¿Calidad O Instinto Industrial?

¿Calidad o Instinto Industrial?

Este tema tiene tanto de largo como de ancho, e independiente de las horas que dediquemos al entendimiento de este asunto, será difícil tener un acercamiento a la frontera del conocimiento del mismo, sin embargo me esforzaré en este artículo en hacer un adecuado acercamiento a la razón de la calidad como necesidad.

Alguno de los llamados gurús en estos temas, podrían decir que la calidad y sus manifestaciones industriales prácticas están en constante desarrollo y con esto las herramientas para medirla y optimizarla.

Indudablemente, en cada ámbito de acción humana y más por instinto que por estrategia, los homo sapiens están abocados a mejorar las formas de hacer las cosas y simultáneamente hacer cosas cada vez mejores. Así pues, la calidad es un conjunto de técnicas que permiten cuantificar el instinto de educar, de supervivencia y de lo que ahora los jóvenes llaman “la fácil” que no es otra cosa que tomar el camino más expedito para lograr los resultados deseados.

Precisamente, debemos decir que sí, las organizaciones tienen como uno de sus componentes indispensables a los seres humanos, ellas en si mismas actúan por instinto, ahora no individual, sino colectivo que las conduce ineludible e ineluctablemente al mejoramiento continuo, de otra forma irían al fracaso.

La optimización de procesos productivos a través de nuestros esfuerzos propios es loable, sin embargo, cuando acudimos a otros – expertos- para que aporten al desarrollo de mejores formas, menos costosas, y más amigables para el medio ambiente, estamos aplicando el instinto organizacional en su máxima expresión, pues estamos provocando cambios más acelerados y mejores para todos.

La calidad, puede ser vista desde varias perspectivas, la filosófica, que nos permite definir desde la estrategia nuestros comportamientos y nuestras relaciones en torno a ella; o desde lo tangible, que nos da la posibilidad de medir la aplicación de lo –generalmente bien pensado- filosófico; o en otro sentido desde lo que nos cuesta el no actuar con base en criterios de optimización en cada etapa de nuestros procesos productivos por algunos llamados costos de no calidad.

La calidad no es un tema de moda, la calidad no surgió a partir de los Juran o los Deming, Taguchi, Ishikawa; tampoco surgió por cuenta de la industrialización y del cambio de especialización a polifuncionalidad… No, la calidad es instintiva, la transición del paleolítico al neolítico podría ser un primer, simple y elemental ejemplo de lo que queremos ilustrar, por ello es inherente a los seres humanos y a las organizaciones y por ende, hace parte de lo que me he atrevido a llamar la biología industrial, es así como aquellas organizaciones que no centren sus esfuerzos en el mejoramiento continuo desaparecerán inexorablemente, al igual que en el pasado milenario han desaparecido

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