Radio Cultural

Recuerdo aquella fecha en la que después de mis quince años, hace aproximadamente 5 años, decidí viajar con mi hermano para el Istmo e ir a ver a mi novio y a la familia de mi Papá. Este viaje no fue muy largo, solo duró 10 días en los cuales pasaron una variedad de cosas normalmente todas muy buenas, hasta que…

Una tarde mi hermano, mis primos y yo decidimos ir a al “Ojo de Agua” es un balneario muy conocido allá pero el problema es que viajaríamos en un Tsuru en donde solo entran 5 personas y nosotros éramos 6, recuerdo que mi prima Karen la novia de Jesús (que también es mi primo) me sugirió que me sentara en sus piernas para que fuéramos cómodos, pero realmente no me agrado la idea y decidí ir un poco apretada pero a lado de la puerta.

Jesús suele ser muy acelerado para manejar y Paco y Jairo (los cuales son hermanos y primos míos) son demasiado locos. Recuerdo que durante el camino Jesús conducía a una velocidad muy alta, en donde entraban como porristas Jairo y Paco pidiéndole que voláramos el puente que esta a la mitad del camino del balneario, mi hermano, Karen y yo decidimos no decir nada para no ser unos aguafiestas, pero realmente el miedo nos invadía al ver que había un autobús delante de nosotros (el cual era demasiado antiguo, con decir que ni siquiera le servían las intermitentes) y que en cualquier momento se podía parar. Dicho y hecho, no pasaron ni 5 minutos y Jesús manejaba a una velocidad de 180 km/hr “volando en el puente” tal cual se lo habían pedido mis primos, de pronto…Se escucha un grito de desesperación de todos pidiéndole a Jesús que frene y él con una cara de aflicción responde, ¡¡¡los frenos no responden!!!, fue tanto el miedo que teníamos todos en ese momento que de pronto lo único que se nos ocurrió fue cubrirnos.

El impacto que recibió Jesús fue uno de lo más feos, la nariz se le levantó, se le abrió el brazo y se lastimo las piernas. Karen rompió la guantera con su rodilla, al igual que resulto con el brazo abierto. A mí se me estrelló el parabrisas en el brazo, me lastime la boca y tuve un esguince en el cuello, los de atrás sanos y salvos, bueno aunque tenía un pequeño dolor de tobillo. Al ver que Jesús tenía toda la playera blanca ya en púrpura decidimos detener a algún coche que iba de paso para que les dieran un aventón y los llevaran al Hospital al igual que a Karen que se quejaba del dolor en su rodilla.

El carro quedó hecho mierda, la batería partida a la mitad, el parabrisas estrellado, la guantera rota, bueno para no hacerla tan larga, el coche quedo más que jodido, solo le funcionaban las llantitas traseras. El autobús quedó intacto, únicamente multaron al chofer.

Después mi hermano decidió llevarme al Hospital para que recibiera atención médica porque el brazo no dejaba de sangrarme. Estuvimos internos por más de 5 horas, hasta que nos dice el doctor,

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