El Feminismo en “Camila” de María Luisa Bemberg

Andrea Castrillo

Teoría y Crítica

20 de Octubre de 2015

El Feminismo en “Camila” de María Luisa Bemberg

El drama argentino que María Luisa Bemberg retrató con maestría en el film de 1984 Camila, es la historia real de la joven aristócrata Camila O’Gorman y su trágico romance con el sacerdote Ladislao Gutiérrez durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas en 1847. Los trágicos amantes no tuvieron más remedio que huir hacia la provincia de Corrientes para poder vivir su apasionado romance. Sin embargo, su destino fue la muerte cuando los encontraron, estando Camila embarazada, lo cual supuso un escándalo para el gobierno de Rosas.

Camila no es solo una historia real, es una historia por la libertad de la mujer, por la lucha contra la represión. La protagonista de la historia es una joven que sabe que su papel de mujer va más allá de las normas que le impone su padre, no quiere complacer a nadie más que a ella. Siente pasión, pasión por el conocimiento, por educarse, por los libros prohibidos,  por Dios, y encuentra la mayor pasión en brazos del sacerdote Ladislao. Camila se revela por un lado, en contra de las imposiciones de su familia o el sistema patriarcal y por el otro, contra las imposiciones de la iglesia, sabe que sus actos van a tener horribles consecuencias, pero aún así prefiere vivir de la forma que ella quiere, a la forma en que el orden patriarcal le ha impuesto vivir.

Su familia aristócrata mantiene recluida a la otra personificación de la lucha por la libertad de la mujer, la abuela de Camila, “la Perichona”. Tal y como le sucede a Camila, su abuela está encerrada debido a un amor prohibido con un virrey. Es decir, ambas sufren de la misma locura por el deseo prohibido, por la libertad. Camila le pide a su abuela que le relate la pasión que sentía por el virrey, porque ella necesita sentir esa pasión. La abuela tiene muestras de enajenación ya sea por la edad o por los años de encierro, pero tiene claro que lo que vivió es lo que ella quiso, sus actos y sus consecuencias merecieron la pena. Quizás es por esta conexión genética tan fuerte con su abuela, por lo que ella necesita vivir una vida distinta a la del resto de mujeres y sucumbir al deseo por lo prohibido. Ese deseo por lo prohibido lo va a encontrar en el apuesto sacerdote, el cual representa la prohibición de amar a otro hombre que no sea el impuesto por su padre, es decir contra el sistema patriarcal, y por otro lado prohibición de amar a un hombre que ha cedido su vida  y su amor a Dios por lo que no le está permitido ni amar ni sentir más allá del amor a Dios.

Por otra parte, el hecho de que sea una película sobre una mujer y dirigida por una mujer, hace que la implicación hacia el tema feminista sea mucho mayor. Primero, Bemberg nos presenta a una heroína destinada a tener un final trágico, que tiene el deseo y la necesidad de deshacerse de su rol de mujer del s. XIX sometida al control del hombre y relegada a un segundo plano. Aunque nos presente a una mujer aparentemente femenina, sus actos y su valentía son más varoniles que los del propio Ladislao en un principio. Camila es la que da los primero pasos por su amor hacia Ladislao, y éste enferma solo de pensar lo que está por venir. Sabe que sus actos traerán malas consecuencias para ambos, y por ello intenta negarse y continuar con su papel de sacerdote. Camila es quien siendo consciente de su fatal destino opta por luchar por su amor con valentía.

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