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Socavones De Angustia


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2013  •  2.002 Palabras (9 Páginas)  •  816 Visitas

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Socavones de Angustia

Fernando Ramírez VelardePrimera parteAL DECLINAR EL DIAAquel domingo tenian que recibir su paga los trabajadores de la Empresa "Maravilla". Frente a laAdministración, había un grupo de trabajadores, esperando ser llamados para recibir sus salarios.Hombres y mujeres de toda edad, aguardaban su turno.Del fondo de la Administración, una voz fuerte llamó:-!Pedro Gutiérrez!El entró.-Pedro Gutiérrez. Treinta y dos mitas. Dos bolivianos por mita.(Salarios aproximados vigentes antesde la guerra del Chaco, en moneda boliviana de l8 peniques.) Total ganado, sesenta y cuatrobolivianos. Descuentos: anticipos, veinte bolivianos; pulpería, treinta y un bolivianos. Totaldescuentos: cincuenta y un bolivianos. Saldo, trece bolivianos. !Tome!.El administrador entregó la suma indicada. Y mientras Pedro Gutiérrez salía, llamó nuevamente:-!Tiburcio Huisa!.--Luego , dirigiéndose a una persona que, se estaba sentado en un sillon, que leíaun periódico, le dijo en voz baja: Este es un buen barretero. Tal vez le convenga Don Carlos. EntróTiburcio Huisa, un hombre pequeño, pálido y flaco, con la boca abultada por una pelota de coca.El administrador pagó al barretero un saldo de diecinueve bolivianos.Después, preguntó: Don Carlos que le parece?Don Carlos era el dueño de la Empresa "Maravilla". El, le preguntó en quechua simulandoindiferencia: --Huisa, ¿Te gustaría un contrato:-Me gustaría caballeroy--contestó el hombre,-Donde pues, caballeroy?-En "La LLusca"..Pero te pagaré cuarenta bolivianos por quintal de buena ley.Huisa se puso triste. Al escuchar el ofrecimiento del contrato, pues sabia que era en "La Llusca" y sedesanimo por la oferta que le hicieron y, .dijo:-No creo caballeroy. Muy mala es "La Llusca!. Si quieres en otra parte podría agarrar un contrato.--No seas cobarde. Vas a ganar mucha plata- replicó el propietario.-La veta está muy ancha, conmetal puro. Aceptá, no seas tonto.-No caballeroy- repitió Huisa moviendo la cabeza, muchos han muerto ahi. En otra parte si.Don Carlos se puso furioso y contesto:-¿Y chola más no quisieras?...!Sal de aquí indio bruto si no quieres que te muela a patadas!Maricón, cobarde...El Administrador gritó el siguiente nombre y volvió a dirigirse a su patrón:-Este tambien es bueno, don Carlos.Entro un hombre simpatico moreno y de constitución atletica, con mirada inteligente y sonrisaamable. Después de tomar un saldo de veintitrés bolivianos, recibió la misma oferta:-Chuquimia, ¿te gustaría un contrato?Y dio la misma respuesta: --Me gustaria patrón. ¿Donde?-En "La Llusca". Cuarenta pesos por quintal y ese porque te quiero, pues a otros no les pagaría nitreinta. la veta está hermosa y ganarás mucha plata.Chuquimia conocía el lugar y no teniéndole miedo quedo muy entusiasmado por la propuesta.Contestó:-Lo pensaré patrón y mañana te avisaré el resultado.Don Carlos, queria ya nomas saber y presionó:-Me voy mañana a Oruro y si tú no aceptas ahora, daré el contrato a otro.Ante tanta presion del dueño de la Empresa, Chuquimia aceptó. A falta de firma puso su impresióndigital debajo de un papel escrito que no podía entender; pero que, según le manifestaron, conteníalos detalles del contrato. Salió muy satisfecho con una copia de aquel documento.Aquella mañana el hombre llegó a su casa muy serio y entregando el dinero a la mujer, dijo:-Ahí está el pago "Ulincha". Veintitrés bolivianos.-Esta vez no te han engañado- comentó la mujer miró de reojo a Julián Chuquimia que se habíasentado en la entrada de la puerta, permaneciendo silencioso.Donata Ari, era una bonita indígena. Destacándose en ella sus ojos negros, muy grandes.-Qué tienes Julián- preguntó bruscamente.-Nada "Ulincha"-Después añadió con acento de tristeza: -Es muy fregado el trabajo en la mina. Sipudiéramos irnos a nuestro Suticollo...-¿No decías que nunca más serias pongo de una finca?.-Es que yo quisiera volver con plata- aclaró Chuquimia. -Podríamos comprarnos un terrenito, dijo. Yomismo, con mis brazos, levantaría nuestra casa. Trabajaría la tierra desde la salida del sol hasta que

el sol se perdiera. !Es tan lindo el valle!...Nunca se siente frío. Allá la tierra es buena, aquí se havuelto mala, porque la torturamos haciendo socavones con barrenos y pólvora.-¿Y cómo reuniríamos la plata, Julián? Lindo seria volver a nuestro Suticollo como tu quieres; peroeso es imposible. Por más que trabajes años y años, ganando como ahora veintitrés bolivianos almes, nunca podríamos reunir lo necesario para comprar un terreno.-¿Y si "agarrara" un contrato, "Ulincha"? -preguntó Chuquimia,-Si no fuera en "La Llusca", sería bueno Julián--contestó la mujer.-Es que sólo en "La Llusca" podrían darme contrato.La mujer empezó a comprender la verdad de lo que Julián Chuquimia le ocultaba y sintió un ligeroestremecimiento.Miró con fijeza a su compañero, para luego increparle:-¿Quieres morir como el "Macho Toro", como el "Barbón" y como el "Santuquito"?-!Aa!.. Ellos no eran para ese lugar; !pero yo soy! contestó Chuquimia. Yo podría sacar hasta diezquintales mensuales y ganar unos trescientos pesos libre. En ocho meses tendríamos como parairnos. Solo a mi porque me quiere, el patrón me pagaría cuarenta bolivianos por quintal.-!Ja jay!- rió forzadamente la mujer.-¿Porque te quiere?... No me hagas reír...-Porque te quieredesea que mueras. ¿Que le importa de ti? !A él lo único que le interesa es el metal aunque muerancien peones!.-En vano estás hablando tanto... Ya he firmado el contrato y desde mañana trabajaré en "LaLlusca"...La mujer se alteró ante la revelación que acababa de escuchar.Sentándose en el suelo lloró amargamente. El minero, trató de calmarla con voz tierna:-No te aflijas "Ulincha". No me pasará nada y después de ocho meses nos iremos a nuestroSuticollo... Ya no llores, "Ulinchita".Al día siguiente, muy temprano, Julián Chuquimia se dirigió a "La Llusca" que era un paraje situadoa dos kilómetros del campamento.Llegando a la boca mina Julián Chuquimia , tanteó la firmeza de los dos barrenos clavados en laroca que sostenían el cable de acero de treinta metros por el cual debía descolgarse para llegar hasta el socavón.Se quitó las abarcas, se amarró en el cuello la herramienta, el material y el ckockaui y empezó adescolgarse en el abismo por el cable que se balanceaba levemente. Chuquimia era un hombrefuerte y elástico. De otro modo no habría podido

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