La Vida De Los Otros

* Bruno Hempf: Ministro de cultura que respalda el proyecto de espionaje para quitarse del medio a Dreyman y beneficiarse de su novia.

Sinopsis

La historia comienza en el Berlín del 1984. La Stasi, vigila cada día la vida de sus compatriotas. Gerd Wiesler es elegido para la vigilancia de Georg Dreyman. Wiesler no sospecha que el ministro de cultura Bruno Hempf está de acuerdo con el proyecto con la intención de apartar a Dreyman y tener encuentros con su novia Christa-Maria Sieland. Ésta había cedido a ello, porque de lo contrario hubiera peligrado su carrera de actriz. Anton Grubitz, superior de Wiesler, intenta estimularle y, prometiéndole un ascenso si el proyecto tiene éxito.

Algunos hombres de la Stasi instalan micrófonos y cables ocultos en la vivienda de Dreyman. El espionaje le permite a Wiesler observar la vida cotidiana de Dreyman hasta sus relaciones íntimas.

La actitud de Dreyman cambia cuando descubre la relación entre Christa y el ministro Hempf, y se decide a actuar pero no puede ya que uno de sus amigos se suicida.

En una máquina de escribir

con tinta roja traída secretamente del oeste por un periodista, porque la Stasi tenía todas las máquinas de escribir. Dreyman escribe un artículo sobre la alta tasa de suicidio en la RDA, mantenida en secreto por el gobierno comunista. Por precaución, esconde la máquina bajo el inicio de una puerta.

Wiesler por su parte, se desvía de su objetivo inicial, ya que se percata de la corrupción del régimen en el que vive y que alcanza también a sus amigos y superiores, y decide proteger a Dreyman escribiendo datos insignificantes en los informes.

El artículo aparece publicado poco después en la revista "Der Spiegel“, de la Alemania Occidental. La Stasi busca impacientemente al escritor responsable. Cuando Christa es llevada por órdenes del ministro Hempf a la prisión de la Stasi, no soporta la presión y confiesa a Anton Grubitz, que Dreyman es el autor del artículo. Sin embargo, la máquina de escribir no es encontrada cuando los agentes de la Stasi van a registrar su casa.

Grubitz organiza un nuevo interrogatorio entre Christa y Wiesler, para probar la lealtad de éste. Tras sufrir nuevas amenazas, la actriz dice dónde está escondida. Antes del registro que realizará Grubitz, Wiesler se adelanta a ir a la casa del escritor y sale antes de que llegue nadie. Cuando Grubitz se dirige hacia el escondite de la máquina, Christa no soporta la culpa y huye atormentada. El escondite está vacío. Christa

corre asustada a la calle y es atropellada por un camión. Dreyman llega al lugar y ella muere en sus brazos. Pensando que ella había retirado la máquina para protegerle.

Grubitz sabe que Wiesler ha sido el encubridor, le manda a una posición en el ministerio donde abre la correspondencia de

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