Analisis de mi nombre es sam

1-

El ejercicio de los roles parentales por partes de personas con discapacidad mental o intelectual siempre debería ser respetado, pero regulado por el Estado mediante asistentes sociales y/o tutores. El ejercicio de la responsabilidad parental siempre debería estar a cargo del progenitor por más que sea una persona con discapacidades, ya que en tal caso para los actos jurídicos que tengan significancia se podrán efectivizar mediante el asentimiento de estos representantes legales.  En el caso de que el progenitor no pueda cumplir con alguna obligación hacia su hijo, el curador debería cumplirla y poder ejercer un trabajo complementario. Pero la responsabilidad parental nunca debería quitársele a los progenitores, más allá de sus discapacidades, ya que los hijos son de ellos y por más que no pueda cumplir con alguna obligación, el amor que pueden brindarles a sus hijos no se los puede reemplazar ningún representante legal.

2-

Con respecto a los deberes de cuidar del hijo y convivir con él , salvo que se trate de una persona con grandes discapacidades, sería favorable que lo realice el padre biológico.

Tratándose del tema de educación  y alimentos ya es un tema más sensible porque depende de si el padre tiene la aptitud para poder acceder a los recursos necesarios para alimentar a su hijo. Y la educación también es importante la que pueda darle su progenitor pero en virtud de las discapacidades mentales que posea es posible que requiera un complemento de educación por parte de un asistente, más allá de los que se le puedan brindar en la escuela.

El deber que más dificultades trae es el de representarlo y  administrar el patrimonio ya que en este caso sería necesario que estos actos los supervice un tutor o, en el caso de que la discapacidad no sea leve directamente los ejerza este.

3-

Una alternativa posible sería,  que más allá que el progenitor posea discapacidad, nunca se tendría que poner en duda quitarle la tenencia, salvo casos excepcionales de violencia.

Se debería crear un régimen especial para casos como este en el cual el hijo posee padres discapacitados y no regularse con las instituciones de familia comunes. Tiene que haber una supervisación constante del Estado regulada por un ente especializado que se encargue de que al niño no le falte nada desde su nacimiento hasta que éste logre independizarse, pero lo  más importante es asegurarse que en ese procedimiento no sufra y no se modifique su modo de vida intempestivamente, porque se trata de una persona y puede afectar irreversiblemente sus emociones.

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