuación de otro. Como por ejemplo al continuar con la historia en este canto, se encuentran caminando al borde del Estige acercándose a la torre, donde pueden unas señales luminosas en su tope.

Acto seguido se acerca rápidamente una barca Flegias, personaje mitológico, gritándoles sobre que había llegado su hora. Esto se debía a que los había confundido con las almas condenadas, ya que él es quien las “deposita” en el pantano. Virgilio habla con él y los sube a barca.

Aquí se presenta uno de los hechos más importantes en lo que lleva de la historia, al trasladarse en la embarcación, son interceptados por un alma que se toma del barco para intentar darlo vuelta pero Virgilio lo evita. Es la primera vez que Dante siente odio por una de las almas que allí se encontraba, y exige vengarse. Se comentó que esta alma (Filipo Argenti) en la vida real pertenecía a la familia Adimari, los cuales habrían denunciado a los Alighieri y conservado sus bienes en aquel entonces producido el exilio de Dante. He aquí una de las comparaciones de sentimientos llevados a la obra por un hecho en la vida real.

No queriendo hablar más de Filipo, continúan hacia las puertas de Dite, ciudad vigilada por los diablos. De ellos era el asombro al ver una persona viva rondando por allí. Virgilio pide de hablar en privado con ellos para poder pasar, pero vuelve sin éxito. Igualmente lo conforma a Dante diciéndole que su misión tendría que cumplirse de todas maneras.

Canto Noveno

El canto comienza con Dante preocupado al ver que Virgilio no tenía una respuesta concreta para él, y se le notaba preocupado sin saber mucho que hacer. Si bien Virgilio ya había ingresado a la ciudad de Dite, se le había sido concedida la admisión solo por ser designado a buscar un alma que debería ser reincorporada a la vida, y no

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