Cambios En La Unión Europea Como Consecuencia De La Crisis Subprime
AndresTirano8 de Septiembre de 2014
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Cambios de la Unión Europea como consecuencia de la Crisis Subprime
El objeto esencial de este artículo, es demostrar los cambios ocurridos en la Unión Europea como consecuencia de la crisis subprime. Para la comprensión de estos cambios, en primera instancia se contextualiza la Unión Europea como bloque, la crisis subprime y su impacto en este bloque económico, haciendo énfasis en los factores institucionales, productivos y el sector externo, además de su correlación con la Inversión Extranjera Directa. Por lo tanto en el segundo epígrafe se conceptualizan estos factores, el antes y el después de los mismos con respecto a la crisis subprime, finalmente se demuestra los cambios económicos e institucionales que sufrió la Unión Europea como consecuencia de esta crisis.
LA UNIÓN EUROPEA
La Comunidad Económica del Carbón y del Acero -CECA (1957) nace como un primer escalón en la búsqueda de una integración política y económica plena, la cual el continente europeo siempre buscó tras la post guerra (II Guerra Mundial), fundada por Luxemburgo, Francia, Países Bajos, Bélgica, Italia y Alemania (Unión Europea, 2014), donde comunidades, gobiernos e ideologías acceden a seguir unos lineamientos supranacionales con el nacimiento de instituciones con incidencia directa sobre los estados miembros, dando paso así a una comunidad política.
Cabe resaltar que este no fue el único objeto para conseguir la unificación política y económica en Europa; Alemania y Francia venían de enfrentamientos en la II Guerra Mundial, y evitar un resurgimiento de estos conflictos era el mayor propósito de esta integración (Páez, Isaza & Zamora, 2013, p. 16).
Reino Unido, Dinamarca e Irlanda se unen en 1973, Grecia en 1981 y cinco años más tarde hacen lo respectivo España y Portugal, año en el que también se firma el Acta de la Unión Europea, y se acuerda la libre circulación de mercancías (mercado único), el cual en 1993 pasaría a no ser solamente de mercancías sino también de servicios, capitales y personas (Unión Europea, 2014).
La Unión Económica y Monetaria (UEM) representa un paso significativo hacia la integración de las economías de la UE e implica la coordinación de las políticas económicas y fiscales, una política monetaria común y una moneda común, el euro. Aunque los 27 Estados miembros de la UEM participan en la unión económica, algunos países han alcanzado un mayor grado de integración y han adoptado el euro. Estos países forman la zona del euro.
La decisión de formar una Unión Económica y Monetaria fue tomada por el Consejo Europeo en la ciudad neerlandesa de Maastricht en diciembre de 1991, recogiéndose posteriormente en el Tratado de la Unión Europea (Tratado de Maastricht). Con la Unión Económica y Monetaria, la UE da un paso más en su proceso de integración económica.Actualmente, la Unión Europea se encuentra en la quinta etapa del proceso, siendo el bloque con el mayor nivel de integración a nivel mundial.
La progresiva integración económica no se inició con la decisión de crear el euro, se trata de un largo proceso que forma parte de la historia de la UE y constituye uno de sus logros fundamentales. En 1993 con la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea (TUE) se constituye como tal, logrando así el mayor nivel de integración internacional hasta ahora alcanzado (Eumed, 2014).
Las divisiones políticas entre la Europa del este y del oeste se dan por zanjadas definitivamente cuando en 2004 diez nuevos países ingresan en la UE, seguidos de otros dos en 2007. En septiembre de 2008 una crisis financiera sacude la economía mundial, haciendo que se estreche la cooperación económica entre los países miembros de la UE. El Tratado de Lisboa, que aporta a la UE instituciones modernas y métodos de trabajo más eficientes, es ratificado por todos los países de la UE antes de entrar en vigor el 1 de diciembre de 2009.
La nueva década arranca con una grave crisis económica, pero también con la esperanza de que las inversiones en nuevas tecnologías ecológicas, más respetuosas con el clima, junto con una cooperación europea más estrecha, produzcan crecimiento y bienestar duraderos.
Aún teniendo en cuenta lo anterior, la crisis ha puesto a prueba la fuerza institucional y las políticas que han enmarcado a la Unión Europea a través de los años, un reconocimiento de esta crisis es imprescindible para localizar los cambios en la Unión Europea en último quinquenio.
CRISIS SUBPRIME
Para la comprensión de lo ocurrido en la crisis Subprime ,es importante primero entender el concepto de crisis mundial económica.
