Tutoria Como Estrategia De Aprendizaje

LA TUTORIA COMO ESTRATEGIA DE FORMACION CONTINUA

DESDE

EL ENFOQUE HISTORICO-CULTURAL

Juan Mata Pimentel

Desde Platón y Aristóteles, la tutoría ha sido utilizada como un accionar pedagógico, para sus enseñanzas filosóficas vinculadas con los avances científicos y la cultura de sus pueblos.

Cuando la educación escolarizada estaba ausente y/o apenas emergía en algunos pueblos de Asia y Europa, en los sistemas feudal y pre-capitalista, la tutoría se concebía como la forma más idónea de enseñanza, pues solo los/as hijos/as de aquellos con cierta riqueza y poder podían, debían y tenían el privilegio de recibir enseñanza personalizada de un tutor garantizando así la sucesión de sus poderes a sus progenitores.

La función básica de un tutor era transmitir conocimientos. En los pueblos primitivos la tutoría se realizaba como una forma de transmitir hábitos, costumbres o culturas, por lo que se puede afirmar que el origen de la tutoría ha sido siempre utilizado como una estrategia de enseñanza.

Con el desarrollo de las fuerzas productivas en el sistema capitalista, la escolarización se diversifica para dar respuestas a las necesidades de capacitación, pues requería de manos de obra especializadas, en este ámbito la tutoría es utilizada para enseñar áreas puntuales como matemáticas, lingüísticas y estadísticas entre otras. A partir de este momento surgen múltiples teorías y enfoques sobre educación y otros ámbitos del saber, y, es Lev. S. Vigotski, quien identifica la fuerte vinculación que tienen los diferentes contextos con la promoción del desarrollo humano, surgiendo así la teoría sobre el enfoque histórico cultural. Este enfoque plantea que la mente tiene origen y carácter histórico-cultural y se conforma y transforma en el curso de la actividad socialmente organizada y ejecutada, (Rodríguez, Arocho 2010).

Las acciones del ser humano están conformadas no solo de la genética que posee, sino que está mediado por la realidad social y cultural donde se desarrolla la persona. Además de la carga genética, tomando en consideración las emociones, los afectos, las relaciones y la comunicación, los cuales influyen en la forma de pensar y actuar de cada individuo, es que, la tutoría desde el enfoque histórico-cultural, cobra una dimensión diferente, tomando en cuenta la zona de desarrollo próximo para orientar el apoyo que se dará a cada persona de acuerdo a sus necesidades visualizando hacia donde, y hasta donde puede llegar.

Según Fernández Solís (2010), el propósito inicial de la tutoría era reducir el índice de reprobación, deserción y poder incrementar la eficiencia final de los estudiantes universitarios en su formación personal y profesional.

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