ESTRATEGIAS DE APRENDIZAJE

APRENDER A APRENDER.

El proceso educativo, dada la importancia de considerar el aprendizaje como un proceso continuo que tiene lugar durante toda nuestra vida, requiere que nadie piense, vea, hable o actúe por nosotros.

Memoria y atención.

La memoria es el depósito de acontecimientos pasados que nos permite evocar experiencias adquiridas para utilizarlas cuando sea necesario, por lo que resulta necesario convertirla en almacén de riquezas intelectuales y experiencias que nos permitan utilizar el conocimiento heredado en momentos en que sea oportuno hacer uso de ello; sin embargo, la memoria tiene límites, por lo que resulta de suma importancia organizarla, para lo cual es necesario ejercitar la atención, pues recordamos sólo aquello en lo que se fija nuestra observación, de ahí que resulte imperativo vivir nuestras experiencias, pues entre más vivenciales o significativas sean éstas, serán recordadas más fácilmente.

Para lograr lo anterior, el autor sugiere otorgar un significado a las cosas, tratar de comprenderlas, de tal forma que los conocimientos adquiridos no se desvanezcan; además, resalta la importancia de repasar o repensar dichos conocimientos mediante la crítica y la reflexión, pues de lo contrario nunca haremos nuestras las sapiencias logradas.

Asimismo, resulta trascendental desarrollar un sistema propio de memorización mediante el uso de palabras clave y símbolos visuales (claves nemotécnicas) que permitan recordar conjuntos de experiencias o aprendizajes, el cual debe desarrollarse en periodos cortos, pues el aprendizaje derivado de un estudio repartido en varios días es más eficaz que el obtenido en una sola sesión larga, conjuntamente con un espacio libre de distractores para lograr la mejor concentración.

Aprender a leer.

Parece extraño que un profesionista o estudiante no sepa leer, pero ello resulta infructuoso si después de haber leído un determinado lapso no ha comprendido nada, por lo cual resulta primordial que al leer se entre en un diálogo con un interlocutor ausente, es decir, “escuchar” y razonar la información contenida en el texto, de tal forma que se comprenda el mensaje; a más de que la lectura debe ser una técnica que conlleve la posibilidad de adquirir conocimientos amplios, asimilándolos a nuestra propia vida.

Para lograrlo, en principio es necesario lograr una visión global del contenido, de la secuencia de la información y de las posibles relaciones entre ella, mediante el análisis visual de toda la lectura, y una vez hecho esto, hacer preguntas acerca del objetivo del autor, para posteriormente proceder a la lectura íntegra del contenido en la que se consideren las palabras y frases claves, utilizando para distinguirla signos que eventualmente nos permitan una interacción con nuestro mudo interlocutor. Asimismo, resulta esencial realizar fichas e incluso una síntesis total.

Posteriormente, resulta necesario explicar en voz alta lo que se acaba de leer, haciendo énfasis en los puntos esenciales tratados por el autor, todo lo cual debe hacerse de memoria para evaluar la capacidad de comprensión y retención, así como la habilidad para expresarlo con palabras propias.

También, al considerar el aprendizaje como una actividad crítica, resulta indispensable dominar el arte de formular preguntas, cuyas respuestas se puedan encontrar en diversos medios, a fin de que las mismas carezcan de sentido; aunado a ello, a fin de practicar la capacidad de síntesis y reflexión, resulta positivo elaborar cuadros sinópticos, en los que se expresen ordenadamente las principales ideas y se vinculen éstas con los conceptos fundamentales.

Hecho lo anterior, es imprescindible repasar o repensar de manera periódica y constante lo ya estudiado.

Aprender a escuchar.

Un profesionista o estudiante se encuentra saturado de información adquirida a través de conferencias, cursos, etc., por lo que resulta de suma importancia en primer término escuchar y atender, y en segundo asentir o disentir, para lo cual resulta una buena ayuda la toma de notas, que surgen de una buena escucha, una concentración activa y una evaluación continua.

Para lograr escuchar mejor es necesario prepararse leyendo notas sobre el tema, concentrarte en el contenido no en el que lo dicta, escuchar con una mente abierta, mantenerse alerta física y mentalmente y utilizar el proceso escuchar-pensar-escribir.

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