Pares craneales
Maria LealDocumentos de Investigación6 de Junio de 2023
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Pares craneales
Los pares craneales son 12 pares de nervios que conectan directamente el cerebro y el tronco del encéfalo con diferentes partes del cuerpo como músculos, órganos y sentidos. Cada par craneal tiene un origen aparente y un origen real. El origen aparente es el lugar donde el nervio sale o entra en el encéfalo. El origen real es el sitio que da origen a las fibras nerviosas que constituyen el nervio. Aquí tienes una tabla con el origen real y aparente de todos los pares craneales:
Origen real y aparente de los 12 pares craneales.
[pic 1]
Que inerva los 12 pares craneales
[pic 2] [pic 3] [pic 4]
El primer par craneal es el nervio olfatorio,
Que se encarga de transmitir los estímulos olfativos desde la nariz hasta el cerebro. A continuación te explico los conceptos que me has pedido:
- Concepto: el nervio olfatorio es un nervio sensorial que forma parte de la vía olfatoria. Está compuesto por una colección de axones de células receptoras del olfato, que atraviesan la lámina cribosa del etmoides y llegan al bulbo olfatorio, donde se conectan con neuronas de relevo. Desde ahí, la información olfativa se proyecta a otras áreas del cerebro, como la corteza piriforme, la amígdala y la corteza orbitofrontal.
- Etiología: las causas más comunes de alteración del nervio olfatorio son las infecciones respiratorias, las alergias, los traumatismos craneales, los tumores nasales o intracraneales, y las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
- Incidencia: se estima que entre el 3 y el 20 % de la población general tiene algún grado de disfunción olfativa. La incidencia aumenta con la edad, siendo más frecuente en personas mayores de 60 años.
- Factores de riesgo: algunos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una alteración del nervio olfatorio son el tabaquismo, la exposición a sustancias tóxicas o irritantes, la diabetes, la hipertensión, la obesidad, el consumo de ciertos medicamentos y la historia familiar de enfermedades neurodegenerativas.
- Signos y síntomas: los signos y síntomas más habituales de una alteración del nervio olfatorio son la anosmia (pérdida total del olfato), la hiposmia (disminución del olfato), la disosmia (alteración de la percepción de los olores), la parosmia (percepción de olores desagradables o inexistentes) y la fantosmia (percepción de olores sin estímulo externo). Estas alteraciones pueden afectar a la calidad de vida, al apetito, al gusto, a la seguridad y al bienestar emocional de las personas.
- Prevención: algunas medidas que pueden ayudar a prevenir o retrasar el deterioro del nervio olfatorio son evitar el tabaquismo y las sustancias tóxicas o irritantes, mantener una buena higiene nasal, tratar adecuadamente las infecciones respiratorias y las alergias, proteger la cabeza de posibles traumatismos, controlar las enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión, seguir una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, realizar ejercicios de estimulación olfativa y consultar al médico ante cualquier cambio en el sentido del olfato.
El segundo par craneal es el nervio óptico,
Que se encarga de transmitir los estímulos visuales desde la retina del ojo hasta el cerebro. A continuación te explico los conceptos que me has pedido:
- Concepto: el nervio óptico es un nervio sensorial que forma parte de la vía visual. Está compuesto por una colección de axones de células ganglionares de la retina, que salen del ojo a través del disco óptico y llegan al quiasma óptico, donde se cruzan parcialmente. Desde ahí, la información visual se proyecta a otras áreas del cerebro, como el núcleo geniculado lateral del tálamo y la corteza visual primaria.
- Etiología: las causas más comunes de alteración del nervio óptico son las enfermedades inflamatorias, como la neuritis óptica o la esclerosis múltiple; las enfermedades compresivas, como los tumores cerebrales o los aneurismas; las enfermedades vasculares, como el accidente cerebrovascular o la isquemia óptica; las enfermedades degenerativas, como el glaucoma o la atrofia óptica; y las enfermedades congénitas o hereditarias, como el nervio óptico hipoplásico o la neuropatía óptica hereditaria de Leber.
- Incidencia: se estima que entre el 1 y el 5 % de la población general tiene algún grado de disfunción del nervio óptico. La incidencia varía según la causa y la edad de la persona. Algunas enfermedades son más frecuentes en niños, como el nervio óptico hipoplásico; otras son más frecuentes en adultos jóvenes, como la neuritis óptica; y otras son más frecuentes en adultos mayores, como el glaucoma o la isquemia óptica.
