Walter Riso
marioleoneljim27 de Febrero de 2014
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Walter Riso - PENSAR BIEN SENTIRSE BIEN.
La mente humana tiene una doble potencialidad. En ella
habita el bien y el mal, la locura y la cordura, la compasión
y la impiedad. La mente puede crear la más deslumbrante
belleza o la más devastadora destrucción, puede ser la causante
de los actos más nobles y altruistas o la responsable del
egoísmo más infame. La mente puede dignificar o degradar,
amar u odiar, alegrarse o deprimirse, salvar o matar, soñar hasta
el cansancio o desanimarse hasta el suicidio.
Como veremos a lo largo de este libro, la mente humana
no es un dechado de virtudes a la hora de procesar la información.
Tal como sostenía Buda, ella es la responsable principal
de nuestro sufrimiento. El conflicto es claro: no podemos
destruirla ni prescindir de ella radicalmente, pero tampoco
podemos aceptar la locura y la irracionalidad sin más. La complejidad
de la mente no justifica resignarnos a una vida de
insatisfacciones, miedos e inseguridades.
¿Qué hacer entonces? Conseguir que la mente se mire a sí
ttúsma, sin tapujos ni autoengaños, para que descubra lo absurdo,
lo inútil y/o lo peligroso de su manera de funcionar.
Que se sorprenda de su propia estupidez. Para cambiarla mente
debe hacer tres cosas: (a) dejar de mentirse a si misma (realismo),
(b) aprender a perder (humildad) y (c) aprender a discriminar cuándo
se justifica actuar y cuándo no (sabiduría). Realismo, humildad
y sabiduría, los tres pilares de la revolución psicológica.
Puedes liberarte de las trampas de la mente y crear un
nuevo mundo de racionalidad, donde la emoción esté incluida.
Un pensamiento razonable y razonado que te lleve a crear
un ambiente motivador donde vivas mejor y en paz contigo
mismo. No me refiero al Nirvana o al Paraíso terrenal, sino a
una vida bien llevada, la buena vida de los antiguos.
¿Es posible cambiar la mente? Mi respuesta es un contundente
sí. Podemos revertir el proceso de irracionalidad que
comenzó hace cientos o miles de años.Tenemos la capacidad
de hacerlo. Basta ver las "mutaciones mentales" que ocurren j
en un sinnúmero de personas que han logrado sobrevivir al
situaciones límites. Tenemos el don de la razón, de la refle-j
xión autodirigida, de la autobservación, de pensar sobre lo que j
pensamos. Somos capaces de damos cuenta de los errores y desapren-\
der lo que aprendimos. Ésa es mi experiencia como terapeuta.
Este libro es el producto de años de investigación en el|
área cognitiva del comportamiento, es decir, del sistema de pro-\
cesamiento de información humano, tanto en la actividad clínica:
como en la vida académica. Mi intención ha sido divulgar los j
avances mas importantes en Terapia Cognitiva para que el]
público se informe e intente aplicar algunos principios que ha
demostrado ser especialmente útiles en un sinnúmero de tras-I
tornos psicológicos y dificultades de la vida diaria. Creo que|
la psicología cognitivo-comportamental ha evolucionado
mucho en el último cuarto de siglo y ya es hora de que intentemos
hacer promoción y prevención de salud psicológica.
Pensar bien, sentirse bien va al encuentro de los antiguos y
representativos racionalistas sin oponerlos a la moderna terapia
cognitivo-informacional. Creo que el auge de la Nueva
Era y ciertas corrientes postmodernas y postracionalistas (que
piensan que la emoción prevalece sobre la razón) han creado
una sene de malos entendidos sobre la importancia del pensamiento
racional en el proceso del bienestar humano. Para
algunos fanáticos (que nada tienen que ver con el movimiento
de la inteligencia emocional, el cual respeto mucho),"pensar
racionalmente" es improductivo y poco recomendable. Pero,
si el pensamiento está out, no tenemos esperanza de cambio.
Toda la investigación actual en psicología apunta a lo mismo:
á pensáramos mejor, actuaríamos mejor.
Esto no implica negar la importancia que la emoción y el
afecto tienen en el comportamiento humano. Habrá ocasiones
en las cuales pensamos mal porque nos sentimos mal y otras en
las que nos sentimos mal porque pensamos mal El énfasis dependerá
del caso. Si sufres de un síndrome premenstrual, pensarás
mal porque te sientes mal (es posible que te invada el pesimismo
0 que empieces a ver a tu marido como el peor de los idiotas).
