Una Noche De Navidad

Epilogo.

El silencio de las calles era increíble, solo se alcanzaba a ver desde el exterior, varias luces prendidas en las casas del vecindario, disfrutando en familia la Navidad.

En la casa de los O'Connors, la tensión era el único protagonista, Olive no dejaba de desesperarse, su prometido llevaba dos horas de retraso, Pattie intento calmarla y darle a entender que su hijo no vendría. Enojada salio de la habitación, acompañada de sus padres, desapareció.

Varios de los invitados se habían ido, no había razón para estar en ese lugar si una boda no se llevaría acabo.

El sacerdote miraba a Jeremy.

—Creo que no tengo nada que hacer aquí – suspiro frustrado, empezando a guardar sus pertenecías.

El señor O'Connors se acerco rápidamente a el, impidiendo que siguiera con su acción.

—Le prometo que una boda se llevara acabo, solo hay que esperar – dijo con una sonrisa, su hijo había confirmado con un mensaje de texto que volvería.

Este suspiro sin ánimos, no podía creer las locuras que hacían los jóvenes, el matrimonio no era lo mismo que hace unos cuantos años.

La puerta de la sala se abrió, dejando ver los cuerpos de los dos jóvenes. Alexaandro sonrió ampliamente a encontrar a sus familiares mas cercanos, aun esperando a que se llevara acabo la ceremonia, Sia fue la primera en sorprenderse, su madre, acompañada de su abuela Anna y algunos de sus primos.

—Esta es tu boda – dijo Alex a su oído – No dejaría que el día mas importante de tu vida, estarías solamente con tu mamá.

Entrelazaron sus manos y caminaron a improvisado altar en medio de la sala principal. Sus familias sonreían lentamente, era una alegría por fin verlos sonreír con sinceridad.

Marcus, el primo mayor de Sia, se acerco a unos cuantos pasos, antes de que la pareja estuviera frente al Sacerdote.

—SI le vuelve ha hacer daño o simplemente la veo llorar por su culpa, tenga seguro que lo dejare sin descendencia – dijo totalmente serio, como el hermano mayor sobre protector que siempre aparento.

Alexaandro movió la cabeza con signo de afirmación rápidamente, esa idea de ver a Sia llorar no le gustaba para nada.

Sia miro sonriente a su abuela, la cual la miraba con alegría, de esa que no lograba contener. Giñó el ojo lentamente, su mano busco el collar que decoraba su cuello y lo apretó levemente, para luego mirar a su prometido.

—Los deseos si se hacen realidad – susurro lentamente, manteniendo

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