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TELETEL – ¿Un caso habitual?

Una de las grandes ventajas de la tecnología, es como hace que vivamos más cómodos. Para comunicarnos desde cualquier lugar de nuestro hogar, ya no es necesario andar acarreando largos cables, sino podemos utilizar un teléfono portátil. Mejor aún, la telefonía celular nos permite estar permanentemente comunicados con un costo relativamente bajo y desde prácticamente cualquier lugar del mundo.

Por otra parte, en una familia con tres hijos adolescentes, el costo de las llamadas puede ser un problema. Dos novios y una novia, más amigos/ amigas, compañeros de deporte, colegio, sumados a una mamá responsable de la coordinación doméstica, un hijo mayor colaborando en la empresa familiar con actividades y facultad, pueden resultar mucho para cualquier bolsillo.

Es por esto que en cuanto apareció el trunking, mezcla de telefonía celular con radio, incluyendo un costo fijo por las llamadas de radio y un excelente abono con muchos minutos de celular, era la solución que mi pequeña comunidad familiar necesitaba.

Tomada la decisión, finalmente adquirí el servicio a Teletel, proveedor de gran prestigio internacional, junto con cuatro equipos que resolverían las necesidades familiares de comunicación.

Luego de casi dos años de correcto funcionamiento, en una misma semana, dos de los cuatro teléfonos de casa experimentaron el mismo problema, no aceptaban carga, aún habiendo cambiado las baterías recargables.

Un problema pequeño pero fastidioso. Menos mal que en la era de los servicios, muchas veces una llamada basta. De ahí a llamar al número de servicio de Teletel era el paso siguiente. Como era de esperar, una voz muy agradable y amable me pidió el código postal de la localidad, para luego darme una dirección prácticamente a la vuelta de mi casa, donde podría llevar los teléfonos a reparar. Este fue mi primer momento de la verdad y lo pasaron muy bien.

El segundo momento se produjo al llegar al lugar indicado, para enterarme que no reparaban, sólo vendían equipos nuevos. En este punto me hubiera encantado me dijeran, “no reparamos pero quédese tranquilo, nosotros lo enviamos a reparar”. Concretamente lo que obtuve fue una nueva dirección a 50 Km de mi casa.

Ya molesto, les pedí el teléfono para llamar a Teletel (tercer momento de la verdad) para reclamar y pedir una nueva dirección. Luego de disculparse por la mala información, me consiguieron la dirección de un service a “sólo” 20 Km. de distancia.

Sinceramente al terminar mi conversación, la sensación era que no estaba reparando la carga de un teléfono sino un producto médico de alta complejidad. ¡Qué forma de perder el tiempo! En un momento en que la reparación de una IBM o una HP se resuelve en máximo dos días, yo todavía no encontraba donde dejar mis teléfonos.

Por suerte recordaba haber visto el

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