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RESUMENDE LOS CANTOS DE LA DIVINA COMEDIA


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  1.482 Palabras (6 Páginas)  •  568 Visitas

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Canto XVII

Están en el descenso al octavo círculo por lo que cada vez los círculos son mas estrechos, aquí se encuentran los violentos contra dios que son los fraudulentos y los usureros, se les clasifica como violentos contra dios o contra la naturaleza, debido a que viven de la usura y del fraude mas no de algo natural.

El canto comienza cuando Virgilio empieza a referirse a Gerión y lo llama a su encuentro en la orilla en el que se encontraban, Gerión solo pone su cabeza y su cuerpo apoyados dejando su cola colgando, en este momento Dante hace una descripción de este personaje.

Gerión es un moustro mitológico,tiene cabeza de hombre y cuerpo de serpiente, garras de león, y tiene el cuerpo cubierto de de lazos y escudos llenos de colores. Todo esto hace referencia a que Gerión es el representante de los fraudulentos del séptimo circulo, aquí se habla de que este “traspasa montes y atraviesa muros y armas” debido a que el fraude entra en todas partes y a través de su astucia puede destruir desde personas hasta ciudades enteras. Cuando Gerión se acerca a la orilla donde se encuentran Virgilio y Dante dejando solo su cola por fuera, Después Virgilio le dice a Dante que deben acercarse a Gerión, lo hacen por la derecha y dan 10 pasos por la orilla evitando la arena ardiente y el fuego.

Al acercarse al abismo, se ven almas sentadas en el borde, aquí Virgilio le dice a Dante que vaya a hablar con ellas, pero por poco tiempo mientras el habla con Gerión, cuando Dante llega a su encuentro ve las almas llenas de dolor, pero deleitadas mirando unas bolsas de colores que colgaban del cuello de cada una. Cuando Dante nota la presencia de las bolsas, las detalla más y ve una amarilla con un león azul, otra roja con un ganso blanco, y otra blanca con un marrano azul, en ese momento un alma le habla a Dante y le habla acerca de su vecino Vitaliano. Aquí vemos que todo lo que Dante ha visto, las bolsas y los símbolos son las representaciones de los colores de los prestamistas, cada uno representa a una familia Florentina que era conocida por ser usurera y utilizar el fraude. En este momento, Dante le da la espalda a las almas y se dirige hacia Virgilio, quien ya está montado en Gerión, Virgilio le pide que se ubique entre la cabeza del monstruo y su cuerpo para que la cola no le pueda hacer ningún daño. Virgilio advierte a Dante que no hay ninguna otra forma de bajar. Enseguida Dante describe el miedo que siente nombrando a Faetón y al desgraciado de Ícaro, mientras describe su experiencia dando vueltas y descendiendo sobre Gerión, al final lo compara con un halcón por la forma en la que los deja y se aleja rápidamente.

Canto XVIII

El monstruo Gerión ayuda a los poetas a llegar al octavo círculo del Infierno. Este espacio de tormentos se encuentra conformado por varios recintos, nombrados como “bolsas”, por su singular topografía. En la primera bolsa, padecen los aduladores, como por ejemplo, Venedico Caccianimico y los seductores, como Jasón. Ambos grupos de pecadores transitan en círculos alrededor de la bolsa, en filas contrapuestas, al tiempo que son flagelados sin piedad, por demonios cornudos. En la segunda bolsa yacen los aduladores, los cuales permanecen hundidos en la inmundicia. Dante identifica allí a Alessio Interminei da Lucca, y a Thais.

Llama la atención el modo en el que Dante, a través de un mismo castigo, distingue a los pecadores. Los aduladores, rufianes que hicieron comercio de los favores femeninos con otras personas, se presentan de frente a los poetas. Los seductores en cambio, les dan la espalda. Mientras que al representante del primer grupo, Venedico Caccianimico, es descrito por Dante de una manera grotesca e indigna (e incluso le escupe con desprecio), a Jasón, perteneciente al segundo, Alighieri le demuestra un cierto respeto.

XIX

En la tercera bolsa, del octavo círculo del Inferno, Dante y Virgilio se encuentran con los simoniacos, los cuales yacen atados y colocados de cabeza en pozos. Además, los pies los tienen encendidos, por lo cual los agitan frenéticamente. Al mirarlos, Dante evoca con nostalgia las pilas de bautismo en el Baptisterio de San Juan. Uno de las almas condenadas, a tan extremo tormento, es el papa Nicolás III, quien confunde a Dante con el papa Bonifacio VIII, pensando que es quien habrá de sucederle en ese pozo de tortura. Al final, Dante contesta con altivez al alma de Nicolás III y Virgilio, satisfecho, lo ayuda a cruzar a la siguiente bolsa.

XX

En el octavo círculo del Infierno, en la cuarta bolsa, yacen

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