Teatro Latino
arielmare29 de Agosto de 2011
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"Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit." (“Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.”)
Plauto, Asinaria
"Homo sum, humani nihil me alieno puto." (“Hombre soy, nada de lo humano me es extraño.”)
Terencio, El Atormentador de Sí Mismo
INTRODUCCIÓN
Cuenta Tito Livio (Ab urbe condita, VII, 2, 7) que el drama romano empezó con unas danzas rituales acompañadas de flauta realizadas por unos actores traídos de Etruria en el 364 a. C. para aplacar a los dioses con motivo de una epidemia.
Según Valerio Máximo , ya antes de este suceso, la juventud romana componía canciones improvisadas y cuadros escénicos de corta duración (saturarum modi). A la combinación de la música y la danza de los etruscos con estas representaciones dialogadas se llamó satura (“mezcla”).
El origen religioso del teatro se percibe también en los versus fescennini que, originarios de la ciudad de Fescennium, eran en un principio cantos de boda improvisados de carácter burlesco y dialogados.
También existía desde mucho tiempo antes de estos hechos una manifestación teatral genuinamente itálica, la fabula atellana, originaria de la ciudad osca de Atella, que era la representación de una breve farsa improvisada de tono cómico satírico, dotada, a diferencia de las demás composiciones, de un argumento rudimentario y personajes fijos, como Bucco (“el bocón”), Pappus (“el vejete”), Maccus (“el tonto”) y Dossenus (“el jorobado” o “el astuto”) que más tarde pervivirían en la commedia dell´arte italiana que floreciera entre los siglos XVI y XVIII.
Los mimos, por último, que se representaban en las floralia, fiestas en honor de la diosa Flora y que eran imitaciones licenciosas en las que se actuaba sin máscaras; también eran las únicas en las que podían participar las mujeres.
Las representaciones se celebraban en determinadas fiestas y estaban patrocinadas por algún magistrado. Los actores eran varones y actuaban con máscaras, lo que les facultaba para representar papeles femeninos e incluso varios papeles en una misma obra. La condición social de los actores era muy baja y gozaban de muy mala reputación.
Las tragedias y comedias eran composiciones en verso. Tenían partes de diálogo hablado (diverbia) escritas en yambos, y escenas declamadas con acompañamiento de algún instrumento o cantadas con acompañamiento de flauta versificadas en yambos y troqueos (cantica).
Con la expansión de la República de Roma durante el siglo IV a.C., se absorbieron territorios griegos y, con ellos, como era de esperar, el teatro y la arquitectura teatral griegas. El teatro propiamente romano no se desarrolló hasta recién entrado el siglo III a.C. Aunque la producción teatral se asociara en un principio con festivales religiosos, la naturaleza espiritual de estos acontecimientos se perdió pronto; al incrementarse el número de festivales, el teatro se convirtió en un entretenimiento. Por eso, no es de extrañar que la forma más popular fuera la comedia.
El gran periodo de creación dramática romano empezó en el siglo II a.C. y estuvo dominado por las comedias de Plauto y Terencio, que eran adaptaciones de la comedia nueva griega. Las obras se basaban en una intriga de carácter local, aunque las de Terencio también aportaban un valor didáctico. La estructura de las piezas era muy dinámica y del gusto del público, y, además, solían cantarse muchas partes de la obra.
Alrededor del final del siglo II d.C., el teatro literario entró en decadencia y fue sustituido por otros espectáculos y entretenimientos de corte más popular. Incluso las luchas de gladiadores se organizaban de forma teatral, con una trama superficial, vestuario y decorados. La Iglesia cristiana emergente atacó el teatro romano, en parte porque los actores y actrices tenían fama de libertinos, y en parte porque los mimos satirizaban con frecuencia a los cristianos. Estos ataques contribuyeron al declive del teatro así como a considerar a las personas que participaban en él como inmorales. Con la caída del Imperio romano en el 476 d.C., el teatro clásico decayó en Occidente; la actividad teatral no resurgió hasta 500 años más tarde. Sólo los artistas populares, conocidos como juglares y trovadores en el mundo medieval, sobrevivieron y proporcionaron un nexo de continuidad.
