Origen De La música
Rousen125 de Marzo de 2013
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ORIGEN DE LA MÚSICA
INTRODUCCIÓN
Se conoce con claridad que en casi todas las culturas se considera a la música como un regalo de los dioses. Occidente siempre se desarrolló en un medio religioso con su alto reflejo y manifestación en la música, donde se exhiben diversas épocas en donde sufre cambios significativos, dando así lugar a nuevas manifestaciones y representaciones de la misma. Lo que se despliega seguidamente son las diferentes épocas, cambios y orígenes por los que la música traspasa, por tanto, cuando enfatizamos sobre los orígenes de la música occidental, tenemos bases sólidas para hablar de su desarrollo, evolución, compositores, instrumentos utilizados, entre otros rasgos importantes.
MÚSICA ROMANA
Siguiendo con la desenlace de la historia de la música, enlazamos a Roma con Grecia para señalar que los textos y cantos llanos griegos persistieron durante muchos siglos en la Europa occidental, por tal motivo, los romanos adaptaron las teorías de los griegos a sus necesidades y prácticas musicales. El aulós griego se transformó en la tibia romana, instrumento que ocupó un lugar destacado en las ceremonias religiosas, en la música militar y en el teatro. Sin embargo, los intérpretes más destacados eran los esclavos intelectuales sometidos a los señores romanos que provenían de las provincias griegas. Puede decirse que la música en el Imperio Romano confirmó lo conocido en la Grecia Clásica, como el canto monofónico (a una sola voz o en coros unísonos), la relación entre la música y el ritmo prosódico (de los acentos y ritmos propios del texto hablado o recitado) y la improvisación al tocar un instrumento, poniendo en práctica fórmulas musicales conocidas y reguladas
Roma conquistó Grecia, pero la cultura de ésta era muy importante, y aunque ambas culturas se fundieron, Roma no aportó nada a la música griega. Eso sí, evolucionó a la manera romana, variando en ocasiones su estética. Habitualmente se utilizaba la música en las grandes fiestas. Eran muy valorados los músicos virtuosos o famosos, añadiendo vertientes humorísticas y distendidas a sus actuaciones. Estos músicos vivían de una manera bohemia rodeados siempre de fiestas.
En los teatros romanos o anfiteatros se representaban comedias al estilo griego. Los autores más famosos fueron entre otros Plauto y Terencio. La tragedia tuvo trascendencia siendo su máximo cultivador Séneca. La música tenía un papel trascendental en estas obras teatrales. En los teatros romanos, que imitaban a los griegos, se representaban obras y se daban conciertos musicales gratuitos. En lugar de componer ellos mismos la música de las puestas en escena (como los dramaturgos griegos), en Roma se asignaba esa tarea a otros creadores. Por ejemplo Flaco, hijo de Claudio, fue el autor de músicas para las obras de Terencio. También se destacaron músicos provincianos, como los griegos Terpnos (gran intérprete de cítara y maestro de Nerón), Menícrates, Polión y Mesomedes, autor de himnos a Helios y Némesis. La música no estaba restringida, como en otras culturas, a los hombres. Luciano, el escritor, elogia las habilidades como cantantes y tocadoras de cítara de las mujeres aristócratas como así también de las cortesanas.
A partir de la fundación de Roma sucede un hito musical, los ludiones. Éstos eran unos actores de origen etrusco que bailaban al ritmo de las tibiae, una especie de aulos. Los romanos intentan imitar estos artes y añaden el elemento de la música vocal. A estos nuevos artistas se les denominó histriones que significa bailarines en etrusco. Ninguna música de este estilo ha llegado hasta nosotros salvo un pequeño fragmento de una comedia de Terencio.
Cuando el imperio romano se consolida, llega la inmigración que enriquece considerablemente la cultura romana. Fueron relevantes las aportaciones de Siria, Egipto y las que provenían de la Península Ibérica, actual España. Vuelven a aparecer antiguos estilos como la citarodia (versos con cítara) y la citarística (cítara sola virtuosa). Eran habituales los certámenes y competiciones en esta disciplina. Pese a todo esto, no está claro que Roma valorara institucional y culturalmente a la música.
