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Chavez Vive La Lucha Sigue


Enviado por   •  31 de Octubre de 2013  •  3.413 Palabras (14 Páginas)  •  176 Visitas

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tal sentido es menester aceptar que todos los "buenos" pensadores latinoamericanos promueven un inmenso sentimiento filosófico autóctono, para muchos, el no haber desarrollado una inquietud propia y autentico del nuestro mundo americano, ha sido una falta antes que de identidad de poca autoestima, para mejorar esto se han dado a la tarea de crear nuevas teorías en pro de la investigación, principalmente aceptando una evidente asimilación de las corrientes filosóficas preexistentes mas una genuina evolución del pensamiento, donde, al reconocer fallas de estructura, se ataca la mismas generando así un desarrollo local del pensamiento, autóctono y genuino, mas no, repito, ecléctico. Para muestra lo que sigue.

"Se ha perdido en México la noción del humanismo" y por lo mismo la urgente necesidad de " orientar la educación en un sentido humanista… El fracaso de múltiples tentativas de imitar sin discernimiento una civilización extranjera nos ha enseñado con dolor que tenemos un carácter propio y un destino singular, que no es posible seguir desconociendo"[3]

Samuel Ramos, afirma en lo anterior citado, que tal actitud ha dado lugar a posiciones equivocadas: el nacionalismo exagerado y el punto de vista de los europeizantes. Por ello el filósofo no acepta ninguna de las dos y afirma que la solución es la "cultura" propia y esencialmente –mexicana- Americana.

En Venezuela

Rafael María Baralt, 1810-1860, dedica su tópico filosófico al desempeño político y sus pormenores, observa que los pueblos, deben, siempre, promover desde el mundo político, la educación, sin este aderezo ningún pueblo llegaría por sus propios medios a la autonomía en todos los aspectos, afirma:

"el político debe ser amigo de la sabiduría, admirador y discípulo de los grandes pensadores que en todos tiempos han de ensanchar el dominio de la inteligencia, después de haber aprendido a tener en poco a todos los filósofos y a todas las filosofías, debe avanzar y determinarse lo mas cerca de la verdad de sus sistemas."

Reconoce que la fuente de la soberanía y del derecho es la razón, no contentarse con repeler o delegar la facultad de juzgar, sino apoyar la facultad de discutir; la controversia. De otra forma sería una ilusión intelectual, una luz engañosa que ora quema, ora ofusca, pero jamás ilumina. Afirma también que la libertad no puede siempre cómplice de la herejía, y la independencia humana no más que el triste privilegio de dudar, negar y destruir, ocasionando natural y fatalmente el triunfo del error y del pecado en este mundo. Como se puede observar Baralt comulga con un sesgo teocrático en función de crear una armonía entre el poder y las creencias religiosas. Este caso muy especial es precisamente producto de la influencia, empero no de la imitación de lo que evidentemente es costumbre adquirida, decendencia. Este concepto ha marcado a través de la historia americana un valor inexorable, promovido y difundido principalmente por laicos y misioneros, mas la catequesis que como impronta yace en el espíritu colonial y post colonial, es la saga de una parte muy numerosa de la mezcla, de etnias, costumbres y creencias que evolucionan, asimilando el conocimiento al alcance, para sin mas, hacerlo propio y peculiar, diferente.

Mucha de la influencia política de nuestros pensadores americanos ha sido en gran numero derivada de la corriente moderna y post moderna francesa. Simón Bolívar –no filosofo, pero si estadista encomiable-, gracias a la mención de Simón Rodríguez -un verdadero filosofo pedagogo- ideas revolucionarias de Montesquieiu y Rousseau fueron de grandísima importancia, no obstante, su norte filosófico fue igual al de su maestro, siempre en función del advenimiento de la educación, Simón Rodríguez (Samuel Robinson), ante todo para el progreso se dedica en grandísimo grado a promover: "crear para triunfar; basta de imitar, o creernos inferiores". Para Rodríguez la idea es luchar por la autonomía, tanto política como de pensamiento, y con ello, la economía.

"La ignorancia es la causa de todos los males que el hombre se hace I hace a otros. I esto es inevitable….porque la omnisciencia de la ciencia no cabe en un hombre; puede caber hasta cierto punto en una sociedad" [4]

Rodríguez, aun siendo "expósito" de la feligresía, critica a la religión por haber caído en campo mercantilista. Su obra de corriente dialéctica por esencia, se plasma de una forma analítica y con precisión tajante. Describe a la sociedad; no como necesidad del hombre sino como medio de cumplir con los deseos del colectivo de cuál participa, mediante el concurso y la investigación, la participación de ella para eliminar el padecimiento que le atañe y/o podría afectarle.

" La América Española es Orijinal = Orijinales han de ser sus instituciones i su gobierno = I Orijinales sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos".

En concreto, intentar homologar, un pensamiento general, una forma de pensar común considerando la estirpe, lo oriundo latinoamericano, se presenta mas que complicado inexorable, no obstante, su siempre tendencia a señalar el cultivo de la inteligencia como paradigma necesario comulga en una genuidad única peculiar y general, siempre diferente a la forma europea y/o de otros continentes. Ortega y Gasset, aun en contra de la acepción de Marx respecto a la "American prosperity" -ambos de corrientes polarizadas- coinciden en una forma diferente de pensar tanto política como social. No obstante el tono despectivo de primero, principalmente al criticar una idea decimonónica de la esperanza americana, principalmente entre 1926-1928 que supuestamente había conseguido la formula de eliminar la crisis acepta que la Hispanoamérica era menos primitiva que la Angloamerica. Antes Marx, califica los hechos de Chicago como un triunfo de la inteligencia popular.

"La piel del tiempo ha cambiado. El lector debería, al leerlos, retrotraerse a los años 1926-1928. Ya ha comenzado la crisis en Europa, pero aún parece una de tantas. Todavía se sienten las gentes en plena seguridad. Todavía gozan de los lujos de k inflación. Y, sobre todo, se pensaba: jahí está América! Era la América de la fabulosa prosperty.(…)A mí me sonrojaba que los europeos, inventores de lo más alto que hasta ahora se ha inventado —el sentido histórico—, mostrasen en aquella ocasión carecer de él por completo. El viejo lugar común de que América es el porvenir había nublado un momento su perspicacia. Tuve entonces el coraje de oponerme a semejante desliz, sosteniendo que América, lejos de ser el porvenir, era,

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