El Ciudadano Buelna

La cinta retrata la vida del ciudadano sinaloense Rafael Buelna, un joven originario de Sinaloa y firme a sus convicciones. A lo largo de la historia, no sólo se enfrentará a las complicaciones de la revolución, sino que tendrá que desafiar las dificultades del amor verdadero de la mano de su amada Luisa Sarría.

Esta no es sino la historia de un joven patriota inconforme que luchó por la defensa de la justicia y libertad de su país y del cual poco o nada se conoce en la historia oficial.

Por regla general las películas deben tener como protagonistas personajes que por alguna razón nos lleguen a agradar, pero me atrevo a decir que este no es el caso.

Buelna está siempre molesto con todo, es engreído y si lo conociéramos en persona quizá hasta nos juzgaría si no compartiéramos su forma de pensar ¿por qué motivo tendría uno entonces que sentir empatía por este sujeto?

Pero la culpa no es toda suya, pues el resto del elenco no lo hace mucho mejor. Los diálogos no fluyen de manera natural, más bien se notan memorizados y en lugar de que den la sensación de que lo que vemos es un retrato de vida, pareciera que están arriba de un escenario de teatro.

Otro detalle que hay que señalar es el ritmo. Los acontecimientos transcurren de manera muy lenta y es complicado seguir la línea narrativa debido a que son muchos los detalles que se intentan contar y si no se tiene muy presente la cronología de cómo se dieron los hechos en la revolución es fácil perderse.

Eso sí, la cinta tiene bien merecidas las palmas por el trabajo de ambientación, caracterización de personajes y sobre todo fotografía, pues desde la primera escena resulta ser todo un agasajo.

Posiblemente la intención era mostrarnos cómo en la revolución hubo también grandes héroes casi anónimos que luchaban por el pueblo y no por adquirir el poder. No obstante, tras ver "Ciudadano Buelna" en la mente puede quedar la idea de que el cine mexicano va por buen camino, pero todavía tiene uno largo por recorrer.

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