Instrumentos
La mayoría de los instrumentos romanos habían sido tomados de otras culturas, sobre todo de Grecia, pero se destacaron en la fabricación y uso de trompetas rectas, porque conocían el arte del torneado de los metales. Fue así que proliferaron las variantes: rectas, curvas, de boca ancha como un dragón, etc., que recibieron nombres como lituus, buccina, tuba o cornu. Asimismo tenían conocimiento y usaban una especie de órgano primitivo que se accionaba por un fuelle ejecutado en el circo, animando los espectáculos de gladiadores o de cristianos arrojados a las bestias. Este órgano hidráulico aparece registrado en los textos de los primeros padres de la Iglesia Cristiana, como San Agustín. En cambio, los instrumentos de cuerda, provenían también de Grecia, pero de zonas de Oriente más alejadas. De allí llegaron arpas, laúdes y cítaras (o salterios). Las percusiones sólo se utilizaban para dar ánimo a los soldados en combate
MÚSICA BIZANTINA
Se llama música bizantina a la música de la iglesia ortodoxa griega. Se emparenta con el canto gregoriano al ser monodia vocal sin acompañamiento instrumental y estar organizada en ocho modos oktoíjos.
Características
Se diferencia del canto gregoriano en que es cantada en griego (o árabe en aquellos lugares de la región conocida antiguamente como Antioquía) y se acompaña vocalmente con un sonido grave y mantenido llamado ison o (isocrátima).
Se originó en las primeras comunidades cristianas del desierto del Sinaí. Es conservada en los monaterios ortodoxos griegos y, con diversos estilos, dentro de los núcleos urbanos de las zonas cristianas orientales.
Es un canto a una voz (monodia) diferenciándose del canto gregoriano consolidado en Roma en que es cantada en griego en lugar del latín y se acompaña vocalmente con un sonido grave y mantenido llamado ison o (isocrátima).
La música bizantina es un sistema musical completo que emplea la rica paleta de gamas melódicas del oriente mediterráneo para valorizar los textos bíblicos e himnográficos que exponen admirablemente la teología de los Padres de la Iglesia. El monasterio de Cantauque ejecuta el canto bizantino no con textos griegos, como es lo más frecuente que se haga, sino en francés.
La saltérica
La notación de la música bizantina, llamada saltérica, deriva de un sistema de acentuación griega (tono, apóstrofe...) que ha evolucionado a lo largo de los siglos hacia neumas(signos descriptivos). Situados encima del texto, éstos acentúan musicalmente las sílabas, es decir, les confieren la entonación y la expresión que les conviene. Los neumas, a diferencia de las notas occidentales puestas sobre el pentagrama, indican simples variaciones de nivel. Las «notas bizantinas» tienen pues un valor relativo; no tienen sentido sino en la relación de unas con otras. Se agregan en movimientos melódicos que varían según los modos (cuatro auténticos y cuatro plagales) y los géneros de música. (Ejemplo: la notación del Himno de los Querubines)
La interpretación
Una partitura bizantina debe ser siempre interpretada más allá de la estricta notación; ésta, de acuerdo con la tradición oriental, es un simple esqueleto destinado a ser revestido de múltiples vibraciones e impulsos que se transmiten únicamente de maestro a discípulo. En este tema, la música bizantina debe mucho a Simón Karas y a su sucesor Licurgo Angelópoulus. Efectivamente por un defecto de transmisión oral, los cantores habían llegado a suprimir poco a poco la interpretación de los neumas: las características de la música bizantina se iban perdiendo y eran reemplazadas por armonizaciones, variaciones de intensidad, expresiones sentimentales, etc. S. Karas se aventuró en un inmenso trabajo de musicología con el fin de reconstituir los fundamentos teóricos de la música bizantina. Y para devolver toda su dinámica a la línea melódica bizantina, reintrodujo numerosos signos de la antigua notación.
El ison (nota de bajo continuo)
El ison es el único acompañamiento de la música bizantina. Su emplazamiento deriva de la teoría musical puesto que el ison manifiesta y pone de relieve la base del modo en el que se despliega la melodía. Cuando se ejecuta, confiere a esta melodía un color modal preciso. El ison juega por tanto un papel irreemplazable. Otras tradiciones musicales monotónicas lo utilizan también (por ejemplo, la música celta).
Fragmentos escogidos de los diferentes géneros de música bizantina
• Género estijárico (o hímnico) Para el canto de los estijarios: himnos intercalados en los salmos. Ilustrado por el Doxastrikon de Pascua. Uno de los momentos fuertes del año litúrgico.
• Género papádico Para los himnos de la Divina Liturgia (Misa). Ilustrado por el Himno de los Querubines del primer tono. Se canta en la procesión de los Santos Dones (ofertorio).
• Género Poliéleos Debe su nombre al versículo estribillo del salmo 135: «Porque eterna es su misericordia» (misericordia, en griego, es éleos). Se canta en los maitines de las grandes festividades.
Respecto a la prioridad del arte bizantino, encontramos en los comienzos de la música profana medieval. Allí como la Roma pagana – de la que vino a ser sucesora la cristiana Constantinopla- revivió mucho de la música helénica, y se conservaron los instrumentos griegos. Así
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