A la marinera limeña
fabianzl7 de Agosto de 2014
545 Palabras (3 Páginas)421 Visitas
A la Marinera Limeña
A veces suceden cosas
tan raras, tan especiales
que no me atrevo a contar,
no por temor a la mofa
sino para que no digan:
“Victoria se ha vuelto loca”.
Pero el deseo insistente
de la comunicación
me impulsa, me acicatea
y cedo.
Ya hablando estoy...
Caminaba, pensativa,
fija en mi mente una idea,
cuando al doblar una esquina
divisé a La Marinera.
Me detuve sorprendida
¿La Marinera? ¿No es broma?
¿La Marinera Limeña? ...
¡La Marinera en persona!
Pasó muy cerquita a mí
rozando casi mi cuerpo ;
caminaba presurosa,
hermosa, graciosa, altiva.
Tan rápido se alejaba,
tan segura iba de sí
que sin pensarlo dos veces
sobre mis pasos volví :
¡Marinera! ¡Marinera! ¡Marinera!…
No volteó.
Ni hubo en ella el menor gesto
que indicara que me oyó.
-Que extraño ¿Qué le pasó?
¿Qué fue lo que sucedió?
Ella tan sensible y franca ...
¿No le ha gustado mi voz?
“¡A usté’ también se la hizo!
¡Tampoco le contestó!”
-Me dijo un guapo moreno
que observaba mi estupor.
Ya ve usted, ni me ha mirado.
-Ella es así
¿Por qué pues?
¿Se le han subido los humos
porque reina y señora es ...? No creo,
será tal vez
que el nombre no le ha gustado,
porque lo de “Marinera” fue posterior...
-¡Eso no e’!
Hace apenas unos días
lo mismo a mi me ocurrió
y apelé a su antiguo nombre:
¡Zamacueca!
No voltió.
¿No le hizo caso?
-Ni caso
¿No le gustó?
-Que se yo,
lo cierto e’ que sin mirarme
al lado mío pasó.
Y llevo algunas semanas
enquistao’ en esta esquina
esperando que se rompa
esta imaginaria inquina...
¿Qué va usted a hacer?
-¡Sabe Dio’!
pero tengo una esperanza
porque ahora somos dos.
Ya recurrí a varias tretas,
ninguna fruto me dio,
tócale a ‘uté el turno amiga,
hurge en su imaginación.
¿Quéhay que hacé’ para que escuche,
se detenga, nos responda...?
¿Si está a disgusto con su obra?
¿Si siente sati’fación?
¿Eso va usted a preguntarle?
¿Y ‘uté?
Pues eso yo no.
A mi me importa saber el lugar donde nació
-¡Eso es fácil!
¿De dónde es?
-Dicen que de España
¿Ah sí?
-¿No está de acuerdo?
¡Pues no!
-¿Africana entonce’?
¡No!
¿Entonce’?
¡Entonces qué!
¿Soy acaso una adivina
que misterios develara?
En todo caso de bruja
no tengo más que la cara...
¿Que somos dos...? Aceptado.
Que una idea ha de brotar.
Dígame ... ¿De la guitarra
las cuerdas hace trinar?
¡Perfecto! ¿Dónde aprendió?
¿Por tradición? ¡Reperfecto!
¡Mañana a esta misma hora
la esperamos! ¿Si?
-¡De acuerdo!
Y al otro día, en la esquina,
no vino solo, eran dos :
su hermano -gran cajonero
y él -amo del bordón .
( la guitarra bordonea una "llamada" de marinera, se le une el ritmo del cajón, ambos seguirán como fondo o melopea )
Y ocurrió lo inesperado,
el milagro, ¡Apareció!
Cautivando con su gesto,
hipnotizando, bailó...
...