Crítica cinematográfica El Gigante de Hierro

Crítica cinematográfica

El Gigante de Hierro

The Iron Giant (1999) – Brad Bird

Una película dirigida por Brad Bird, conocido por dirigir películas como Los Increíbles, Ratatouille, Tomorrowland, entre otras obras; El Gigante de Hierro, que ahora es considerada un clásico de la animación.

Ubicada en una época que queda cada vez más lejana en la historia, nos presenta el contexto en el que vivían las personas de la década de los 50’s, personas que estaban por así decir preparadas contra cualquier represalia nuclear de algún gobierno. Si bien, los Americanos siempre han sido muy desconfiados con demás gobiernos al pensar que todos quieren atacarles, esta actitud se hace más notable en la época que se sitúa el filme, el mayor exponente de esta actitud durante el filme es el agente Mansley, quien es el encargado de averiguar la procedencia del mítico gigante que ha aterrizado en territorio Americano, al siempre sospechar de la actitud inocente del pequeño Hogarth Hughes (el pequeño que descubrió al amnésico gigante), Mansley está seguro que este gigante vino con el único propósito de destruir su nación, tal vez lo hayan enviado los chinos, los rusos o hasta los marcianos. Esta actitud de desconfianza no solo se ve reforzada por la época en la que se sitúan los personajes, sino también refleja la problemática social en que las personas siempre temen o desconfían de lo que es ajeno a ellos; si hay algo que no conocen, siempre pensarán que es malo o viene a afectarlos directamente, esto lo podemos notar como una de las constantes de mayor relevancia del filme, incluso en algún momento también experimentada por los protagonistas principales. Otra de las constantes más importantes en la película es la búsqueda de la identidad, esta se hace más notable en el personaje del Gigante, que por un chichón en su cabeza, no puede recordar quién es, quién lo envió y a qué vino a la tierra; en esta búsqueda de identidad influye su pequeño amigo, Hogarth, haciéndole saber que la identidad no se define de dónde vienes ni de lo que eres, sino de lo que tú mismo decides ser.

En cuanto a la actitud del gigante, se notan inspiraciones en personajes como Gort, el robot del filme “The Day The Earth Stood Still” de 1951, también en personajes de culto como el monstruo de Frankenstein y también de Superman. Primero dotando al gigante de la imagen extraña de los primeros dos, para después del clímax emular a un recién hecho Superman.

Una película que cuenta con contextos sociales adecuados a la época y adecuados a la sociedad que siempre ha sido y seguirá siendo, incluyendo matices muy bien marcados como son el no juzgar, y el hallar tu propia identidad, contrario a lo que todo el mundo piense que eres. Un clásico de la animación por Brad Bird, El Gigante de Hierro.

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