La Vida Es Bella

"La vida es bella."

La vida es bella es una película que se desarrolla antes y durante el Holocausto, en un tiempo de mucho dolor y sufrimiento. El personaje principal de la historia Guido Orefice, un hombre alegre y positivo, hace todo lo posible para que su hijo Giosuè pueda vivir ese tiempo de sufrimiento de una manera alegre y para que no este consiente de los horrores a su alrededor. En su relación podemos apreciar el amor de padre a hijo y en la actitud de Guido durante la película podemos ver que la actitud positiva es muy importante.

Guido es un gran modelo de lo que significa ser un buen padre. Durante la película demuestra tener mucho amor hacia su hijo Giosuè y hace todo lo posible para protegerlo. A pesar de la horrible realidad en la que se encuentran nunca deja de tratar bien a la gente, de respetarla y nunca se da por vencido. Un buen padre siempre quiere una mejor vida para su hijo. Guido luchó por esto bajo circunstancias comunes, por lo que no iba a permitir que la guerra le impidiera a su hijo tener una buena vida. Las acciones hablan mas que mil palabras y cada una de ellas justifica el amor que le tenia Guido a su hijo. Hizo todo lo posible para protegerlo físicamente y psicológicamente.

Así mismo, Guido mantiene una actitud positiva durante la película a pesar de las situaciones en las que vive. Siempre le ve el lado positivo a la vida y mantiene un buen sentido del humor. Uno de los ejemplos mas claros es su librería. El siempre pensó en abrir su propia librería, y debido a su perseverancia después de unos años consigue abrirla. Mientras Guido trabaja en un hotel se hace amigo de un doctor que se hospeda ahí. Los dos pasaban el tiempo plantándose adivinanzas el uno al otro. Después, en el campo de concentración, Guido se vuelve a encontrar al doctor y gracias a la amistad que tenían le salva la vida. En otra ocasión, Guido conoce a la mujer de sus sueños llamada Dora. Ella era una maestra, comprometida con otro hombre, muy bella y claramente si ningún interés en Guido. Sin embargo con su buen humor y perseverancia hace a Dora cambiar de parecer. Después se casa con ella y tienen a su hijo Giosuè.

Ni un padre desea estar en un campo de concentración y mucho menos que sus hijos estén con ellos. Debido a los pocos recursos que tiene Guido recurre nuevamente a su buen sentido del humor e imaginación para crearle una fantasía a su hijo para que no estuviera consciente de lo estaba sucediendo. Guido le hace creer que todo es solo un juego y que si ganan 1000 puntos se llevarían un tanque como premio. Inventa unas reglas las que tienen que cumplir si no perderán puntos. Giosuè se cree la historia y Guido consigue que éste entienda que se tiene que esconder y no ser descubierto durante todo el tiempo que están en el campo de concentración. La actitud positiva que Guido mantiene durante todo este juego se

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