- Factores de riesgo: algunos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una alteración del nervio óptico son el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la hipercolesterolemia, la obesidad, la exposición a radiación o sustancias tóxicas, las infecciones virales o bacterianas, los traumatismos craneales o oculares, y la historia familiar de enfermedades oftalmológicas o neurológicas.
- Signos y síntomas: los signos y síntomas más habituales de una alteración del nervio óptico son la pérdida de visión (parcial o total), la alteración del campo visual (escotomas o hemianopsias), la alteración del color (discromatopsia), el dolor ocular (sobre todo con los movimientos oculares), y los cambios en el aspecto del disco óptico (pálido, edematoso o excavado). Estas alteraciones pueden afectar a uno o ambos ojos y pueden ser agudas o crónicas.
- Prevención: algunas medidas que pueden ayudar a prevenir o retrasar el deterioro del nervio óptico son evitar el tabaquismo y las sustancias tóxicas o irritantes, controlar las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes o el colesterol alto, seguir una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, proteger los ojos de posibles traumatismos o radiaciones, realizar revisiones oftalmológicas periódicas y consultar al médico ante cualquier cambio en la visión.
El tercer par craneal es el nervio oculomotor,
Que se encarga de controlar los movimientos de los ojos y el tamaño de las pupilas. A continuación te explico los conceptos que me has pedido:
- Concepto: el nervio oculomotor es un nervio motor y parasimpático que forma parte de la vía oculomotora. Está compuesto por una colección de axones de neuronas motoras que se originan en el mesencéfalo y llegan al músculo elevador del párpado superior y a cuatro de los seis músculos extrínsecos del ojo (recto superior, recto inferior, recto medial y oblicuo inferior), que permiten la aducción, la elevación y la depresión del globo ocular. También contiene fibras parasimpáticas que se originan en el núcleo de Edinger-Westphal y llegan al músculo esfínter de la pupila y al músculo ciliar, que regulan el tamaño de la pupila y la acomodación del cristalino.
- Etiología: las causas más comunes de alteración del nervio oculomotor son las compresiones extrínsecas o intrínsecas del nervio, las isquemias vasculares del nervio y las infecciones o inflamaciones del nervio. Las compresiones extrínsecas pueden deberse a aneurismas, tumores, hematomas o herniaciones cerebrales que comprimen el nervio a su salida del mesencéfalo o a lo largo de su trayecto. Las compresiones intrínsecas pueden deberse a procesos desmielinizantes, infiltrativos o degenerativos que afectan al nervio desde dentro. Las isquemias vasculares pueden deberse a diabetes, hipertensión, aterosclerosis u otras enfermedades que comprometen el flujo sanguíneo al nervio. Las infecciones o inflamaciones pueden deberse a meningitis, encefalitis, sinusitis, herpes zóster u otras enfermedades que causan inflamación del nervio o de sus meninges.
- Incidencia: se estima que la incidencia de la parálisis del nervio oculomotor es de 2 a 4 casos por cada 100.000 habitantes por año. La incidencia aumenta con la edad, siendo más frecuente en personas mayores de 50 años. La causa más frecuente en este grupo de edad es la isquemia vascular. En personas jóvenes, la causa más frecuente es la compresión por aneurisma.
- Factores de riesgo: algunos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una alteración del nervio oculomotor son el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la hipercolesterolemia, la obesidad, los traumatismos craneales o orbitarios, las infecciones virales o bacterianas, y la historia familiar de aneurismas cerebrales.
- Signos y síntomas: los signos y síntomas más habituales de una alteración del nervio oculomotor son la ptosis (caída del párpado superior), la diplopia (visión doble), la oftalmoplejia (parálisis ocular) y la midriasis (dilatación pupilar). La ptosis se debe a la afectación del músculo elevador del párpado superior. La diplopia se debe a la desviación del ojo afectado hacia abajo y afuera por la acción predominante de los músculos oblicuo superior y recto lateral, que no están inervados por el nervio oculomotor. La oftalmoplejia se debe a la afectación de los músculos extrínsecos del ojo inervados por el nervio oculomotor, que impiden la aducción, la elevación y la depresión del globo ocular. La midriasis se debe a la afectación de las fibras parasimpáticas que inervan el músculo esfínter de la pupila, que impiden su contracción ante la luz.
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