Ingmar Bergman

La situación del cine sueco en los años 50 sufría una profunda crisis, que empeoró llegando a su pick en los ’60. Una de las principales razones de dicha crisis fue el impuesto estatal a la industria cinematográfica de u 25% sobre el total del film, llegando en algún momento a ser incluso un 37,5%, como consecuencia de esto se produjo el cierre de muchos estudios cinematográficos como protesta en el país.

Es a finales de los ’50 cuando Bergman, que ya venía incursionando en cine desde hace más de 15 años como director y guionista, se asenta como imagen autoral de Suecia tras el reconocimiento de su trabajo en años anteriores: 1956 - Prix de l’humeur poétique para “Sonrisas de una noche de verano”, 1957 Premio especial del jurado en Cannes para el séptimo sello, 1958 Oso de Oro en Berlín para Fresas salvajes, 1959 Premio especia del jurado en Venecia para El rostro. Recordemos que Bergman antes de incursionar en cine, cuenta con una rica experiencia en el teatro como ayudante y director, que indudablemente repercute en su cine.

En 1963 se funda el Svenska Filminstitutet (Instituto sueco de cinematografía) que contaba con la participación directa de ocho miembros del gobierno de suecia, y ocho involucrados en la industria del cine del país. Su principal objetivo fue proteger y fomentar la industria de cine nacional. Su estrategia para lograr esto, fue destinar un 65% de los recursos del instituto a favor de promoción de películas. Los efectos de esta reforma se vieron reflejados a finales del mismo año, el aumento de producción de cine se duplicó, y aumentó el acceso de jóvenes a la producción cinematográfica, emprendiendo a lo que más tarde se llamaría el nuevo frente de cine sueco.

Para Bergman los presupuestos económicos han sido más ajustado que para el resto de los directores del cine británico y americano, incluso el francés. Además, luego de participación conjunta con el Instituto sueco de cinematografía, Bergman creó las productoras Cinematograph y Personafilm, ambas con el rol de proteger el derecho de autor sobre sus obras, y financiar sin mediar en la creación propia de cada autor, a nuevos directores.

En general, las figuras del cine sueco, incluido Bergman, opinaban que los nuevos cines (como la Nouvelle Vague, Nuevo cine español, etc) eran mercancía comercial exportable, a diferencia de lo que se pretendía dentro de la industria de cine de Suecia Harry Schein, presidente del instituto sueco decía: “El instituto cinematográfico sueco representa de este modo la categoría de una producción cinematográfica libre en un Estado moderno de prosperidad económica, donde el gobierno se abstiene de intervenir directamente (en lo económico, lo temático o lo artístico) en la producción, con tal que la industria fílmica reconozca su responsabilidad, nó sólo para con sus accionista, sino también para con el arte” 3

Desde los años ’40 el cine sueco se caracterizaba por explorar en la temática del conflicto del ser, con cierto aire pesimista. El cine reflejaba a la sociedad sueca, en la que existía un clima de tensión sobretodo con el segmento de adolescentes. El país perdía cada año más porcentaje de la población adherente a la religión. Además de esto, Suecia se posicionaba con cifras de suicidios altísimos. Todo esto confluye en el cine dando un resultado bastante existencialista, algo que resulta curioso considerando que como país no se vio involucrado en los principales conflictos bélicos de Europa del siglo XX, que en países vecinos afectó drásticamente las temáticas y producciones de cine. Más que un problema social, en realidad el problema de la sociedad pertenece al espectro moral.

3. Peter Cowie, el cine sueco, pág 20 (Editorial Era, México, 1970)

Bien sabe acerca de estas temáticas el cine de Bergman, que encuentra su inspiración en figuras literarias y filosofas existencialistas como Jean Paul Sartre y Soren Kierkegaard, generando así un cine que muchos definen como “poesía negra”. Para analizar el desarrollo temático, técnico y estético de Bergman, debemos hablar de sus principales obras.

El Séptimo Sello fue presentada en Cannes 1957 ganando el premio especial del jurado. La temática de la muerte personificada acechando a un caballero medieval. La película no es un film de época, es más bien una alegoría de los temores del hombre. Los periódicos franceses decían del film: “En la edad media los hombres vivía bajo el terror de la peste. Hoy viven bajo el terror de la bomba atómica. El séptimo sello es una alegoría cuyo tema es my sencillo: el hombre, en búsqueda de Dios, con la muerte como única certidumbre” 4 La edad media muestra la atemporalidad del

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