Paez, lsaza y Zamora definen este concepto así :
“Una crisis económica es un descenso en la producción de bienes y servicios, medido por la tasa de crecimiento del PIB real, que se origina en uno o varios países en un periodo relativamente largo de tiempo, en todo caso superior a un año, y que tiene efectos sociales adversos que se propagan a través del desempleo, la desprotección social y el descenso de los salarios y las medidas de austeridad con que se trata de detener la crisis. Puede extenderse a más de un país a la vez; sus causas son reales o financieras o una combinación de éstas”. (Paez, Isaza & Zamora 2013,p. 8)
Con el concepto acerca de lo que es una crisis, se puede ver que la problemática de la crisis subprime radica en que unas políticas de disminución traumática de los intereses a corto y largo plazo desencadenan un crecimiento elevado del crédito, incitan un endeudamiento para todos los agentes que participan de la economía local trasladándose a nivel global.
Mientras había un gran descontrol crediticio, se iba presentando una dinámica de endeudamiento cada vez más alta, generando un escenario importante a considerar: El inicio de la crisis tiene como epicentro Estados Unidos, con un aumento de la liquidez de capitales, proveniente principalmente de Europa, China y Japón, que se invirtieron en el sector inmobiliario. Esta situación ocasionó que los intereses de corto y largo plazo disminuyeran. De ésta manera, los activos subyacentes ven aumentar sus precios por la especulación. (Páez, Isaza & Zamora, 2013,p. 13)
La especulación juega el papel más importante en la crisis subprime de los Estados Unidos, se relaciona con el auge de la titularización en el mercado financiero internacional, todo esto junto con una actitud muy permisiva hacia el riesgo por parte de las calificadoras del mismo.
A lo anterior se le suma el incremento de la demanda de viviendas y su precio, junto con los activos asociados al mercado hipotecario, estos como consecuencias más sobresalientes de la especulación en el sector inmobiliario por el cual los bancos estadounidenses basaron sus actuaciones. A los anteriores factores es necesario agregarle el fenómeno del apalancamiento, que contribuye a dinamizar la demanda de agentes inmobiliarios, ante las enormes expectativas de ganancias y la menospreciación del riesgo.
En un aura de facilismo e inmediatez, juega un papel importante la titularización , la utilización de bienes líquidos para fondear activos no líquidos.
Las hipotecas se tornaron líquidas dado que se podían transar, y se comercializan a través del sistema bancario a la sombra y de este sistema también hacen parte los fondos de cobertura y los fondos mutuos, aunque estos realizaban un papel principal del sistema financiero actual, puesto que eran propulsores de la especulación.
A través de este sistema financiero a la sombra, se promulgó el mercado inmobiliario para ofrecerse a los inversionistas, que previamente habían hecho líquidas sus inversiones gracias a la titularización y la adquisición de créditos para financiar inversiones (apalancamiento).
El punto con estas apreciaciones es que las hipotecas, convertidas en títulos valores negociables en el mercado de capitales, se transforman en activos muy apetecidos por los inversionistas, con la esperanza de obtener réditos futuros.
Si aumentan su precio al igual que la demanda, se inicia así una tormenta especulativa. En ese contexto, aumentan los precios de las viviendas y los títulos asociados a los que derivaron las hipotecas.
La UE, además de otros países del mundo, acudieron a poner sus inversiones a la compra de títulos hipotecarios, atraídos por la gran expectativa que tenía el mercado inmobiliario. Cuando el precio de los inmuebles se incrementa al igual que su demanda, los inversionistas ven sus expectativas cumplidas (endeudarse barato para adquirir títulos hipotecarios con apalancamiento), pero con lo que no contaban los inversionistas extranjeros especialmente los europeos, era con la caída de los precios de la vivienda de Estados Unidos y consigo la de los títulos valores a los que habían materializado la titularización.
A todo esté problema, se le suma la imposibilidad de pagar los créditos por parte de los estadounidenses y como consecuencia se origina una restricción de liquidez por la acumulación de préstamos contraídos para hacer inversiones apalancadas.
Aprovechando las circunstancias que brinda ahora el mercado, los inversionistas trasladan enormes cuantías de dinero al sector inmobiliario, con el ánimo de poder comprar grandes cantidades de viviendas para obtener beneficios futuros extraordinarios y es justamente lo que atrae al sistema bancario a la sombra (Krugman, 2009,p. 13).
Cuando
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