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De Meiningen al Teatro Libre de Antoine


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2013  •  3.829 Palabras (16 Páginas)  •  257 Visitas

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AEUCAB

PROSCENIO – ARTES ESCÉNICAS (UCAB)

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De Meiningen al Teatro Libre de Antoine

SEPTIEMBRE 22, 2009 DE ECREATIVA

Las notas que aparecen a continuación entre comillas han sido extraídas del libro EL DIRECTOR Y LA ESCENA, de Edward Braun, editorial Galerna, Buenos Aires, 1986.

EL TEATRO DE MEININGEN

“El desarrollo histórico de Alemania, y en particular, la catastrófica Guerra de los Treinta Años (1618 – 1648), había evitado el surgimiento de un teatro nacional alemán hasta la segunda mitad del siglo XVIII. Pero estos mismos factores históricos proporcionaron una fuente de vigor que perdura hasta el presente (…) Surgieron en toda Alemania Teatros de Corte permanentes, alimentados por el orgullo local y la rivalidad de numerosos pequeños duques y príncipes. Es por eso que en el momento en que Bismark impuso la unidad nacional, 1866, era difícil encontrar un pueblo que no tuviera su teatro y compañías estables (ópera y ballet), sin mencionar la existencia de orquestas de gran envergadura. Es así que, en 1831, se abrió en Meiningen un teatro estable para drama y ópera…”

Veamos cómo se desarrollan los primeros años de la compañía de Meiningen:

“Bodenstedt, su nuevo director artístico, poeta y traductor de teatro renacentista inglés, se granjeó la buena voluntad del duque gracias a su insistencia en representar a Shakespeare sin cortes ni adulteraciones. Por otra parte, Bodenstet era también un seguidor de Goethe, quien como director artístico en el Teatro de la Corte de Weimar, había promovido las virtudes clásicas de moderación y balance en la producción y valoraba una dicción correcta mucho más que los efectos escénicos. Hacia 1870, al duque le resultaba imposible trabajar con Bodenstet y durante los próximos cinco años se desempeñó como su propio director artístico”.

Debo aclarar en primer lugar que la existencia de estos “Teatros de Corte”, su proliferación y carácter permanente, ofreció un primer espacio de trabajo para el “Director de Escena”, quien cumplía en primer término la tarea de coordinar la producción teatral. En este sentido, todavía no se daba el paso a la figura del Director como creador, como figura de peso en el teatro.

Como se pudo leer en el texto “Historia Básico del Arte Escénico”, justo antes del triunfo del realismo, asistimos a un teatro donde el actor era el protagonista, tiempo de grandes figuras de la escena, siendo lo más importante la correcta dicción, la actuación frontal dirigida y ofrecida al espectador, la voz y el gesto trabajados de forma tal que pudieran ser percibidos claramente por la audiencia como formas “estilizadas, sublimadas” que no buscaban imitar la expresión cotidiana, sino representar lo bello y perfecto.

Vemos en la cita anterior un aspecto significativo: se dice que al Dique Jorge se le hizo imposible continuar trabajando con Bodenstedt, debido a que éste comulgaba con “las virtudes clásicas de moderación y balance en la producción y valoraba una dicción correcta…” Vale decir que el primer período de trabajo en el Teatro de Meiningen estuvo caracterizado por el tipo de teatro y de trabajo actoral descrito anteriormente. Pero el Duque Jorge buscaba ya otros tumbos de experimentación y desarrollo escénico.

Sin embargo, en esta primera etapa ya se mostraban algunos aportes relevantes, con relación a la figura del Director Teatral. En primer lugar, desde sus inicios, el teatro de Meiningen trabajó bajo una férrea disciplina, dando mucha importancia a los detalles del escenario, al vestuario y a la disposición de los actores en el escenario. Dedicaban numerosas horas a montar una escena, especialmente aquellas de gran cantidad de actores en escena, preocupados por su colocación, sus movimientos y toda la relación del conjunto.

Su obsesión por el realismo, por reproducir de forma fiel la realidad histórica (camino de trabajo determinado por el propio Duque Jorge), generó una gran capacidad para el desarrollo de escenografía y vestuario, llegando ellos a significar más que un simple decorado o un disfraz. Escenografía y vestuario significaban algo más, tenían peso en el conjunto e incluso generaban influencia en la forma que tomaba la representación por parte de los actores.

“El duque Jorge fue asistido en la dirección artística por Ellen Franz y Ludwig Chronegk… La actriz, que se casó con el duque en 1873, participó en la selección y adaptación de textos y fue responsable de la instrucción de la compañía en interpretación y expresión. Sin embargo, habiendo sido ella misma entrenada en el estricto estilo formal desarrollado por Goethe en Weimar, nunca tuvo éxito en fomentar la naturalidad del discurso que el estilo de Meiningen requería (…)

Chronegk tenía como tarea la administración de la compañía y la conducción de ensayos, así como también el traducir las instrucciones e ilustraciones de Jorge en el lenguaje de la acción escénica. Una relación semejante existía entre el duque y sus diseñadores: aquél llevaba a cabo la investigación y presentaba dibujos detallados que ellos vertían en términos plásticos”.

Los montajes de la Compañía de Meiningen exigían grandes elencos, espléndidos vestuarios y escenografía de época, de períodos históricos relevantes.

La compañía tenía alrededor de 70 miembros, pero en diversos montajes a menudo era necesario tener disponibles a al menos 200 actores. Era usual que cuando el grupo estuviese de gira utilizara actores locales para completar el elenco necesario para sus montajes, los cuáles debían adaptarse al método Meiningen.

Chronegk era un verdadero dictador, así lo llegó a catalogar el mismo Stanislavsky, pero era necesario por la cantidad de detalles que debía manejar, el número de actores en escena en momentos determinados y la coherencia total que buscaba su teatro.

Lo interesante, y también uno de sus aportes, es que en el Teatro de Meiningen no existían “Grandes Figuras”, pues se hacía énfasis en el trabajo de conjunto.

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