El Culebrón Timbal De Argentina: 15 años De música, Arte Y Transformación Social

EL CULEBRON TIMBAL

15 AÑOS DE MÚSICA, ARTE Y TRANSFORMACIÓN SOCIAL

Más información en www.culebrontimbal.org.ar

La historia de “El Culebrón Timbal” es una pequeña muestra de lo que pueden provocar las herramientas del arte, la cultura y la comunicación cuando forman parte de una visión colectiva y solidaria ejercida con continuidad en el tiempo, perseverancia y mucha alegría.

“El Culebrón Timbal” está enraizado en el mestizaje de culturas que vive en el conurbano bonaerense, en el que coexisten las tradiciones de las distintas provincias, las religiosidades populares, las estéticas urbanas y rurales, las músicas y colores de los países limítrofes latinoamericanos, y tantos otros fenómenos novedosos en el campo de la estética, del arte y las expresiones y organizaciones sociales.

Es una organización que hoy impulsan jóvenes, hijos e hijas de familias de la clase trabajadora bonaerense, y que fue fundada por otros jóvenes que hoy caminan junto a ellos con más “juventud acumulada”

Pero el caso particular de esta experiencia es que ha logrado combinar interesantes creaciones populares en el campo del arte y la comunicación, herramientas organizativas transformadoras y logros importantisimos en las Políticas públicas nacionales, provinciales, municipales y regionales. ¿Cuáles fueron las claves en ese camino? ¿Cómo llega ese trayecto hasta hoy, a quince años de su nacimiento?

En el principio fue el rock

La historia se remonta al año 1994, cuando un grupo de jóvenes músicos, actores y dibujantes decidieron poner en escena un espectáculo que combinara el rock, el comic y el teatro. Querían trabajar sobre una idea muy concreta: había un relato, una idea que se quería expresar y compartir.

Todos sus integrantes vivían, disfrutaban y también sufrían esta zona mágica, populosa y dinámica que llamamos habitualmente “Gran Buenos Aires”. Sentían que esa enorme región con más de …………….. millones de habitantes desperdigados en 26 municipios, con tantas necesidades sociales pero también tan llena de radios comunitarias, comedores, clubes de barrio, leyendas, luchas populares… no existía en la cultura masiva. No aparecía en la tele, no figuraba en el cine ni en la música y, lo que era más grave, no era apreciada en su increíble potencial de cambio y transformación hacia una sociedad más justa.

Así fue que comenzaron a trabajar sobre una serie de historietas y textos, una escenografía y un repertorio musical original. Surgieron en esos años personajes y canciones que serían parte fundamental de la mística de todo el colectivo. “Tortita Negra”, un joven marginal, líder de una infinitamente poderosa y misteriosa organización delictiva en todo el conurbano bonaerense, “Mamá Carla”, una curandera organizadora de comedores populares, tomas de tierras y gualichos, “Fanega”, un mozo de bodegón, tanguero y testigo involuntario de viajes en el tiempo en la estación de Aristóbulo del Valle, en Puente Saavedra, “El Deforme”, un mutante de un solo ojo perseguido desde el futuro por los servicios de inteligencia, y otros tantos pequeños relatos.

En 1996, vio la luz en La Trastienda el espectáculo “Culebrón Timbal” que, en clave de parodia, mostraba la celebración de una secta llamada “La Hermandad del Culebrón Infinito”, en el que las historias y las canciones (rock, cumbia, murga, cuarteto, música gitana, etc) se mezclaban con bendiciones, milagros y la ingesta de un sabroso guiso de propiedades supuestamente afrodisíacas. A los 10 músicos de la banda se sumaban el Hermano Berto (Norberto Ortiz) y el Hermano Agustín (Pablo Rodríguez), y una escenografía que incluía muñecos gigantes, un púlpito y una rueda gigante de propiedades oraculares, llamada “La Talabarda”. Un rara y hermosa caja con apliques de cartón corrugado contenía el CD y la cassette de la banda de sonido producida por Gustavo “Popi” Spatocco, los comics y hasta un juego de tablero desplegable.

El espectáculo fue muy bien recibido por cientos de chicos, jóvenes y adultos en una gira que, empezó en el Barrio Ejército de los Andes (más conocido como Fuerte Apache) y que recorrió todo el conurbano bonaerense y distintos lugares de la ciudad.

Con críticas muy positivas, la euforia solidaria de un montón de organizaciones barriales y sociales y el apoyo de artistas y periodistas de renombre (como Skay Beilinson, Pipo Lernoud, Alfredo Rosso, Eduardo Fabregat y Gloria Guerrero, entre otros), “El Culebrón Timbal” había nacido.

Por una Cultura Alternativa y Solidaria

Poco a poco, en torno de “El Culebrón Timbal” se fueron congregando personas, lógicas e historias que tenían que ver con más cosas que lo estrictamente artístico.

Comunicadores populares, educadores, militantes sociales, activistas culturales, estudiantes, chicos y chicas que encontraban en los recitales de “El Culebrón Timbal”, empezaron a sentir que esa creación colectiva tenía que transitar un camino diferente en la relación con sus interlocutores, con lo que llamamos “el público”.

No se trataba solamente de presentarse en lugares o teatros de un modo independiente de la lógica exclusivamente comercial; tampoco parecia suficiente ir cada tanto a algún festival solidario o “a beneficio” promovido por una u otra organización popular. La cuestión de fondo era cómo formar parte de una estrategia que permitiera ir creando un circuito cultural alternativo, solidario, ligado a las necesidades, las luchas y las alegrías de tantas experiencias populares que existían en los barrios. Era un tema complejo, había que encontrar el modo de iniciar un camino distinto, que llevar al colectivo en esa dirección, y que al mismo tiempo fuera divertido.

Pensemos también que eran los años 1997, 1998…la poderosa instalación de las políticas neoliberales en nuestros barrios y los conflictos sociales, cortes de ruta y movilizaciones que venían mostrando la necesidad de un cambio.

¿Cómo transitar esa época y ese camino sin perder ni la alegría ni el horizonte? Era difícil, pero aquellos fundadores y fundadoras de “El Culebrón Timbal” encontraron la manera.

Desde los Barrios

Durante esos años , algo raro empezó a suceder en los barrios del noroeste del Gran Buenos Aires. Aquella extraña banda de rock comenzó a organizar Cursos de Comunicación Comunitaria en los que se capacitaba a trabajadores

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