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Consecuencias de la colisión del Titanic con un iceberg

Informe6 de Noviembre de 2012

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El primero de abril de 1912 el RMS Titanic tenía que hacer su obligatoria prueba de mar. La suspendieron debido al viento. El ensayo general se hizo al día siguiente. Durante doce horas y al mando del capitán Edward Smith, un grupo de la tripulantes del Titanic probó su velocidad, maniobrabilidad y parada de emergencia. El buque pudo detenerse en una distancia de tres esloras, o sea poco más de media milla. Excepcional. El inmenso barco salía a la luz con tal marchamo de perfección que, ante el entusiasmo de sus constructores y de la ciudadanía, el Reino Unido se enorgulleció al poner al servicio humano la mayor y más avanzada máquina jamás construida. La sensación que producía es que no navegaba: se deslizaba y en silencio. El sonido de máquinas y calderas quedaba relegado a un mundo interior, alejado del lujo y confort sin precedentes que caracterizaba al joven mito flotante.

Hoy se cumple el centenario de su naufragio causado por un accidente del que se lleva escribiendo desde el primer día. Y a lo largo de este tiempo han habido algunas constantes que permanecen invariables. La más notable: el baile de cifras, especialmente de víctimas, que varía entre las 1.491 y las 1.523 muertes. Además está la disparidad de versiones acerca de cómo transcurrieron

sus últimos momentos, la aparición de peregrinas teorías (conjunciones lunares, maleficios egipcios) y otras lindezas que añaden algo de misterio a lo que fue un accidente naval que consistió en el choque lateral por la amura de estribor con un iceberg que no pudo verse a tiempo en la noche. Hay que considerar que antes de 1912 no había radares, ni prismáticos de visión nocturna y sólo podemos sospechar que en el Titanic hubo un exceso de confianza de marinos experimentados.

El incidente, que describimos gráficamente en estas páginas, se produjo a las 23:40 horas del Atlántico Norte del domingo 14 de abril de 1912. El buque se hundió dos horas y 40 minutos después de la colisión o, lo que es lo mismo, a primeras horas del domingo 15, tal día como hoy. Según fuentes irlandesas consultadas por La Vanguardia murieron 1.523 pasajeros y se salvaron 705, que llegaron a Nueva York el 18 de abril en el Carpathia, el buque que acudió al rescate y que era de Cunard, la competencia de White Star, la naviera del Titanic.

El Titanic zarpó de Belfast hacia Southampton el mismo día de la prueba de mar y a la mañana siguiente comenzó su viaje inaugural, embarcando pasajeros entre Southampton, Cherburgo y Queenstown, hoy Cobh (Irlanda), donde desertó un tripulante.

Desde el puerto irlandés y a las 13:30 horas del viernes 12 de abril, el supuesto mejor barco del mundo puso rumbo a Nueva York con un incendio en un depósito de carbón que se sofocó sólo unas horas antes del accidente.

Partió con 2.228 personas a bordo y variada mercancía exótica, amén de los equipajes y pertrechos. Por ejemplo, cargaba 170.000 kilos de cartas destinadas a Estados Unidos. Y es que el correo era una de las misiones del Titanic, razón por la cual su nombre está precedido por las siglas RMS (Royal Mail Steamer) es decir, Correo Real a Vapor. Tras el naufragio, EE.UU. reclamó 41 dólares de indemnización por las cartas. También llevaba un automóvil (un Renault de 1912), cuatro cajas de opio con destinatario desconocido y, muy probablemente, una caja con diamantes, valorados en 300 millones de dólares de la época, propiedad de la sociedad sudafricana De Beers. Nadie los reclamó. Otra caja con antiquísimos objetos egipcios para un museo de Denver dio pie de pintorescas leyendas sobre maldiciones.

Con América a proa, la primera singladura fue de 519 millas y la segunda -contada hasta mediodía del accidente- fue de 546 millas. El Titanic rozaba los 23 nudos de promedio. Iba rápido pero para eso había sido diseñado. Todos los barcos de

pasajeros

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