ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Arquitectura.


Enviado por   •  19 de Febrero de 2014  •  Ensayos  •  1.501 Palabras (7 Páginas)  •  195 Visitas

Página 1 de 7

Arquitectura

Si tuviésemos que elegir los elementos que con más consistencia identificaran a la arquitectura totonaca estos seguramente serían tableros con nichos y cornisas voladas, aunque existen otros detalles o formas de desarrollar la arquitectura que igualmente se podrían elegir como distintivos propios de la cultura arquitectónica de este pueblo mesoamericano, tales como los únicos intentos que se llevaron a cabo en toda la superárea de utilizar un colado para techar espacios interiores. La piedra y el mortero de cal eran los materiales que la constituían y en cuanto a colores: las cornisas y el interior de los nichos se solían pintar en azul turquesa y los taludes en distintos tonos de rojo. Entre los elementos decorativos se han hallado labrados que relatan victorias militares de la ciudad, y también es frecuente encontrar columnas de piedra arenisca, entre las que se encuentran varios troncos de cedro apoyando una cimbra de madera, por la que caminaban los pobladores. Para evitar que el mortero se adhiriera a la madera, entre la mezcla y la madera colocaban una franja de fragmentos de vasijas rotas sobre la que distribuían la carga. Así mismo, acostumbraban a colocar enramados entre la mezcla con el fin de aligerar el peso del techo; con el tiempo la grava de piedra arenisca fue sustituyendo a la piedra pómez de río, el motivo no fue otro que las superficies lisas y porosas que le daban estabilidad estructural al techo de mortero. Esta fue una técnica muy utilizada en la arquitectura totonaca, con la que se levantaron muchos edificios. Existen dos influencias claras en la construcción de los edificios de esta cultura, en el periodo Clásico fue la de El Pital, para más tarde concederle el relevo a la teotihuacana.

Con la técnica del "embarro" , tan simple como las paredes de carrizo recubiertas de lodo y una fino revestimiento de cal, comenzaron a surgir las primeras ciudades totonacas. Sus habitaciones se techaban con palma tejida y se levantaban sobre tierra apisonada o endurecida con el fuego. La piedra tallada también era utilizada en algunas escaleras, pero para tener una referencia clara sobre las construcciones totonacas es importante saber que, en El Tajín, el único edificio de piedra de la ciudad estaba construido sobre sillares de arenisca de grano muy fino; la piedra estaba colocada formando dos muros verticales paralelos, dos plataformas de tierra apisonada que dejaban un estrecho corredor en el que se desarrollaba el juego de pelota. En el Tajín Chico, tanto los pórticos como los techos de los cuartos de los últimos edificios se cerraron con cubiertas de mortero de cal. La únicas fuentes de iluminación y ventilación eran las puertas, los cuartos de los totonacas no tenían ventanas.

La revolución que significó la utilización de las columnas de mampostería supuso que los interiores se fueran ampliando al mismo tiempo que los nichos desapareciendo de los tableros, así como las cornisas se apoyaron sobre filas de columnas construidas con pequeños tambores de piedra arenisca. De igual modo, los interiores fueron superándose en altura gracias a los techos de mortero con acceso a los pisos superiores por escaleras interiores o por las fachadas. Al mismo tiempo que los edificios de piedra comenzaron a sumar protagonismo los espacios para el juego de pelota se fueron multiplicando y los nichos y las cornisas voladas se volvieron características de El Tajín. Sin duda fueron desafiantes a las leyes de la gravedad los arquitectos de El Tajín, usando morteros de magnífico soporte o desempeño, hasta se cree probable que usaran chapopote o asfalto con el fin de impermeabilizar los cimientos de los edificios. El protagonismo de la piedra fue reemplazando al barro, como sucedió en la reconstrucción de muchos edificios de Morgadal Grande, y los muros aplanados de mortero de arena y cal se pintaron con hermosos murales.

Por muy desafiante y atrevido a la resistencia que en principio pudiera aparentar los techos de cal y arena, la inexistencia de maderas que ayudaran a soportar la estructura los volvían vulnerables con el paso del tiempo y las apariciones de fisuras, por lo que se tenía que ampliar el número de columnas y resellar las grietas que iban apareciendo para evitar el calado de el agua de lluvia. El número de columnas existentes era determinante en el grosor del techo, que iba en aumento con el paso de los años debido a las reformas que se iban sucediendo. Para el año 1.300 las ciudades totonacas estaban prácticamente destruidas, las endebles construcciones

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com