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Teatro


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  Tesis  •  3.376 Palabras (14 Páginas)  •  243 Visitas

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MÁSCARAS

PERSONAJES:

 Yo.

 Vendedor.

 Máscara 1.- Robo.

 Máscara 2.- Riqueza.

 Máscara 3.- Poder.

 Máscara 4.- Fama

 Máscara 5.- Inmortalidad

 Luz.

 2 Ladrones.

 2 Policías.

Vestuario:

Yo: Utiliza ropa de un color apagado (gris, café claro, azul marino) Yo, siempre porta una pequeña caja o morral con monedas de oro y una piedra preciosa grande.

Vendedor: Todo de negro con un maquillaje tipo mimo. Usa un traje, un sombrero y un antifaz; todo de negro. Usa un maletín de color negro o rojo y dentro de él traerá papeles y los sobre de las mascaras y guardara en este las monedas que Yo le ira dando

Máscaras: Visten de acuerdo al color del sobre que el vendedor dará a Yo, pueden llevar mascaras o antifaz estas deberán brillar.

Luz: Usa una ropa de color claro, pero no blanca. Un color alegre, pero sin combinar rojos, amarillos y anaranjados, puede ser un azul o un verde claro. Es simple, nada de trajes sofisticados. Así como es Él, simple lleva una bolsa de color rojo con monedas de oro.

Una banca de parque, una luz al frente, puede ser un reflector que se colocaría a nivel del piso que alumbre directamente a la banca, el escenario completamente a oscuras, se escucha una música de acuerdo a la acción de ambos lados entran las máscaras que se deben ver se mueven por todo el escenario, incluso haciendo una coreografía. La música va bajando lentamente y salen corriendo las máscaras del escenario. Al encender todas las luces, menos el reflector que da a la banca. En ella está sentado el personaje de Vendedor; leyendo un gran periódico. Yo entra por la derecha, muy aburrido. En sus manos trae una pequeña caja, pero con sus gestos demuestra que no está muy contento de cargarla. Se siente en la banca, mira la caja, la abre y saca algunas monedas. El Vendedor baja el periódico y las mira con codicia.

Yo.- Que aburrimiento más grande, ya no sé que hacer con estas monedas, estoy harto de andar con ellas para arriba y para abajo sin saber qué hacer (saca la piedra preciosa)

El Vendedor casi se lanza sobre Yo para arrebatarla la piedra pero se contiene.

Yo.- (Mirando la piedra con detenimiento) Y mucho menos sé que hacer con ésta cosa tan grande, la verdad es que pesa mucho. Ya desearía poder hacer algo interesante con ella.

El Vendedores pone de pie y camina de un lado hacia otro del escenario. Se frota las manos y mira a Yo con malicia. Mientras Yo habla solo, se acerca de nuevo a la banca y toma su maletín. Lo abre y busca algo.

Yo.- (Habla pero sin poner cuidado a lo que hace Vendedor, no se ha dado cuenta de que esta allí) Cuando mis padres me dieron esta cajita, me dijeron que la cuidara, que la cuidara con celo, porque de allí mana la vida. La verdad, hasta el día de hoy no sé que me querían decir, a veces he querido lanzarla a un río, o bien, dejarla abandonada por allí en algún basurero. Un sitio de mala vida, de esos que les llaman “antros o bares”. Quizá a la puerta de una iglesia para que la cuiden. Pero es que ya estoy cansado de andarla cargando y no saber que hacer con ella.

Vendedor.- (Muy decidido) Yo te puedo ayudar. Yo tengo la solución para que no andes cargando esa cajita por allí y no te canses más.

Yo.- (Ignorando lo que dice vendedor, ni siquiera voltea a verlo) Tal es mi desesperación por hacer algo con esta caja, que hasta oigo voces.

Vendedor.- (Desesperado) No estás oyendo voces, yo estoy aquí soy real. Mírame. Solo voltea la cabeza.

Yo.- (Se limpia los oídos) Tan mal estoy, creo que debería bañarme más seguido.

Vendedor.- (Desesperado lo jala) ¡Qué me pongas atención! Te digo, que no soy producto de tu imaginación.

Es tan fuerte lo que lo jala que Yo cae al suelo. La caja se abre y se riegan las monedas, el vendedor se apresura a juntar algunas monedas.

Yo.- (Lo detiene) No, gracias yo puedo solo. Nadie puede tocar esas monedas, si alguna cae en las manos equivocadas, estoy perdido.

Al Vendedor no le agrada la idea pero se aparta

Yo.- (Se pone de pie) Oye deberías tener más cuidado, por poquito y me fracturo un tobillo.

Vendedor.- Disculpa mi torpeza. Bueno, en realidad no fue torpeza. Lo hice con total intención para ver si me ponías atención. Ya que estas ido hablando solo sobre lo que piensas hacer con tu cajita de monedas.

Yo.- Si tienes razón.

Vendedor.- Bueno, y ¿No has pensado en invertir esas monedas?

Yo.- (Extrañado) ¿Invertir?

Vendedor.- Sí, invertir. Veamos. ¿Cómo te lo explico? Tú compras con tus monedas una acción, y las ganancias que obtienes son de acuerdo al porcentaje que has invertido.

Yo.- No entiendo.

Vendedor.- (Hace gesto que da a entender que Yo es muy tonto. Le habla un poco más despacio) Mi-ra, in-ver-tir es al-go muy sen-ci-llo. Tú tie-nes u-nas mo-ne-das, con e-llas com-pras u-na ac-ción. De a-cuer-do a lo que ha-yas gas-ta-do en la com-pra de e-sa ac-ción, a-sí se-rán las ga-nan-cias. ¿Me entendiste?

Yo.- (Molesto) Claro que entiendo, no soy tonto.

Vendedor.- Disculpa, entonces, ¿qué? ¿Vas invertir? ¿Sí o no?

Yo.- (No muy seguro) No sé

Vendedor.- (Sin darse por vencido) Mira, no es nada complicado, tú me das las monedas, yo te doy una acción y ya.

Yo.- (Aún sin estar muy seguro) Bueno, ¿y de qué son las acciones?

Vendedor.- Máscaras.

Yo.- (Extrañado) ¿Máscaras?

Vendedor.-

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