Del Rock pesado a la fiesta Latina del Vive

Laura Angélica Sánchez Hernández

Grupo: 7V

Profesor: Enrique Mandujano

Del Rock pesado a la fiesta Latina del Vive

La gente cambia de gustos musicales como cambia de equipo de fútbol, o como ropa interior, pero en definitiva no me catálogo dentro de esos grupos radicales. Le he sido fiel al rock pesado desde que tengo memoria, por consecuente lo mío siempre ha estado en conciertos donde las personas tienen cabelleras largas, usan chamarras de piel y jeans.

Siempre pensé que el Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino era un evento en el que jóvenes pseudorockeros sin ningún aparente conocimiento de la historia del género asistían a esos eventos creyendo que podrían así formar parte del movimiento del Rock. Y es que a decir verdad no todos los exponentes del rock en español mexicano no son a mi parecer lo más a pegado al genero. Este festival me solía parecer un circo lleno de publicidad y vendedores ambulantes.

El año pasado me tocó vivir la experiencia al tener que cubrir el evento siendo parte de un medio cultural. Desde que llegue me pude percatar que el concepto en el que tenía de dicho festival realmente ha ido evolucionando, que las multitudes de jóvenes carentes de conocimiento musical han desaparecido.

La entrada al recinto se asemejaba a una estampida de animales hambriento en batalla por la mejor porción del banquete, en este caso el mejor lugar frente a los cinco escenarios. Los uniformados oficiales cubrían los accesos evitando la entrada de estupefacientes y bebidas alcohólicas, claro que para los expertos esto es un filtro muy fácil de pasar.

Una vez adentro los gritos, las canciones, los pregoneros de comida y bebidas hicieron su aparición. Los adornos a lo largo de todo el circuito del Autódromo Hermanos Rodríguez podría compararse con un circo, el publico observando a sus artistas como los payasos que actúan, los puestos donde venden comida regalos y las exhibiciones a lo largo del festival, la diferencia es que gira entorno a la música y no a las rarezas.

Durante tres días viví una experiencia que iba de lo genial a lo burdo, algunos artistas extranjeros con excelentes presentaciones otro que daban repugnancia como el autóctona conocido como galaxia, una verdadera vergüenza comparado con el resto del espectáculo.

Había rock del bueno para todos los gustos desde la música nacional de Caifanes, a el icónico Robert Plant and The Sensational Space Shifthers, quien sabemos es el vocalista de la legendaria banda de rock estadounidense, Led Zeppelin.

Las vendimias eran toda una atracción por la cantidad de comida y bebida que vendían y por los elevados costos, como parte de la estrategia publicitaria

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