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Socavones De Angustia


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2014  •  599 Palabras (3 Páginas)  •  517 Visitas

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Socavones de Angustia

Fernando Ramírez Velarde

Primera parte

AL DECLINAR EL DIA

Aquel domingo tenian que recibir su paga los trabajadores de la Empresa "Maravilla". Frente a la

Administración, había un grupo de trabajadores, esperando ser llamados para recibir sus salarios.

Hombres y mujeres de toda edad, aguardaban su turno.

Del fondo de la Administración, una voz fuerte llamó:

-!Pedro Gutiérrez!

El entró.

-Pedro Gutiérrez. Treinta y dos mitas. Dos bolivianos por mita.(Salarios aproximados vigentes antes

de la guerra del Chaco, en moneda boliviana de l8 peniques.) Total ganado, sesenta y cuatro

bolivianos. Descuentos: anticipos, veinte bolivianos; pulpería, treinta y un bolivianos. Total

descuentos: cincuenta y un bolivianos. Saldo, trece bolivianos. !Tome!.

El administrador entregó la suma indicada. Y mientras Pedro Gutiérrez salía, llamó nuevamente:

-!Tiburcio Huisa!.--Luego , dirigiéndose a una persona que, se estaba sentado en un sillon, que leía

un periódico, le dijo en voz baja: Este es un buen barretero. Tal vez le convenga Don Carlos. Entró

Tiburcio Huisa, un hombre pequeño, pálido y flaco, con la boca abultada por una pelota de coca.

El administrador pagó al barretero un saldo de diecinueve bolivianos.

Después, preguntó: Don Carlos que le parece?

Don Carlos era el dueño de la Empresa "Maravilla". El, le preguntó en quechua simulando

indiferencia: --Huisa, ¿Te gustaría un contrato:

-Me gustaría caballeroy--contestó el hombre,

-Donde pues, caballeroy?

-En "La LLusca"..Pero te pagaré cuarenta bolivianos por quintal de buena ley.

Huisa se puso triste. Al escuchar el ofrecimiento del contrato, pues sabia que era en "La Llusca" y se

desanimo por la oferta que le hicieron y, .dijo:

-No creo caballeroy. Muy mala es "La Llusca!. Si quieres en otra parte podría agarrar un contrato.--

No seas cobarde. Vas a ganar mucha plata- replicó el propietario.-La veta está muy ancha, con

metal puro. Aceptá, no seas tonto.

-No caballeroy- repitió Huisa moviendo la cabeza, muchos han muerto ahi. En otra parte si.

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