¡Qué viva México! de Sergei Einstein.

El acorazado y la soldadera

¡Qué Viva México! Es el título que ves en ruso en la pantalla, junto con más nombres rusos y un hombre que da un prólogo al filme que estás a punto de ver.  Mi primera impresión es que parece una película de esas que encuentras en cines alternativos de la colonia Roma. Me pareció una película surreal. La fotografía, la banda sonora, los ángulos de grabación, presentan una visión de México, que incluso siendo mexicanos no hemos tenido oportunidad de ver.

Sergei Einstein, conocido por grandes películas como El Acorazado de Potemkin y La Huelga innovó el mundo del cine con su técnica de montaje, la cual en ¡Qué Viva México! Proyecta las realidades del México prehispánico, postcolonial y revolucionario. Es irónico, como siempre como un extranjero de extranjía como diría mi mamá; sintió más pasión, más curiosidad por el folklore y las raíces mexicanas.

Para realizar la película, Sergei se tomó un mes para analizar sobre que retrataría en la película, (más tiempo del que cualquiera se tomaría para reflexionar sobre su patria) sin perder de vista lo que más le atraía de la cultura, la muerte, Chiche-Itzá,  los muralistas y el Istmo de Tehuantepec. El filme se desarrolla en cuatro partes, un prólogo Calavera, en el vemos un ritual, dónde a pesar de haber sido filmado en los años 30´s esos mismos podrían haber sido Mexicas y hoy mismo podrían ser un Juan Pérez de la esquina, parece ser que el mexicano es atemporal, su temple no cambia, ni sus facciones ni su fascinación por los rituales sagrados que le dan cotidianeidad a su vida.

El segundo Sandunga, un “Matriarcado” que trabajó arduamente para seguir impresionando a sus hombres, nos ofrece una fotografía del Istmo de Tehuantepec que al menos personalmente no he tenido oportunidad de ver. Maguey retrata las desgracias de una hacienda porfiristas, donde como siempre el hombre toma posesión de hombres y mujeres como le place, dónde la estratificación social y la discriminación no son nada nuevo y sólo retoman fuerza, en personajes como María, ella es cada una de las mujeres que viven en los campos, las Marías que ves caminando en la ciudad, las que son ultrajadas y sobajadas. Sebastián es cada uno de esos hombres que trató de luchar pero que fueron sobajados y ultrajados, que sus voces fueron apagadas, al galope de los caballos sin ningún escrúpulo.

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