HOY-GO.

En el trascurso del tiempo aproximadamente por los años 70 los artistas fueron haciendo de sus baladas conocidas convirtiéndolas en “Las Baladas de Oro”, ¿Quién no recuerda? “Somos Novios” “Un Beso Y Una Flor” y “Bésame Mucho”, interpretadas por Armando Manzanero, Nino Bravo y Consuelito Velázquez. Fueron las baladas que cautivaron a muchas mujeres y hombre que se sentían identificados con las historias contadas a través de sus canciones, cada letra significaba un pasaje importante en sus vidas.

Las baladas, un medio por el cual se infiltra los sentimientos directos del corazón, poder expresar lo que se siente y lo que se quiere mostrar, todo tiene un fin pero depende de las personas, del estado en que se encuentren, como lo tomen y como lo entiendan, muchos se enamoran con solo escuchar una balada, son tan creíbles y reales.

Una pareja en la pista de baile, dos cuerpos sin miedo a nada, sin miedo a las miradas, sin miedo a la vergüenza, solo son dos almas que se dejan llevar por la pasión que llevan en la sangre, escuchar la melodía, la música correr por su venas y solo es una balada en el tocadiscos.

Baladas que muestran una historia real, que se enlaza con la inflexión de la canción, temas de amor, desamor, despecho, amargura y amor no correspondido son muchos los temas infiltrados entre las canciones, son baladas preparadas para todo tipo de estado sentimental.

Una tarde nublada, lluviosa, sentado en el sillón, estaba él, sólo, con una taza de café, recordando las anécdotas vividas en el pasado, viendo los amores perdidos pasar por allí, frente a él, y solo estaba sintonizando una balda desde su radio 80 que lo trasladó hacia su juventud, vidas escritas en una canción, transformadas en poesía, trasmitidas por especialistas, oídas por un acongojado.

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