LA COMEDIA
El teatro propiamente romano no se desarrolló hasta el siglo III a.C. Aunque la producción teatral se asociara en principio con festivales religiosos, la naturaleza espiritual de estos acontecimientos se perdió pronto; al incrementarse el número de festivales, el teatro se convirtió en un entretenimiento. Por eso, no es de extrañar que la forma más popular fuera la comedia. El gran periodo de creación dramática romano empezó en el siglo II a.C. y estuvo dominado por las comedias de Plauto y Terencio, que eran adaptaciones de la comedia nueva griega. Las obras se basaban en una intriga de carácter local, aunque las de Terencio también aportaban un valor didáctico. La estructura de las piezas era muy dinámica y del gusto del público, y además solían cantarse muchas partes de la obra.
FUENTES
Dos son las fuentes que constituyen los antecedentes literarios de Plauto y Terencio (los únicos dos comediógrafos latinos de quienes conservamos algunos fragmentos de sus obras). Una de ellas es la itálica, de índole no exactamente literaria y conformada por los versos fesceninos, la satura, la atelana y el mimo en su etapa preliteraria; la otra es la griega, de forma evidentemente dramática (la Comedia Nueva), y que abrevó principalmente en la obra de Menandro. Esta última vertiente literariacontribuyó al nacimiento y desarrollo de la comedia latina.
LOS VERSOS FESCENINOS Y LA SATURA
ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
Tanto los versos fesceninos como la satura remontan su origen al siglo V a.C., en la región de Etruria, que ocupaba el centro y la costa noroccidental de Italia.
Aquí, en la época de la cosecha, los pobladores solían interpretar breves escenas de la vida rural y cotidiana, de contenido caricaturesco y crítico y, al menos en sus inicios, sin pretensión literaria.
Hacia el siglo IV a.C. hace su aparición en esta zona la costumbre de acompañar estas representaciones con música y danza. Esta combinación recibió el nombre de satura.
Los temas de estas composiciones eran muy diversos y podían ir desde una sátira filosófica hasta una trivialidad culinaria.
Los herederos directos de estas dos vertientes son Plauto y Terencio, pues en sus obras no faltan la sátira ridiculizante y caricaturesca de los fesceninos ni, en Plauto, partes cantadas y coreográficas.
LA FABULA ATELLANA
La fabula atellana era una comedia de costumbres que reflejaba la vida privada de las clases acomodadas. En esta comedia burguesa la acción gira en torno a la vida y costumbres de una serie de tipos fijos: el esclavo avispado, el viejo avaro, el joven enamoradizo, soldados fanfarrones, cortesanas desenvueltas, doncellas honestas y otros.
Este tipo de representación dramática breve en un acto habría aparecido en Roma hacia el año 300 a.C. acompañando a otras obras dramáticas en carácter accesorio.
Ya para el 211 a.C. toma autonomía y trascienden algunos nombres de autores (Lucio Pomponio, Novio) y de títulos (Capella –La Cabra–, Porcetra –La Cerda– o Vacca –La Vaca–, entre otros)
En sus principios contaba solamente con cuatro personajes tipificados por sus máscaras:
Maccus: Hombre de genio alegre y comilón, que se finge tonto para poder actuar y decir a su antojo. Este nombre parece tener un origen griego en el verbo makkoáoo (“soy tonto, necio”) y que estaría de acuerdo con la idiosincrasia del personaje.
Pappus: El viejo simplón. También derivado del sustantivo griego páppos (“anciano”).
Bucco: El tonto hablador e impertinente. Del latín bucca (“boca”).
Dossennus: El jorobado astuto que se hace pasar por por sabio, pero sólo busca una buena comida que no le costara. Derivado del latín dorsum (“espalda”)
Estos personajes intervenían siempre en este tipo de obra, independientemente del tema tratado, que podía ser variado, aunque había preferencia por los de índole rural. Esta preferencia se puede constatar por los títulos conocidos de la avellana tardía (siglo I a.C): Gallinaria (La Comedia de la Gallina), Pappus Agrícola (Papo Campesino), Maialis (La Cerda Castrada); aunque también hay otros referidos a oficios, como Aeditimus (El Sacristán) o a alguna festividad, como Quinquatrus (Las Fiestas de Minerva).
En cuanto al vestuario, estaban caracterizados, como ya señaláramos, por máscaras que, además, funcionaban como caja de resonancia, al igual que las griegas.
EL MIMO
En los grandes teatros antiguos al aire libre de Grecia y Roma, donde el público podía
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