Pero si padeces de un trastorno obsesivo compulsivo, es muy
Probable que pensar mal hará que te sientas mal. No se trata de
negar el pensamiento, sino de aprenderlo a usar, de ponerlo
en su lugar y potenciar sus posibilidades.
La compleja capacidad de razonar con la que contamos!
nos aleja de nuestros antecesores animales, no importa lo que j
digamos y las analogías que pretendamos establecer a partii
de las similitudes bioquímicas halladas con los primates. Elj
problema no sólo es cuantitativo, sino cualitativo. Nadie niega]
que algunos primates también tengan cierto nivel de auto-|
conciencia, peré en el ser humano la capacidad de autorre-j
flexión alcanza un grado notable de expansión que, entre otras 1
muchas cosas,le permite preguntarse por el sentido de la vida,|
trascender psicológica y espiritualmente y mostrar una creatividad
sin límite.
La mente inventa la cultura, o mejor, es la cultura.Tal comol
decía Fromm, tenemos la capacidad de vivir en una contra-]
dicción permanente entre lo que en verdad somos y lo que 1
quisiéramos ser. Provenimos de la naturaleza, pero nos aleja-J
mos de ella en tanto somos individuos que se piensan a síf
H
mismos, capaces de amar y dar nuestra vida por un ser queri-|
do o un ideal, contradiciendo el más elemental instinto del
supervivencia. Amor y razón, los motores de la humanización A
Odio e irracionalidad, la fuerza deshumanizante, el retroceso^
la involución.
El texto consta de tres partes y dos anexos prácticos.
La Parte I se refiere a la Testarudez de la mente y su resiste
al cambio. Aquí, partiendo de los hallazgos más recientes en ell
procesamiento de la información en humanos, intento mos
trar cómo la mente es un sistema que se autoperpetúa a sí;
mismo y que, por tal razón, rechaza, ignora o distorsiona aqut
información que no concuerda con sus creencias. En el Anexo
I (Pensar bien), a través de ejemplos y casos concretos, encontrarás
sugerencias prácticas para atacar los sesgos o errores
cognitivos y facilitar una actitud hacia el cambio
La Parte II hace referencia a los Malos Pensamientos, donde
analizo y discuto seis pensamientos negativos típicos que afectan
nuestro bienestar emocional. En el Anexo II (Pensar bien),
encontrarás sugerencias prácticas para modificar estos pensamientos
mediante técnicas cognitivo-conductuales de fácil
aplicación.
En la Parte III, Esquemas saludables, me conecto con el
tema de la calidad de vida y con los estilos que impiden su
desarrollo normal. Esta parte no tiene anexo porque su contenido
es suficientemente ilustrativo. Los cinco esquemas que
trato están ligados a un conjunto de principios filosóficos que
han pregonado algunos pensadores de vieja data como Epícteto
y los estoicos, el Maestro Eckhart, Montaigne, Spinoza y Kant,
y otros más recientes como Peter Singer, Jakélévich, Derrida
y Comte-Sponville. Mi intención es buscar un punto de unión
entre la sabiduría práctica y la psicología aplicada.
Puedes abordar la lectura del libro de varias maneras. Puedes
leer las Partes I, II y III y luego, si te interesa, ir a los
Anexos I y II para tratar de aplicar los principios a la vida
diaria. O bien puedes leer la Parte I e ir inmediatamente a la
aplicación práctica del Anexo I, para ruego volver a la Parte II
Y continuar más tarde con la aplicación práctica del Anexo II.
En fin, el texto es tuyo. La experiencia me ha enseñado que
los lectores definen la propia forma de abordar la lectura, ii
cluso en contra de lo que intentó realizar sesuda y lógica-f
mente el autor. j
Finalmente, este libro va dirigido a cualquier persona quf
quiera aprender a conocerse a sí misma y descubrir cómc
funciona su mente, para luego decidir si vale la pena intent
modificarla o no.También está orientado a profesionales de
salud mental y la salud en general que deseen utilizar su con-j
tenido como ayuda para la terapia con sus pacientes.
Pensar bien es una posibilidad que vale la pena ensayar, ní
importa el camino que elijas. Mi propuesta se fundamenta er
la terapia cognitiva y los modelos de procesamiento de la in-<
formación, pero existen otras opciones igualmente válidas^
Cada quien debe descubrir la manera personal de adentrase
en sí mismo y, tal como decía Krishnamurti, navegar por e|
laberinto de la mente hasta desenredar la madeja de sus pr
pios
...